A lo largo de la primera mitad del año, hemos disfrutado de la visión de algunas tradiciones en forma de danzas. Vistosas y coloristas, las danzas serranas de Guadalajara son expresión de ancestralismos cargados de mensajes y significados. Me entretengo ahora en recopilar con breve descripción las más interesantes y llamativas de esas danzas. El domingo en Valverde de los Arroyos Quizás la más genuina y sobre todo la más espectacular de estas danzas serranas es el conjunto que se baila en Valverde, el domingo de la Octava del Corpus. Que es precisamente este próximo domingo, pasado mañana. Y por eso traigo aquí este tema, y animo a mis lectores a que se programen un viaje, la mañana de este domingo, hasta Valverde para disfrutar de esta tradición “in situ”. Porque, con muy buen criterio, los miembros de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Valverde nunca han querido salir de sus términos, de su plaza y su era, para ejecutar las danzas heredades de sus antepasados. El hecho festivo consta de unos actos, de un tiempo, y de un lugar. Si se sale de ellos, se banaliza y mancilla la costumbre. Patrimonio inmaterial, las danzas El patrimonio está en los edificios, y en los paisajes, y en las plazas y en los paseos junto al río, pero también en las canciones, sin duda, en las fiestas y, especialmente, en esas contundentes afirmaciones de la identidad colectiva que son las danzas. En la Sierra Norte de Guadalajara (que llega hasta su falda última junto al Jarama) hay una especial concentración de estos recuerdos temblorosos, coloristas y ancestrales. Hay danzas, que protagonizaron los hombres en los mejores días del año, cuando la nieve se es ida y las flores adornan todos los horizontes. Danzas que hoy se mantienen vivas, y que aquí cabe recordar. Todas ellas manifiestan un origen común, una forma muy ampliamente difundida de juntarse un grupo de hombres que con saltos, movimientos, ataques y música de fondo alientan la fuerza del grupo humano frente a la Naturaleza: quizás en su origen son ritos de propiciación agrícola, ofrecimiento grato a la supervivencia, o postureo guerrero ante una batalla que se presume vital. En todos los grupos, que danzan en plazas y ejidos durante el buen tiempo del verano, aparecen hombres revestidos de trajes blancos, con faldas amplias, delantales y cintas de múltiples colores, cruzándose en difíciles figuras, en rápidos movimientos […]
majaelrayo
Un viaje para novatos a la Sierra Norte
Como por algo hay que empezar, hagámoslo por lo más fácil. Hay que ir a la Sierra, a la del Ocejón, Majaelrayo, el Hayedo, el Sonsaz, el alto Jarama… a la sierra de Ayllón (que así se ha llamado siempre), a la Somosierra en su pendiente sur, a las estribaciones del Lobo, del Tres Provincias y al Alto Rey… hay que conocer ese pedazo de España, de Guadalajara, de la honda raíz celtíbera para sentir que tenemos muchas cosas en las manos y en el corazón, muchos motivos por los que alegrarnos y seguir viviendo. Mañana sábado voy a tener la oportunidad de salir al campo (mejor dicho, a la Sierra) con un montón de amigos: los miembros del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario de Guadalajara, médicos, médicas y asimilados, lo que va suponer una treintena de personas, a las que trataré de sumar de ahora en adelante a los entusiastas de esta tierra serrana y campiñera. Para empezar, y dado que solo podremos disfrutar del viaje por la mañana (porque hay previsto almuerzo, y de los grandes, en el Mesón “Campanario” de Monasterio), subiremos por el valle hacia Cogolludo y de allí por Veguillas hasta la aldea/aula de Umbralejo donde podremos admirar cómo era un pueblo de la Sierra Negra en sus mejores días. Este es uno de los puntos que ningún viajero debería perderse en sus andanzas por la Sierra Norte: administrado hoy por la Consejería de Educación y Cultura, hace ya años que tras haber quedado vacío por compra que de sus casas y terrenos hizo el Icona, se ha rehabilitado para servir de modelo de antiguo hábitat y de escuela o aula de la Naturaleza a la que se lleva, de vez en cuando, a los alumnos de nuestros colegios. Valverde de los Arroyos Desde Umbralejo, por la carreterilla GU-211 que ahora está asfaltada y permite el paso de cualquier vehículo (excepto los autobuses grandes, que lo tienen difícil en el puentecillo que cruza el Sorbe) llegamos a Valverde de los Arroyos, el lugar que nadie debe perderse, que ha estado siempre en las listas de candidatos a los más bellos pueblos de España, y que ahora está hecho un pincel, de bien cuidado y atendido. En Valverde de los Arroyos todo es emocionante y espectacular: su situación, en la falda oriental del pico Ocejón, la cumbre máxima de esta zona de la Sierra, con […]