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julio, 2012:

Motos en el confín

El retablo de San Juan, en la parroquial de Motos, es una joya del primer renacimiento.

Hemos recorrido la raya extrema de nuestra provincia, frontera con Aragón, entre Alustante y Motos. El viento siempre fresco, de aquellas alturas de Sierra Menera, cuajados los pedregales de sabinas rastreras, nos han permitido disfrutar de paisajes inéditos, de horizontes sin límites, y de una riqueza no imaginada en patrimonio.

Esta semana dedicamos la visita a Motos, un lugar recóndito, pequeño, íntimo, con una iglesia en la que se albergan elementos artísticos de gran valor.

La historia de Motos

Breve pero curiosa es la historia de Motos. Su nombre deriva de la altura que la domina: una colina agria en cuya altura siempre hubo castillo. De esa “mota” derivó el Motos con que hoy, y desde hace siglos, se le conoce.

En el paraje de las Cañadillas se han encontrado restos de la Edad del Bronce, y en el cerro de Santa María muestras de un asentamiento celtibérico, por lo que se colige que su poblamiento es antiguo de verdad.

Un topónimo del término es Villar Viejo, donde han aparecido restos clasificables como de época andalusí, por lo que se supone que desdela plena Edad Media hubo habitantes cerca. Pero su crecimiento, hasta hoy, se ha producido siempre al abrigo del cerro “de la Abadía” o “del Castillo”, acabando en el lugar actual, más cómodo para transitar y vivir, después de que pasaran las turbulencias dela Baja Edad Mediaen las que don Alvaro de Hita, alias “Beltrán de Oreja” y más conocido como “el caballero de Motos” sembró el miedo en las comunidades fronteras de Molina, Albarracín y Daroca, en las que actuó más como bandolero que como señor.

A partir de 1970, el Ayuntamiento de Motos quedó fusionado con el de Alustante, aunque según los usos y costumbres del Señorío de Molina, conserva en la Comunidad de pueblos de la Tierra su derecho a representación como lugar de la sesma dela Sierra. Eslógico que mantenga cierta personalidad, pues durante siglos fue Aduana, y medianedo o lugar de frontera entre Castilla y Aragón, lugar de reposo de los viajeros y peregrinos que desde Levante (Valencia, Teruel, Albarracín) se dirigían a Santiago atravesando por Molina hasta Burgos. Camino natural y antiguo que ya el Cid Campeador usó sin duda.

La iglesia de Motos

Quizás por su asentamiento en camino fronterizo durante siglos, esta fue única parroquia del Señorío Molinés que estuvo siempre fuera de la jurisdicción eclesiástica de Sigüenza: perteneció a la diócesis de Albarracín hasta la reforma de 1950. Su construcción data del siglo XVI, su fábrica es de fuerte mampostería con sillares perfectos en esquinas y fachada, y el interior es de salón único, dividido en tres cuerpos, con un coro a los pies, y un presbiterio ligeramente alzado cubierto de bóveda. Lo más destacado de ella no es su arquitectura, en la que apenas destaca su portada de arco semicircular trazado con enormes dovelas, sino los retablos que muestra, hoy limpios y restaurados, al visitante.

Tiene al parecer, aunque estas nos las hemos visto, numerosas alhajas, como una cruz de plata, múltiples prendas litúrgicas y “dos libros de pargamino (sic) modernos para el coro”. (más…)

Alustante, paso a paso

Mañana va a ser un día estupendo en Alustante. En ese pueblo grande que está en los rayanos, en la raya de Aragón. Y lo va a ser porque tres de sus vecinos, a saber, el profesor Alejandro López López, y los licenciados Diego Sanz Martínez y Juan Carlos Esteban Lorente, van a presentar un libro que se titula así, “Alustante paso a paso”, y yo voy a tener la oportunidad de hablar de ellos, del libro, y de Alustante. Que es lo que me gusta, porque a este pueblo fui por vez primera hace ya cuarenta años, siguiendo la Ruta de los Rayanos, y desde entonces se me metió en el alma. De ahí no sale.

Esta oportunidad surge de la idea que a estos tres beneméritos alustantinos se les ocurrió hace algún tiempo de unir sus fuerzas, y sus saberes, para dar el fruto de un libro completo, meditado, trabajado, bien hecho. El empeño inicial era el de recoger todo cuanto se sabe sobre Alustante, y ponerlo bien ordenado, y medido, en poco más de 250 páginas. Con muchas imágenes, antiguos grabados, visiones actuales, recuerdos de siempre.

Repartido el trabajo, Esteban Lorente se encargaría de la historia del lugar. No toda, porque es mucha, y a ratos aburrida. Solamente aquello que en el transcurso de los siglos ha brillado y ha dado sentido al caminar de sus gentes. Sanz Martínez nos hablaría del patrimonio local, desde sus paisajes, a sus fiestas, pasando por el arte y el urbanismo. Y el profesor López, sabio en otros menesteres relacionados con el medio ambiente, y el turismo, nos daría su visión de Alustante desde esas perspectivas. Los bosques, las aguas, las rutas, los hablares, la esencia cultural de un pueblo y una tierra que tiene un latido propio. Que lo ha tenido siempre.

La historia de Alustante

Siempre fue incierto el futuro. Es su razón de ser. Durante siglos, el futuro de Alustante fue saludable, porque la población crecía, la gente producía, los campos daban su fruto, y unos y otros se hacían más y mejores. Desde los años centrales del pasado siglo, tras una Guerra Civil que cambió para siempre el país, la diáspora abdujo a más de la mitad de los habitantes de Alustante hacia otras tierras: a Valencia sobre todo, y a Barcelona, y a Madrid… pero con mejores carreteras y un pueblo bien cuidado la cosa se estabilizó hasta que hoy una nueva amenaza se cierne sobre el pueblo: nos lo contaba en estas páginas la semana pasada el profesor López: pueden cerrarse las escuelas de los pequeños lugares en nuestra provincia, y a Alustante, como a todos, eso le supondría un nuevo empujón hacia la despoblación. (más…)

La batalla de las Navas de Tolosa, 800 años después

Tapiz de la Batalla de las Navas de Tolosa

El próximo lunes, 16 de julio de 2012, se cumplirán con exactitud los ochocientos años de la Batalla de Las Navas de Tolosa, el acontecimiento histórico puntual que llevó a desbaratar el dominio de los almohades sobre Andalucía y la naciente Castilla, cambiando desde entonces el signo político de las tierras ibéricas, y cortando y haciendo retroceder el poder islámico que desde siglos antes se había ejercido sobre la Península, y amenazaba extenderse al resto del continente europeo.
Aquí van unos sucintos retazos de la batalla, de sus protagonistas, de sus participantes, y la consideración que me viene a la mente acerca de lo que realmente supuso aquella batalla, aquella victoria de los ejércitos cristianos, y una breve reflexión de lo que algunos opinan, todavía hoy, sobre ella.

Sin duda es la Batalla de las Navas de Tolosa, acaecida en las tierras de Jaén, frontera de Castilla-La Mancha, hace exactamente ocho siglos, el acontecimiento que marcó el rumbo de la historia de Europa hasta hoy mismo: un camino de inspiración cristiana en el que se han desarrollado, desde muy diversas perspectivas, las formas de convivencia que los europeos nos hemos ido dando: organización política, educación, formas de sociedad, cultura y arte, respeto a la mujer, ganas de mejorar y avanzar… una cultura, en definitiva, que todavía hoy choca contra la otra forma de ver el mundo y la sociedad, la islamista, que hubiera sido la nuestra de no haberse producido en aquel 16 de julio de 2012 aquella batalla sangrienta.

Se produce este conflicto, puntual y de muy rápido desarrollo (un solo día) tras la evolución de un estado de cosas que se acentúa en los años y meses anteriores. La España islámica, deshecho el Califato omeya de Córdoba, se dividió en múltiples reinos de taifas, que ante el peligro de ser conquistados por los reinos cristianos, llaman a los almohades (los habitantes del desierto y del norte de África, los súbditos de los reyes mauritanos de Marrakech) quienes llegan a la península e implantan un régimen de islamismo radical y Guerra Santa cuyo objeto es tomar bajo su mando la Península Ibérica y saltando los Pirineos llegar a Europa. (más…)

Una bóveda mudéjar en Valverde de los Arroyos

Detalle central de la bóveda mudéjar que remata desde hace poco el crucero del templo parroquial de Valverde de los Arroyos

Junto a mi amigo José Antonio Suárez de Puga, y con una amable vecina que nos sirvió de guía, admiramos esta nueva adquisición que para el patrimonio artístico provincial ha supuesto esta bóveda, de tradición mudéjar, que aunque sea someramente quiero glosar ahora.

La iglesia de Valverde

Aunque al llegar a Valverde la primera impresión es la de estar ante una Naturaleza todopoderosa y prolífica, húmeda y verde, el discurrir por sus cuestudas calles y espacios nos devuelve el asombro de contemplar su arquitectura popular serrana, quizás lo más interesante del viaje.

En el costado sur de la plaza se alza la iglesia parroquial, dedicada a San Ildefonso, cuya construcción se remonta al siglo XVI, aunque se hizo totalmente nueva en 1731, hundiéndose enseguida y volviéndose a rehacer en 1746. Esa es la historia del templo valverdano: sus materiales pobres le han tenido siempre a merced de los embates de una Naturaleza húmeda y agresiva. La última intervención que dejó el templo como hoy lo conocemos se remonta a 1854-1858, mostrando su estampa oscura y señorial justo en el centro del poblado.

Un arco de ingreso hecho con ladrillo, que confiere un toque de exotismo a la construcción con este material antaño tan poco utilizado por esta región, sirve de entrada a una iglesia de nave sola, de cubierta simple, con una torre adosada a los pies, y algún detalle de gran interés orfebre, como es su antigua cruz procesional, de estilo renacentista popular, hecha en el siglo XVI en los talleres de Segovia por el orfebre Diego Valles.

Tras haber renovado la cubierta a finales del siglo XVI, el problema de las humedades y sobre todo la destrucción por las termitas de las maderas de la bóveda del presbiterio, han obligado muy recientemente a tomarse en serio su restauración, impulsada por el párroco de Valverde, don  Luis Antonio Monge, con las aportaciones a su coste de la parroquia y los donativos de los fieles, dela Diputación Provincial, del Obispado, y del Convenio Obispado-Ibercaja, estando a la espera de las ayudas prometidas por laJunta de Comunidades y el Ayuntamiento de la localidad. (más…)