
Una revisión de dos personajes MUY de la tierra de Guadalajara: Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, y José Antonio Ochaita, la voz de la Alcarria.
Artículos y comentarios sobre Guadalajara
Ayer, 23 de abril, hubiéramos celebrado el Día del Libro si el Estado de Alarma no nos hubiera obligado a muchos a quedarnos encerrados en nuestros domicilios. Pero esa obligada retirada física nos ha ayudado también a tener más proximidad con los libros, esos adornos que con diversos colores, lomos dignos y susurradas historias, nos esperan dóciles (algunos, desde hace años!!!) para ser leídos. El Día del Libro, el 23 de abril, que conmemora el fallecimiento del Príncipe de los Ingenios, el alcalaíno Miguel de Cervantes, que en su breve mansión madrileña abandonó el mundo un día antes, del año 1616, ha supuesto siempre una fiesta de encuentros y sorpresas, de tener en las manos un libro, de abrirlo, de leerlo… La fiesta que en Barcelona se celebra en torno a ello, a Sant Jordi, y a las rosas que unos a otras se regalan los barceloneses, es como un eje colorista, ramblero y, sobre todo, económico, que este año va a quedarse atónito y en silencio, porque sigue estando prohibido salir a la calle sin una urgencia explicable. En esta ocasión, y desde hace mucho, se ha dado en reunirse la gente de la cultura en espacios más o menos solemnes, a leer libros clásicos, especialmente el Quijote, y repasar sus ocurrencias y altas calidades, uno a una, para honrar al genio, para paladear sus palabras. Ha habido años en que he participado en lecturas comunes de esta manera, se ha hecho en Bibliotecas, y especialmente, guardo el entrañable recuerdo de haber participado en una lectura comunitaria de “El Libro de Buen Amor” en la villa de Hita, en el espacio abierto de las ruinas de su antigua iglesia de San Pedro, bien abrigados mientras las nubes pasaban deprisa y aguanosas en el entorno del cerro. Este año, el Ayuntamiento ha llevado a cabo otra graciosa iniciativa, que aplaudo y a la que me he sumado contento: crear una sesión virtual con las lecturas que numerosas personas han elegido y grabadas digitalmente han enviado al Ayuntamiento alcarreño para ser proyectadas en redes sociales. Bien por Hita y su Ayuntamiento, que han sido capaces de sortear la suerte y ponerle cara y sonido a este “Día del Libro 2020”. El Arcipreste de Hita y su Libro de Buen Amor Una de las andanzas más sonoras de nuestro idioma, es sin duda ese “Libro de Buen Amor” o recopilación de historias, […]
Para mañana sábado 4 de julio está anunciado el Festival Medieval de Hita: ya el 55 de los celebrados, sin interrupción, y esta vez, por primera vez, sin su creador al lado, sin la figura de don Manuel Criado de Val apoyándolo, como lo vino haciendo esos 54 años precedentes. En julio de 1961 se celebraba el primer Festival Medieval de Hita, impulsado por el entusiasmo y el saber hacer del profesor don Manuel Criado de Val. Fallecido este ilustre castellano-manchego, el pasado 5 de marzo de 2015, es esta la primera ocasión en la que no estará su fundador en el palenque, en las bambalinas, en la primera fila de su resplandor. La primera vez se representaron “Los amores de don Melón y doña Endrina” como parte extraída del “Libro de Buen Amor” que Criado desentrañó con la fina cuchilla de su ingenio. Al mismo tiempo, y en el palenque abierto a los pies del cerro donde don Juan Ruiz y don Iñigo López de Mendoza pasearon, se celebraban las justas medievales, los juegos de bohordos, de cañas, de sortijas y estafermos. Y arriba junto a San Pedro se daban raciones de carne de matanza y platos de cabrón con ruibarbo como merecida recompensa gastronómica a quienes hasta allí subían. Ahora está catalogado como fiesta de Interés Turístico Nacional, y siguen acudiendo a miles los espectadores. Un aplauso será especial este año para don Manuel. A quien días antes, concretamente el pasado sábado 27 de junio, memoró el cronista Suárez de Puga como amigo, colaborador y admirador suyo que fue. Siguieron y seguirán las botargas y los bufones arrastrando sus coloristas ropajes por las calles empinadas del burgo, y el mercado sonará, como sonarán a la noche las notas del Joglars de la Bota, con su música y bailes medievales. Será tras la representación de “Las truhanerías de Pathelin”, una comedia medieval francesa que este año se ha encargado de adaptar y dirigir Manuel Galiana. Cuando se fue don Manuel Criado de Val En el momento, siempre triste, de cantar la memoria de algún amigo, a quien la muerte ha vencido y nosotros hemos sido testigos de ello, se agolpan los datos, las valoraciones y las anécdotas. Así me ocurrió no hace mucho con Manuel Criado de Val, fallecido el pasado mes de marzo en Madrid, y a quien en esta ocasión que era tan suya quiero memorar porque […]
Acaba de dejarnos, aunque siempre seguirá con nosotros su recuerdo, don Manuel Criado de Val, el profesor que dio vida a la Alcarria por muchos de sus costados. Una verdadera figura clave de la cultura en Guadalajara durante el siglo XX, unánimemente reconocida, pálpito de Hita, generoso caminante de sus caminos, vocero de Cervantes, santiguador de los espacios carmelitas, estudioso de las letras, de los letrados, y de las estanterías donde sus recuerdos se guardan. Cuando tantas figuras de relumbrón se nos cuelan hoy en día, y tantas noticias de ultimísima hora se suben a titulares, no aguantando en ellos más que esa ultimísima hora, porque no dan para más, la actividad del profesor Criado de Val ha supuesto un podio desde cuya altura hoy nos mira, siempre comprensivo, amigable, dispuesto a darnos su razón y su conocimiento. Fue un maestro, en el más amplio sentido de la palabra. A los 97 largos años, ha fallecido en Madrid, donde también había nacido, el profesor don Manuel Criado de Val, ligado a la Alcarria por muchas razones. La primera de todas, porque de ahí le venía la sangre, ya que su padre era natural de Rebollosa de Hita, balconada sobre el Henares desde la que él, aún muy pequeño, descubrió el mundo de las coplas y los juglares, de los canónigos recitadores y los caballeros empeñados. Pero Criado era, con el corazón, y con la pluma, alcarreño de pura cepa. En la Alcarria de Sopetrán quiso tener su casa, y allí la puso, entrañable, minúscula, oronda de antiguas piezas y de miles de libros, en el “molino de Sopetrán” al que se quedó pegada su memoria y allí seguirá, hagan con él lo que hagan. Porque el molino de junto al monasterio, perdido entre la hojarasca, ajeno a todo, guardará el eco de sus palabras, de sus amistades, de sus reuniones sencillas en las que con tantas gentes del ancho mundo quiso rodearse. Muchas razones para el aplauso En este momento de su muerte, regresa Criado de Val a estas páginas por algunos señalados hitos en su actividad reciente y por muchas razones que se han ido acumulando en los últimos años y que, incomprensiblemente, no han gozado del merecido comentario en la prensa provincial, ni en los mentideros de lo cultural, a pesar de su dimensión objetiva. La primera de ellas es que el Ayuntamiento de Hita, hace escasos años, […]