Las canteras de Tamajón
Una visita a Tamajón me lleva a descubrir el nuevo Museo del CIPAT, donde los amantes de la ciencia geológica y las sorpresas del pasado terrestre nos impactan: fósiles, herramientas paleolíticas, animales extinguidos, piedras valiosas. Todo tiene allí su asiento, muy bien montado y explicado. Merece hacerle una visita al CIPAT de Tamajón.
Un nuevo museo en Tamajón
En el verano de 2021 abrió sus puertas, en la localidad serrana de Tamajón, el CIPAT o Centro de Interpretación Paleontológica y Arqueológica, que visité hace unos días. Se trata de un edificio de nueva construcción dirigido por el arquitecto Sergio Fernández Carenas, y con aportaciones del equipo formado por Mélani Berrocal, Julia Audije y Senay Ozkaya, entre otros científicos del Grupo de Investigación Paleontología Ibérica (PaleoIbérica). Se abre los fines de semana y festivos, y lo cuida personal de la Universidad de Alcalá, con suficientes conocimientos científicos como para explicarlo de forma accesible a los visitantes.
En estos momentos el Centro ofrece dos muestras paralelas. Una dedicado a la visión del término de Tamajón en tiempos remotos, concretamente en la época Cretácica, y otra dedicada a la “Piedra de Tamajón” como elemento heredado de formaciones geológicas particulares, y muy destacado en la economía del pueblo durante los siglos inmediatamente pasados.
El Área Paleontológica del Centro de Interpretación explora la diversidad de la vida costera y marina que habitó la región de Tamajón en el Cretácico Superior. Como pieza destacada, cuenta con un modelo a escala real, sobre superficie tematizada, de uno de los posibles cocodrilomorfos que generaron las icnitas (huellas fósiles) que ya han suscitado el interés de diversas instituciones, como la National Geographic Society.
Expone también fósiles originales y réplicas de huellas de vertebrados (cocodrilomorfos, un posible dinosaurio terópodo y peces), plantas e invertebrados, incluyendo corales, braquiópodos, moluscos bivalvos, gasterópodos y cefalópodos y equinodermos, y algunos restos de peces y reptiles marinos. Incluso hay una sección dedicada a la reproducción de piezas clásicas de la Prehistoria alcarreña y serrana, muy conseguida se ilustrativas.
Las canteras de Tamajón
Uno de los pueblos más densamente poblados del actual territorio provincial, fue Tamajón, en la Edad Media y Moderna. Era el centro ganadero de la Transierra, y luego fue un centro minero y de extracción de piedra de gran consistencia, en una época en que se construía mucho, y bueno.
La denominad “Piedra de Tamajón” es una caliza dolomítica del Cretácico que aflora en niveles superficiales en la zona oeste de la localidad. Tal fue el prestigio de esta “calidad de referencia”, que su denominación se aplicó por extensión a otras rocas calcáreas del Cretácico que afloran en muchos lugares del pie del Sistema Central, desde Angón, cerca de Jadraque, hasta Guadalix de la Sierra, en la Sierra de Madrid. Pero fueron especialmente conocidas las de las canteras de Torrelaguna, El Vellón o Redueña y, de entre ellas, las sacadas de las canteras de Oncerruecas.
Las canteras de las que se obtuvo la piedra de Tama jón tuvieron un origen muy antiguo. Ya en la Edad Media eran usadas, y durante los años del Renacimiento tuvieron su gran auge, que se alargó prácticamente hasta nuestros días, hasta los años sesenta del siglo pasado. Y así en los alrededores de la localidad aún se pueden ver abiertas algunas de ella, dándonos la posibilidad de conocer sus sistemas de explotación tradicional.
De pequeñas canteras abiertas en niveles muy superficiales, se extrajeron rocas para la construcción de edificios y enlosado de caminos. Pero la mayoría de las canteras de este territorio están situadas al oeste del pueblo, donde el terreno se dispone en una leve cuesta, y afloran las rocas cretácicas que son las que proporcionan el mejor material.
Las canteras de Tamajón han gozado siempre de justa fama por la calidad y belleza de sus calizas. Muchos grandes edificios fueron construidos con estas piedras serranas. Desde el palacio del Infantado a la Universidad de Alcalá. De una cantera a la que llaman “lo de Dios” se obtuvo la piedra para la construcción de la iglesia de la Asunción” de Tamajón. Otra era la “cantera de las Hoyas” de donde se sacó piedra hasta mediados del siglo pasado. De la cantera de “Haza de la Cruz” se han sacado bloques rectangulares. Al norte de Tamajon está la “cantera del Anrubio” de donde salían sillares como los de la ermita de los Enebrales.
Cuando se afrontó la construcción de la presa del Vado, se buscó una cantera con valores más prácticos: facilidad de extracción, buen acceso, cercanía, transporte, abundancia, …Y se encontró a un kilómetro del pueblo y algo más de tres de la presa. Durante décadas la cantera estuvo activa y de allí salió la piedra para la construcción inicial, del segundo aliviadero, de las obras del canal del Sorbe y del Jarama,… Por eso, a pesar del tiempo que lleva abandonada, presenta tan buen aspecto. A esta cantera se accede desde el camino olvidado (GR-10) que une Tamajón con Retiendas. La cantera y las construcciones próximas para el transporte de la piedra merecen una visita.
El edificio más emblemático construido con la “piedra de Tamajón” es sin duda el palacio guadalajareño de los duques del Infantado. Se usaron en él los sillares labrados, tanto para paramentos exteriores como para entablamentos de las galerías, arcos y columnas de éstas, y según documentos los suministró Juancho de Garnica, cantero vecino de Tamajón, según varias curiosas cartas de obligación, fechadas en diversas épocas de 1494 y 1496, en las que, aparte de procurar minuciosos detalles del formato y tamaño de las columnas o pilares en sus diversos elementos, demuestra que quien dirigía los trabajos era el maestro Lorenzo de Trillo. Se hicieron las obras por contratas parciales, muchas hechas por el alarife Pedro de Piedrahita, vecino de Hita, quien hizo los cimientos y paredes de la caballeriza, otras de ladrillo para una bóveda, las zanjas y cimientos para las columnas de las galerías y estribos laterales,
Aunque el primitivo uso del palacio empezó a finales del siglo XV, fue cuando su reforma por el 5º duque hacia 1575 volvieron a usarse las canteras de Tamajón. Algunos documentos de aquellas obras revelan datos curiosos:
==Yten, que la piedra de que án de ser labradas estas bentanas y toda la demás obra que adelante se dirá á de ser de la cantera de Tamaxon o de onçerruecas syendo la de honçerruecas tal e tan buena como la de Tamaxon a bista de buenos maestros de canteria, por manera que toda la piedra de que se hiçiere esta obra sea linpia e syn cavarros ny Perros a contento de Acaçio de Orejon, maestro de obras de su señoría.
==Yten, todo lo demás, el sacar la piedra y desbastalla y traella y labrallo y sentallo segun dho és en las condiçiones, á de ser a costa del maestro que en esta obra se encargare por los mrvs en que fuere conçertada e rrematada la dha obra.
La portada de la fachada que da a las bodegas se hizo también son esta piedra:
==Yten, se á de hazer e labrar e sentar una portada de piedra que sale a la delantera (fachada) de la plaça para entrar a las bóvedas (subsótanos), que tenga de alto doze pies y de ancho siete pies, y si en el alto cupiere hasta los suelos tenga de alto catorçe pies, y esta portada a de ser labrada por la orden de las ventanas del quarto nuebo de la huerta (sala de las batallas) con las mismas molduras e piezas, janbas y dintel, frisso y cornisa y alquitrave y solera, y la piedra de esta portada á de ser de piedra de Tamaxon, porque las janbas y dintél y cornisa sea cada una de una pieza.
Aunque no existen estudios concretos sobre las formas de utilizar estas piedras, he podido encontrar algunos datos relativos a la forma en que se conseguían. Por ejemplo, para la extracción se sacaban los bloques fragmentando la piedra mediante la introducción de cuñas de madera que, al mojarlas, se hinchan hasta que la roca resquebraja. El sistema de extracción mediante cuñas (acuñado o cuarteo) ha sido utilizado durante miles de años para todo tipo de rocas y todavía se utiliza actualmente. Consiste en realizar incisiones en la roca, donde se alojan cuñas metálicas que se golpean con una maza, o de madera que se humedecen con agua, hasta que la piedra se divide en dos. Para facilitar la división, este sistema puede ser complementado con el barrenado, consistente en perforar la piedra con barrenas, colocando en los agujeros lengüetas de hierro para que las cuñas no resbalen. Actualmente estas técnicas han sido mejoradas y las herramientas antiguas sustituidas por instrumentos de corte como cable de acero, sierra, o lanza térmica.