Las cuevas bodega de la provincia de Guadalajara

Las cuevas bodega de la provincia de Guadalajara

viernes, 23 junio 2023 0 Por Herrera Casado

Tierra de vinos, como toda la península, y especialmente esta zona de Alcarria, soleada y tibia, nuestra provincia ha visto crecer a lo largo de los siglos unos espacios mínimos, profundos (porque están bajo tierra) y olorosos. Las cuevas para guardar el vino y los espacios en que con unos mínimos trebejos y astucias procedimentales se elaboran, han sido (y en algunos casos siguen siendo) templos de alegría y espacios de amistad.

Hoy dedico mi espacio a comentar, a dar a conocer, a aplaudir sin reservas, un nuevo libro que viene a completar el conocimiento de nuestra tierra. Y lo hace como se debe: con escueta sabiduría, con muchas imágenes, con planos detallados, con referencias claras a lo leído, a lo aprendido y a lo observado.

El libro se titula “Las cuevas-bodega de Guadalajara” y lo firma Tomás Nieto Taberné, arquitecto y estudioso de la arquitectura popular española.

El libro es hermoso y contundente. Con muchísimas fotografías y denso repertorio de dibujos, planos y alzados. Con ello nos viene a entregar, con visos de absoluta y original novedad, un tipo de arquitectura para la que hasta ahora no se había hecho estudio alguno. Se trata del examen de las cuevas dedicadas a bodega de elaboración y almacenaje de vino en la comarca de la Alcarria. Un tipo de arquitectura antigua, esencialmente de raíces populares, que actualmente se va perdiendo (hundiendo por abandono y deterioro) debido a que al menos en esta tierra cada vez se cultiva menos la vid y apenas se preparan vinos en el ambiente familiar y rural.

Aunque son de variada procedencia los análisis que a este respecto hace al autor, predominan los situados en la comarca de la Alcarria, tradicionalmente dedicada entre otras cosas al cultivo de la vid. Y más concretamente se extiende en el análisis de las cuevas-bodega de Horche, Pastrana, Gárgoles, Trillo y muy en especial las de Ruguilla, de cuyo conjunto hace un estudio completo, exhaustivo, y con visos de catálogo definitivo. Además añade algunos ejemplos espectaculares de cuevas, en ámbitos diferentes del meramente rural, como el conjunto palaciego de Valdeavero-Valdeaveruelo, el poblado de Villaflores en las cercanías de Guadalajara, y el antiguo Balneario Real de Trillo.

Un libro con poco texto, pero muy claro y rotundo, y muchas ilustraciones, tanto en fotos, generales y de detalle, como planos, secciones y conjuntos de edificios. El mejor calificativo para esta obra es el de “imprescindible” para quienes se van haciendo con una biblioteca alcarreñista: además todo lo relativo al patrimonio cultural, y muy en especial el relativo a la arquitectura rural, está aquí contemplado en esencia.

Una voz de alarma

Además de lo arriba expuesto, en cada página se añade alguna sorpresa: belleza imágenes, información detallada, y minuciosos croquis, o planos, de esas cuevas en las que, me consta, el autor ha entrado a oscuras, entre escombros, con peligro real de hundimientos, y se ha dedicado allí a medir y trazar, obteniendo estos planos que son merecedores de un aplauso.

En el repaso del libro, que cuenta con casi 400 páginas, me encuentro una perla que no me esperaba. Lo reconozco: no conocía este dato, a pesar de saber de Villaflores desde mi primera infancia, porque ese poblado agrario que fundó la Condesa de la Vega del Pozo, y que mandó construir al arquitecto de primera fila Ricardo Velázquez Bosco, hace poco más de 100 años, fue siempre un referente de la felicidad: aspecto, ubicación, destino, paisaje… todo ello, por mor de los cambios de propiedad, y en última instancia por el imperdonable abandono al que su actual propietario, –el Ayuntamiento de Guadalajara–, le ha sometido, está por los suelos, hundido, vandalizado, perdido ya para siempre.

Pero de todo lo que allí ví durante años, de lo que luego he ido sabiendo, y lamentando sus pérdidas, aún me quedaba por aprender que una de las humildes edificaciones acompañantes era la Bodega del conjunto, un lugar doble, con un edificio de única planta, accesible desde el exterior, con dos espacios, en uno de los cuales estaba todo el conjunto de instrumentaciones para la elaboración del vino (vertedero, pilo y prensas) y en el otro un amplio cocedero donde había 26 grandes tinajas (de 2,50 mts. de altura cada una, y 1,40 de diámetro), accesible desde una plataforma de madera elevada que permitía su tratamiento individual. Tras unas escalerillas en descenso, y bajo tierra, el largo túnel dividido en forma de Y, ancho, con tinajas a los lados en sus respectivos senos, cubierto de bóvedas de arista sobre pilastras, y otras bóvedas de cuarto de naranja, todo ello (como dice Nieto) “de una excepcional ejecución”. Tan excepcional, que la obra fue firmada por Ricardo Velázquez Bosco, el arquitecto que también firmó el Ministerio de Fomento (hoy Agricultura, frente a Atocha), el Pabellón de Cristal del Retiro, o el Panteón de la duquesa de Sevillano. Algo único, maravilloso, que podríamos hoy disfrutar y mostrar con orgullo. Pero no: el abandono y el consentimiento del vandalismo ha hecho que hoy todo eso esté arrasado. Hasta los cimientos. Una verdadera vergüenza, para cuantos somos de Guadalajara, y especialmente para quienes han asumido la responsabilidad de cuidar, y siempre mejorar, la ciudad.

Datos del libro

La esencia de esta breve información la he tomado pasando páginas y leyendo entero el libro que comento. Su autor es Tomás Nieto Taberné, un estudioso incansable, un sabio de los espacios y las edificaciones. Su título es “Las cuevas-bodega en Guadalajara” y la edición ha corrido a cargo de la Excmª Diputación Provincial de Guadalajara, habiendo salido de imprenta en la primavera de 2023. Su tamaño es de 17 x 24 cms. Las páginas que lo conforman 352 páginas y las ilustraciones incontables, en color y blanco y negro. Por si a alguien interesa, añade estos datos: ISBN: 978-84-19505-00-2 y precio en librerías (físicas y online), 15 €.

Es esta la obra ganadora del Premio “José Ramón López de los Mozos” de Investigación Etnográfica 2021, convocada por Diputación de Guadalajara para premiar de entre las presentadas la mejor obra referente a temas etnográficos de esta provincia. El autor, un prestigioso arquitecto, estudioso del patrimonio arquitectónico, y urbanístico, con una acreditada tarea de proyectos, y un bagaje académico en el que figura el de ser académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes. Su trayectoria en torno al estudio y protección del patrimonio arquitectónico culto y popular es muy larga, y con este premio viene a demostrar su continuidad en el trabajo y en el buen hacer respecto al estudio y protección de estas materias.