
Sorpresas del día a día Confieso que últimamente me estoy viendo en situaciones de pasar vergüenza ajena al comprobar como mucha gente (adolescentes, adultos, incluso números del colectivo de la tercera edad) se declaran ignorantes de elementos destacados del patrimonio histórico-artístico de Guadalajara. ¿el marqués de Santillana? “Un señorito que solo sabía cazar montado a caballo por sus inmensos territorios…” ¿El Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo? “Ese edificio brillante que hay al final de San Roque… un día tengo que entrar a verlo”. ¿El monasterio de Lupiana? “Ni idea… no, nunca he ido, ¿dónde está? ¿en Lupiana?” Viene esta irónica –y dolorosa– entrada a propósito de algo que es palpable: la general y casi absoluta ignorancia entre nuestros coterráneos, acerca de la historia, el patrimonio, los personajes, y los elementos que de una forma u otra conforman el ser y la raíz de nuestra tierra. No ocurre lo mismo en otros territorios o regiones autonómicas de la nación española, en los que hay con sobrada generosidad programas de formación en las escuelas, institutos y universidades acerca de ese conjunto de temas que pueden denominarse “el Patrimonio Cultural” de la zona. En Castilla la Mancha, concretamente, y en Guadalajara, particularmente, apenas hay mínimos rastros de ese interés. Y de “programa” ni hablar, simplemente no existe. Primeras preguntas Pero habría, primero, que plantearse la pregunta inicial de “¿Qué es el Patrimonio Cultural de una zona?” en este caso de una provincia…. Porque vivimos en un territorio, que obligadamente está adscrito a definiciones administrativas. Vivimos en una ciudad que está en una Provincia, de esas que quedaron definidas, hasta hoy mismo, en 1833. Y nuestra provincia está incluida en una Región Autónoma de las 17 en que se parceló España por la Constitución de 1978. En cuanto a la historia, las cosas son parecidas (aunque no exactamente iguales). Porque vivimos en una ciudad, que está incluida en una comarca natural (el valle del río Henares, al que algunos hoy llaman, en jerga económico-administrativa “El Corredor del Henares”, y que está en el extremo occidental de otra comarca más grande y con propias características, la Alcarria. Y en una nación que es Castilla, con un peso histórico suficiente, con delimitaciones claras (más hombres, mujeres, instituciones, fiestas y apellidos). Vivimos, pues, en un espacio que puede sacar su “patrimonio cultural” de esas raíces antiguas y diáfanas. Definiciones El patrimonio cultural es la herencia […]