El pasado domingo estaba previsto el anunciado Homenaje a la figura de don Manuel Criado de Val, de quien este año se cumple el Centenario de su nacimiento. El acontecimiento había sido preparado para el domingo 14 de mayo, a las 11 de la mañana, en la carpa central de la Feria del Libro, instalada en la Plaza Mayor. A punto estuvo de no celebrarse, por la falta de asistencia de público. Al final, se reunieron una docena de oyentes, (algunos y algunas de relevancia) y se pudo hacer este cumplido homenaje de admiración y cariño a la figura del profesor Criado de Val, creador de los Festivales de Hita, entre otras cosas. Mal está que sea yo quien haga la crónica del acto, porque fui el convocante, y el protagonista al dictar una conferencia de una hora de duración, ilustrada con imágenes del profesor, de sus libros, de sus obras, de los lugares en los que fraguó su biografía. Pero la inasistencia de cualquier otro medio de comunicación (con la honrosa excepción de “Cultura EnGuada”) me obliga a dar cumplido mensaje referencial de aquello, al menos para que en las hemerotecas del futuro conste que una docena de ciudadanos se reunieron a memorar la obra y la figura del profesor don Manuel Criado de Val en el Centenario de su nacimiento. Porque el hecho lo merecía, y el aniversario lo pedía a gritos. Previamente quedó también constancia, a través del alcalde de la villa de Hita, don José Ayuso, que asistió al acto, de la preparación en estos momentos de otro homenaje a la figura del filólogo e historiador, y que tendrá lugar en la alcarreña villa el primer sábado del mes de julio que se aproxima. Yo supongo que alguna otra instancia, particular o institucional, se añadirá a esta secuencia. El personaje se hizo acreedor (en vida) de numerosas distinciones y agasajos, todos merecidos. Y en muerte ya, -aunque la muerte es cada vez más sañuda en su empeño de borrar los rastros de quienes fueron- alguno más le debiera llegar. Cinco aspectos fundamentales de la obra de Criado de Val En la misma línea de lo que, con brevedad, escribí en estas mismas líneas el 13 de enero de este mismo año, avisando de este centenario notable, en la conferencia del pasado domingo vine a distinguir, tras unos preámbulos considerativos de otros centenarios recientes y presentes, y […]
manuel criado de val
Un centenario que merece recordarse: el del profesor Criado de Val
Mucho que ver con Guadalajara tuvo y sigue teniendo la figura del profesor don Manuel Criado de Val (Madrid, 1917 – 2015). De hecho, debemos calificarle como una de las personalidades de mayor relieve que han dado vida a la provincia y conformado la identidad de Guadalajara. En este año que comienza de 2017, se cumplen los cien años de su nacimiento. Habrá ocasión, a lo largo del año, de recordar su figura y su obra, tan íntimamente ligada a nuestra provincia. La relación de Criado con Guadalajara se inicia porque su padre era de Rebollosa de Hita, y allí pasó su infancia: desde la puerta de su casa, se veía el cerro de Hita, al fondo. Eso le marcó la vida. Luego vivió en Madrid, desarrolló su actividad universitaria en la capital, y en sus centros culturales se movió siempre con el respeto de todos. Adquirió un molino en la Alcarria, en el valle del río Badiel, junto al monasterio de Sopetrán, y allí también disfrutó del descanso y las charlas con amigos. Su mujer Isa siempre le acompañó y ayudó en sus proyectos. Una actividad polifacética Centrado en el lenguaje (era filólogo por encima de todo) la actividad de Criado parecía no encontrar límites. Entre sus títulos, están los de profesor e investigador en el C.S.I.C., editor de revistas especializadas, conductor de un programa de televisión para enseñar español a los españoles, interesado en los orígenes del lenguaje llegó a escribir cientos de artículos sobre el tema. La palabra correcta, la belleza del lenguaje: esto es lo que perseguía el profesor Criado. Literatura medieval El interés por la lengua le llevó a estudiar a los autores antiguos, españoles especialmente, castellanos singularmente. Entró en el “Libro de Buen Amor” y allí quedó enganchado para siempre. Raptado por el estilo, por sus mensajes, por el misterio del autor. Dedicando su vida entera al estudio de las páginas y los conceptos, a la búsqueda de la identidad de Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, que llegó a desvelar en teoría esencial e irrebatible. También se ocupó de Cervantes, de su “Quijote” y de su lenguaje, de esa “conversación continua” (un diálogo clásico sin más) entre dos personajes que parecen salirse del libro y estar con nosotros: Alonso Quijano y Sancho. Y luego San Juan, y Santa Teresa, y Fernando de Rojas, y la Celestina… Criado de Val fue el impulsor de […]
Criado de Val en el recuerdo
Acaba de dejarnos, aunque siempre seguirá con nosotros su recuerdo, don Manuel Criado de Val, el profesor que dio vida a la Alcarria por muchos de sus costados. Una verdadera figura clave de la cultura en Guadalajara durante el siglo XX, unánimemente reconocida, pálpito de Hita, generoso caminante de sus caminos, vocero de Cervantes, santiguador de los espacios carmelitas, estudioso de las letras, de los letrados, y de las estanterías donde sus recuerdos se guardan. Cuando tantas figuras de relumbrón se nos cuelan hoy en día, y tantas noticias de ultimísima hora se suben a titulares, no aguantando en ellos más que esa ultimísima hora, porque no dan para más, la actividad del profesor Criado de Val ha supuesto un podio desde cuya altura hoy nos mira, siempre comprensivo, amigable, dispuesto a darnos su razón y su conocimiento. Fue un maestro, en el más amplio sentido de la palabra. A los 97 largos años, ha fallecido en Madrid, donde también había nacido, el profesor don Manuel Criado de Val, ligado a la Alcarria por muchas razones. La primera de todas, porque de ahí le venía la sangre, ya que su padre era natural de Rebollosa de Hita, balconada sobre el Henares desde la que él, aún muy pequeño, descubrió el mundo de las coplas y los juglares, de los canónigos recitadores y los caballeros empeñados. Pero Criado era, con el corazón, y con la pluma, alcarreño de pura cepa. En la Alcarria de Sopetrán quiso tener su casa, y allí la puso, entrañable, minúscula, oronda de antiguas piezas y de miles de libros, en el “molino de Sopetrán” al que se quedó pegada su memoria y allí seguirá, hagan con él lo que hagan. Porque el molino de junto al monasterio, perdido entre la hojarasca, ajeno a todo, guardará el eco de sus palabras, de sus amistades, de sus reuniones sencillas en las que con tantas gentes del ancho mundo quiso rodearse. Muchas razones para el aplauso En este momento de su muerte, regresa Criado de Val a estas páginas por algunos señalados hitos en su actividad reciente y por muchas razones que se han ido acumulando en los últimos años y que, incomprensiblemente, no han gozado del merecido comentario en la prensa provincial, ni en los mentideros de lo cultural, a pesar de su dimensión objetiva. La primera de ellas es que el Ayuntamiento de Hita, hace escasos años, […]