Juan Pablo Mañueco, un aluvión de palabras
Es Guadalajara una tierra que ofrece una larga nómina de escritores: unos que aparecen y otros que reaparecen. A esta segunda estirpe pertenece el personaje al que hoy me refiero: porque si no nacido en Guadalajara, a la vida, sí que lo hizo a la poesía y a la creatividad. Es uno de nuestros más altos valores, y conviene decirlo, y que se sepa. Juan Pablo Mañueco regresa a la cotidiana cita con sus lectores.
Desde Camilo José Cela (andante de alcarrias) a Francisco García Marquina (palabra que bulle y atina), y desde Alfredo Villaverde (poeta en la cima y voz de honduras) a José Antonio Suárez de Puga (sonetos y medidas voces que no se apagan) en Guadalajara ha vibrado siempre la letra castellana y ha estremecido a todos cuantos han leído a sus autores: importados unos, aquí nacidos otros. Creo, sinceramente, que todos entusiasmados de esta tierra que les acoge, o que lo hizo en su día.
Por eso quiero hoy traer a mis lectores la noticia de un resurgir con fuerza y con mensaje, de una voz que no por antigua se ha olvidado, y que sigue viva y pletórica de realidades y promesas. Es la de un escritor, periodista que lo fue de esta casa, novelista, comentarista político, poeta y hombre de letras en su dimensión más cierta: la de Juan Pablo Mañueco Martínez.
Una obra en la vanguardia
De nuevo llega Juan Pablo Mañueco y nos sorprende con una obra literaria, aparecida en estos días por librerías y redes sociales, que en esta ocasión va dedicada por completo a la nación castellana, de la que trata, poéticamente, de todos sus perfiles y desde múltiples perspectivas. Conjuntando dos tomos, bajo el mismo título se abarcan visiones muy diferentes de Castilla, a través de su historia, su literatura, sus paisajes, sus ciudades y su porvenir.
Solo paseando por su índice vamos a entrever la trama de esta obra, que se dedica al análisis (en su primera parte) de la literatura castellana, en todo su recorrido desde la inicial Bardulia hasta el Siglo de Oro.
De hondo e interior venero
que en cascada entre piedra y musgo brota
no es Cadagua un reguero
que porte escasa gota.
Un mundo en murmullo ya en su agua flota.
Así comienza, desde la altura cántabra, la voz de Mañueco a referirnos todas las expresiones que la literatura ha tenido en nuestra tierra, la Castilla original y señera en la que nos albergamos. Son las jarchas primero, con las glosas emilianenses y silenses, las que nos saludan, y proponen seguir sabiendo de los libros de gesta, a los que da nombre el Cantar del Mio Cid, pero que se acompañan con el cantar de los Siete Infantes de Lara y los escritos de Bernardo del Carpio. Siguen los múltiples cánticos del mester de clerecía, en los aparece Gonzalo de Berceo, tan sonoro e íntimo, o el cantar a Fernán González, más los escritos del rey Alfonso el Sabio y los escritos emanados de la universidad salmantina.
Con la lírica didáctica continúa Mañueco, y ahí se extiende glosando al Arcipreste, a nuestro Juan Ruiz, el de Hita, a Pero López de Ayala, a don Juan Manuel y a esos ignotos maestros que componen el romancero viejo, la lírica popular junto a la lírica culta.
Este tratado solemne, bien escrito, ameno y didáctico, concluye con las obras de los más modernos vates castellanos: desde el marqués de Santillana a Juan de Mena, y desde Jorge Manrique a La Celestina, todos ellos ligados, de un modo u otro, con esta provincia actual que ha sido siempre clave y latido de Castilla. Todo el poema está escrito en liras (y en romances y en seguidillas, y luego hay cuartetas, sonetos, canciones medievales, coplas asonantadas, etc).
El primer tomo concluye con un Himno a Castilla, una canción para los comuneros, algunas seguidillas y un cántico final a la señora Castillesquieu, de cuyo apelativo tendrá el lector cumplida razón si hasta la página final alcanza. En el segundo de los tomos, el autor de tamaña obra nos alegra el corazón con sus sonoros y bien compuesto cantos a los pueblos y ciudades de Castilla. Tantos y tantos rincones íntimos, solemnes, queridos y añorados, como el naciente Duero en Soria, el Puentecurvo de Pancorbo, los faros de Cantabria, la plaza mayor de Valladolid o el trasiego de almenas en Ampudia.
Aunque luego siguen volando sus versos, empecinados y airosos, sobre los temas más puramente alcarreños, tan nuestros. Y así Mañueco se pone ante la Virgen de la Leche de Alonso Cano, ante las ruinas del alcázar capitalino, o ante los leones del patio mágico del palacio ducal de los Infantado. Un septenario de preguntas por las iglesias de Guadalajara sigue a esta serie, que se constituye en un denso añoro por la ciudad en que vive el autor, y en la que pasean sus numerosos lectores.
Quizás para los críticos que aborden este libro, esta obra única en dos tomos, resulte difícil clasificar su estilo, su intención final. Yo no lo creo, porque ante la diversidad de pasos que va dando por sus páginas, el autor manifiesta siempre su fácil versificación, su rigor de pensamiento, y su facilidad para el neologismo. El mismo autor nos lo explica a media voz: escribe en «realismo simbólico», que es la realidad pasada por el tamiz intenso de los símbolos de la imaginación poética y literaria…
Sinceramente, creo que estos versos son muy, muy buenos. Con ellos acabo esta visión sucinta, y asombrada de esta Castilla este canto es tu canto de Juan Pablo Mañueco:
Nadaba el mar en torno y era tarde,
la hora roja que el cielo incendia en brasas,
cuando el hachón en llamas notó escasas
candelas granas y corinto en que arde.
Nadé mar adentro aun, nada cobarde,
por ver, añil y ocre, la lid en que asas
del mar calan ámbar fuego. Sus rasas
chispas rubias brincaban ya sin barde.
Lumbre púrpura así se defendiera:
azuzando el azul fuera del agua.
Lid de olas garzas y rubí en degrado
que, si el limón en fuego de la hoguera
volvió pavesa, así la acuosa fragua
ceniza fue luego en luctuoso nado.
Más tarde, bruno tanto mar y cielo
se escuchó sólo el ritmo en desconsuelo
de oleaje, plañiendo negro duelo.
Pero si hay alguna espectacular aportación en esta obra, que vaya más allá de la erudición y la capacidad descriptiva, es la creación de una nueva forma de composición poética, y más concretamente de la «Victoriola», a base “dos liras entre cuartetos”. De las varias que nos entrega Mañueco, quizás sea esta, una de las que rematan el libro, la que a mí más me gusta:
EL TORO DE LA LLUVIA
(Victoriola con cuartetos serventesios)
El toro de la lluvia nubes trota,
soberbio en los arpones
que escalan la remota
borrasca en que agua inducen sus pitones.
Hinca sus dos hachones
hasta causar la mengua de la gota
al cielo, que astas de iones
cornean cota a cota
por escalar venero en donde brota.
Desencadena toro
de tormentas, de rayos y aguaceros
tu acción de meteoro,
con los sabios aceros
que agudizan tu frente, delanteros.
Haz que el cielo despliegue su tesoro
a tus bastones fieros
y que se rinda al toro
agua en vuelo herida a lluvia
por la furia astral de tus punteros.
Algunos datos biográficos de Mañueco
Nacido en Madrid en 1954, Juan Pablo Mañueco Martínez es licenciado en Filosofía y Letras (sección de Literatura Hispánica) por la Universidad Complutense de Madrid, y ha ejercido la docencia de Lengua y Literatura Españolas, en diversos centros de Enseñanza Media de Guadalajara y de Madrid. Además de profesor, ha actuado como periodista, escribiendo en diversas publicaciones periódicas y fundando y dirigiendo otras, como “La Crónica del Henares”, habiendo mantenido durante los años 2003 al 2008 una columna semanal de opinión en las cabeceras alcarreñas «Guadalajara 2000» y en este periódico «NUEVA ALCARRIA». También colaboró en “Guadalajara. Diario de la Mañana” durante los años 1979 y 1980. Y por su reportaje «Castilla y León: 750 años de unidad», obtuvo la Mención de Honor en el Premio «Provincia de Guadalajara» de Periodismo, 1981, otorgado por la Diputación Provincial de Guadalajara.
Como poeta, ha publicado previamente dos libros: “Claridad que surge del agua” y “Cancionero y Romancero de la Alcarria”, que obtuvieron el Premio “Provincia de Guadalajara” de Poesía de 1977 y 1981, respectivamente. Tras un interregno de más de 30 años, Mañueco vuelve a donde solía, y camina por estas trochas de la creación poética, con el aplomo de quien sabe hacerlo, y el enorme bagaje de su cultura y sus lecturas.
Datos de sus obras
Las últimas obras de Juan Pablo Mañueco son una expresión literaria de calidad en las que destacan “Guadalajara, te doy mi palabra”, un libro de 84 páginas en el que se canta a las cosas, las historias y las gentes de nuestra ciudad, y “Castilla este canto es tu canto”, que se ha editado en dos tomos, en cuya parte primera va La historia, la literatura, el futuro. Y en su parte segunda Las ciudades, los paisajes, los estilos. Cada uno de los tomos tiene 156 págs. En un futuro inmediato está prevista la aparición de otro gran libro, algo nuevo y que va a sorprender, porque conjuga la poesía con el teatro y la novela, todo en una especie de antología literaria que nos mostrará al definitivo Mañueco, poderoso de expresión y ofertas. Su título será “Dónde estáis los que soliáis?” y en ella se conjuga la novela de un visitante admirador que recorre la Guadalajara de hoy, colmado de asombros y decepciones, junto a la memoria de personajes y colectivos a los que se canta con limpia sonoridad poética.
A/A DON JUAN PABLO MAÑUECO. PERIODISTA DIGITAL.
Como se atreve usted a hablar por León y los leoneses, borrando y pisoteando nustra identidad, y se observa palmariamente que usted no es historiador.
No queremos estar con Castilla, y no lo estaremos. No somos castellanos y no lo seremos. ¡Déjenos en paz! y reivindiquen su anhistórica Castiella.
-NO EXISTE EN NINGUNA CRÓNICA LO DE CORONA DE CASTILLA, ERGO NO EXISTE.
-LOS LEONESES DEL PAÍS LEONÉS NO SOMOS CASTELLANOS, NO LO HEMOS SIDO NUNCA, NO LO SEREMOS Y PELEAREMOS PARA ROMPER EL ENGENDRO AUTONÓMICO CON CASTIELLA.
-NO ES EL CASTELLANO NUESTRA LENGUA PRIMIGENIA, SINO EL LEONÉS.
-NO SE CONSIDERA A SÍ MISMO EL LEONÉS DE ZAMORA, SANCHO II COMO REY DE CASTILLA, YA QUE DESDE GOLPEJARA HASTA ZAMORA FIRMA DOS PRIVILEGIOS SOLO COMO REY DE LEÓN; CASTIELLA NO DABA CATEGORÍA.
-FERNÁN GONZÁLEZ ES UN PERJURO; SOLO HAY QUE CONSULTAR LAS CRÓNICAS, SAMPIRO; SILENSE, PROFÉTICA; OBISPO PELAYO, ETC:
-SÁNCHEZ-ALBORNOZ, CASTELLANISTA Y ANTILEONÉS HISTORIADOR, MUY MANIPULADOR; PARA ELLO CONSÚLTESE SU BATALLA DE COVADONGA, DONDE CITA A MILES DE SARRACENOS ALLÍ, ¿DE QUE COMÍAN Y COMO SE MOVÍAN?
-ME ENCANTA SER MALDITO POR NO ACEPTAR JAMÁS UNA UNIÓN CON LA VORAZ E IMPERIALISTA CASTIELLA
-FERNANDO I, REY CONSORTE DE LEÓN. SE INTITULA COMO REY-EMPERADOR DE LEÓN Y CASTILLA ES TERRITORIO SEGUNDÓN, ¿DONDE SE ENTIERRAN LOS MONARCAS, DONDE ESTÁ EL AULA Y LA CURIA REGIAS, CUAL ES LA LEGISLACIÓN?, De donde saca usted que Castiella va por delante de Lleón con Fernando I de León, cuando Castilla ni se cita.
-SEÑOR MAÑUECO, USTED ES UN AFICIONADO A LA HISTORIA, Y SIGUE MANEJANDO LOS FALSOS TÓPICOS DE PISOTEAR AL PAÍS LLIONÉS (LEÓN, ZAMORA, SALAMANCA) E INCLUSIVE AL REYNO/CORONA DE LLEON, Y ¿USTED PRETENDE QUE LOS VEAMOS COMO HERMANOS?, USTED YE UN ATREVIDO
-DESDE EL REY DE LEÓN FERNANDO III, INFANTE LEONÉS COMO SANCHO II, HASTA EL REY PEDRO I EL JUSTICIERO DE LEÓN, LAS CORTES SE REÚNEN Y LEGISLAN, HASTA PARA COBRAR IMPUESTOS POR SEPARADO.
-LAS REIVINDICACIONES DEL REY ALFONSO X EL SABIO DE LEÓN AL FECHO DEL IMPERIO SE FUNDAMENTAN EN SU DINASTÍA DE SUABIA, FEDERICO I BARBARROJA HOHENSTAUFEN Y; ASÍ LO HACE EL FEMENTIDO PRELADO NAVARRO XIMÉNEZ DE RADA, EN LA TITULACIÓN IMPERIAL DE LOS REYES DE LEÓN
MARIA DE MOLINA SE INTITULA REINA DE LEON.
LAS NEGOCIACIONES CON BOABDIL LAS REALIZA EL ADELANTADO MAYOR DE LEON, GUTIERRE DE CARDENAS, QUE RECIBE LAS LLAVES, EL DE CASTILLA NI EXISTE
COMO DECIA EL PROFESOR FERNANDEZ CATON, CASTILLA JURIDICAMENTE NO DEBERIA EXISTIR YA QUE NACE COMO REINO DEL DESEO PATRIMONIAL DEL REY FERNANDO I DE LEON Y PREVIAMENTE POR LA AUTORIDAD DEL MAGNUS BASILEUS RAMIRO II DE LEON QUE DIVIDE SUS TERRITORIOS CASTELLANOS EN CONDADOS
SI, SEGUN USTED SANCHO II DE LEON SI ESTA TAN FELIZ CON SU CASTIELLA, PORQUE LUCHA CON SU HERMANO ALFONSO? NO TIENE SENTIDO, YA QUE HA SIDO EDUCADO EN EL SENTIDO PATRIMONIAL PAMPLONES O BASCON, PERO SABE QUE ALFONSO LLEVARA YA EL IMPERIO POR SER REY DE LEON
ES USTED SUMAMENTE GRACIOSO, YO ESTIMO QUE YA RAMIRO II EL GRANDE ESTABA YA POR DEBAJO DE SUS CONDES CASTELLANOS QUE ERAN TAN PODEROSOS QUE, COMO JUANVI HERRERA, QUE LES DABA MIEDO SER REYES Y SEGUIAN UNCIDOS AL CARRO LLIONES.
Y NO VOY A SEGUIR, YA QUE NO CONOCE QUE HASTA EN LA EPOCA DE FELIPE III EXISTE UN COMENDADOR MAYOR DE LEON, BALTASAR DE ZUNIGA.
PUXA PAIS LLIONES LLIBRE DE CASTIELLA
Que pena que en lugar de colaborar, los castellanos sigan con lo mismo, y el Engendro de León y Castilla siga pisoteando a ambos
El escribir con mayúscula, para mi, no es gritar, me gustan las mayúsculas.
Lea mis libros, que incluso se los puedo enviar como manuscrito y comprobará el rigor de un historiador: ALFONSO VIII; FERNANDO EL CATÓLICO; ALFONSO X EL SABIO DE LEÓN; ALFONSO VII EL EMPERADOR DE LEÓN; URRACA I DE LEÓN.
De aquí a 2020 publicaré otros tres para desfacer entuertos y dejar a Castiella en su sitio: LOS CARTAGINESES EN IBERIA; RAMIRO II EL GRANDE DE LEÓN; LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA. MITO HISTÓRICO.
Dr. José María Manuel García-Osuna y Rodríguez
Breve Historia de Castilla, desde el siglo VIII al XXI – Juan Pablo Mañueco