
Un vistazo a la riqueza informativa que la heráldica municipal nos proporciona a través de las imágenes e historias de los escudos de sus municipios.
Artículos y comentarios sobre Guadalajara
Desde el pasado día 23 de mayo, en que se inauguró, hasta el fin de octubre en que será clausurada, Sigüenza acoge generosa la exposición “Cisneros, de Gonzalo a Francisco”, que se sitúa a caballo entre la catedral, el Museo Diocesano de Arte Antiguo, y algunos rincones emblemáticos de la Ciudad del Doncel. En ella se ven numerosas piezas y ambientes relacionados con el Cardenal Cisneros, el personaje del que ahora se cumplen los cinco siglos exactos de su fallecimiento. Donde informarse Tres son los elementos impresos en los que se sustenta esta exposición, y que muy brevemente comentaré. Es el primero un sucinto catálogo/resumen del significado de la exposición: esa transición de nombres que para Ximénez de Cisneros, de familia hidalga de Torrelaguna, le supuso pasar de ser llamado Gonzalo, en el bautismo, a Francisco, cuando entró en religión. Él sería un erudito, un estudioso y un humanista, pero también fue un religioso, un fraile franciscano, un reformador de la sociedad de su tiempo. Y, al final de sus días, y casi a la fuerza, él fue un político, regente –nada menos- de una Castilla que se quedó sin monarca al fallecimiento de doña Isabel, la primera de este nombre en Castilla. El otro elemento impreso sobre el que apoya esta exposición, es un folleto desplegable en el que se muestran los once ambientes urbanos en que se rememora al cardenal, y los cinco espacios catedralicios en los que se evoca su paso por el templo. Sencillo y didáctico, escrito por Pilar Martínez Taboada, nos sirve de guía para visitar Sigüenza y su catedral en cualquier momento, ilustrado además profusamente. El tercero de esos elementos, es una joyita bibliográfica que, además, recomiendo a cuantos se dedican a coleccionar libros sobre la provincia, que no se lo pierdan. Se vende en la Exposición, al precio de 1 Euro, pero su valor es enorme, porque es sencillo, y hermoso. Lo ha escrito Jesús Orea Sánchez, y lleva por título “Cisneros. Vida y obra resumidas de un gran cardenal”, con texto por él escrito y con unas páginas finales desarrolladas por Nora Marco Alario para que sirvan de didáctico acompañamiento a la visita de la exposición por parte de los niños. Este libro expone en 40 páginas la vida de quien fuera el fundador de la Universidad de Alcalá y creador con su equipo de la Biblia Complutense, hombre atento al devenir […]
El año pasado se celebró en Sigüenza una exposición (asentada en el patio de su Museo Diocesano de Arte Antiguo) que nos mostró juntas, estudiadas, perfectamente expuestas, todas las cruces parroquiales de pueblos de la provincia que hoy se guardan en ese museo diocesano. Hay elementos interesantes, y muy bien conservados. Están representados todos los estilos, desde el románico al barroco y neoclásico, y fueron muy bien estudiadas por don Miguel Angel Ortega Canales, director del Museo Diocesano de Arte Antiguo, de Sigüenza. en el Catálogo que de esta exposición se hizo, que además lo comenté en mi colaboración de NUEVA ALCARRIA de 12 de septiembre de 2014. Pero… lo que allí había no era, ni con mucho, lo mejor. Lo mejor de la orfebrería alcarreña y provincial se mantiene hoy guardada en sacristías, en casas particulares, en hondos baúles al resguardo de los ladrones… y de las miradas admirativas de quienes buscamos el arte por su limpio perfil, por su expresión de humana grandeza, por su belleza sin más. Cuando hace ahora 10 años, escribí la obra “El Renacimiento en Guadalajara” que tan amablemente me editó este periódico a través de su división editorial, NUEVA ALCARRIA, como suplementos coleccionables semanales, dediqué uno de los últimos capítulos a esa “herencia recibida” que es el arte en sus mil formas. Y una de ellas era la orfebrería renacentista. A lo largo de los siglos, el arte de la orfebrería ha ido dejando en las tierras de la provincia de Guadalajara un gran número de piezas que llegaron a constituir un conjunto valiosísimo, dado que por su situación en el centro de la Península Ibérica, y su proximidad a Madrid, encauzó hacia ella diversas corrientes y habilidades de artesanos y artistas de todo el territorio nacional. Raro será el pueblo, en los siglos XV, XVI y XVII, que no poseyera al menos su gran cruz parroquial, algunos cálices, una custodia y otras piezas menores que, de haberse conservado, hubieran proporcionado hoy un riquísimo acervo de materiales para el estudio de esta parcela del arte. Unas piezas fueron fundidas para fabricar otras nuevas. Otras fueron robadas; aquéllas, vendidas; las más, perdidas y destrozadas sin beneficio para nadie. Por mencionar las más espectaculares piezas que el arte de los plateros renacentistas nos han dejado, desde sus centros orfebres de Sigüenza, Guadalajara y Pastrana, debemos recordar en primer lugar la cruz procesional de Alustante, ejecutada […]
Hasta el mes de Diciembre estará abierta al público, en el patio central del Museo Diocesano de Arte Antiguo de Sigüenza, la Exposición “Con este signo vencerás” dedicada a la muestra de cruces parroquiales de la diócesis que se inauguró a finales del mes de julio. Pudimos visitarla y disfrutar de su montaje y, sobre todo, de sus piezas excepcionales. En el contexto del rico patrimonio artístico guadalajareño, destacan las cruces parroquiales, elementos de arte exquisitamente trabajados, en siglos antiguos, y que hoy por su fragilidad y sobre todo por su peligro de ser robadas permanecen a buen recaudo, en museos o en las parroquias y pueblos, con sistemas de protección “a la antigua usanza” pero que van dando resultado: normalmente se conservan, en diferentes domicilios particulares, troceadas, uniéndose en la ocasión de salir procesionalmente con motivo de la fiesta local o en romerías. Es una lástima que elementos artísticos de tan alto valor tengan que conservarse así, pero a esto se ha llegado, cinco siglos después de haberse elaborado, porque ahora su valor es más monetario que sacro, y ahí está su riesgo, y su peligro. Recomiendo vivamente la visita de esta exposición, que se ha montado con motivo del quinto centenario del hallazgo o “invención” de la Santa Cruz Aparecida de Albalate de Zorita. Aunque en ella solamente se van a ver las cruces que se conservan en el Museo Diocesano de Sigüenza desde que este se creó, hace ahora unos 40 años. Las mejores se mantienen en los pueblos, y aunque yo tuve en su día la suerte de poder admirarlas, fotografiarlas y estudiarlas, hoy se complica mucho esta visita. De todas las grandes cruces parroquiales, procesionales y de parada, que aún quedan en la provincia, yo destacaría algunas, solo por dar una idea de lo que hablamos. Hay muchas más. Y así recordaría la cruz de Ciruelas, de estilo gótico, en plata sobredorada, obra de finales del siglo XV o principios del XVI, que lleva las marcas de la ciudad de Sigüenza y del platero Martín Osca, su autor. En el anverso aparece al centro Cristo crucificado con escenas de la Pasión en los extremos de los brazos de la cruz, y en el reverso una imagen de la Virgen María. La macolla, en dos pisos, muestra a los doce apóstoles. Recordaría también la cruz de Valfermoso de Tajuña, en plata con múltiples detalles iconográficos sobre […]