Hemos recorrido la raya extrema de nuestra provincia, frontera con Aragón, entre Alustante y Motos. El viento siempre fresco, de aquellas alturas de Sierra Menera, cuajados los pedregales de sabinas rastreras, nos han permitido disfrutar de paisajes inéditos, de horizontes sin límites, y de una riqueza no imaginada en patrimonio.
Esta semana dedicamos la visita a Motos, un lugar recóndito, pequeño, íntimo, con una iglesia en la que se albergan elementos artísticos de gran valor.
La historia de Motos
Breve pero curiosa es la historia de Motos. Su nombre deriva de la altura que la domina: una colina agria en cuya altura siempre hubo castillo. De esa “mota” derivó el Motos con que hoy, y desde hace siglos, se le conoce.
En el paraje de las Cañadillas se han encontrado restos de la Edad del Bronce, y en el cerro de Santa María muestras de un asentamiento celtibérico, por lo que se colige que su poblamiento es antiguo de verdad.
Un topónimo del término es Villar Viejo, donde han aparecido restos clasificables como de época andalusí, por lo que se supone que desdela plena Edad Media hubo habitantes cerca. Pero su crecimiento, hasta hoy, se ha producido siempre al abrigo del cerro “de la Abadía” o “del Castillo”, acabando en el lugar actual, más cómodo para transitar y vivir, después de que pasaran las turbulencias dela Baja Edad Mediaen las que don Alvaro de Hita, alias “Beltrán de Oreja” y más conocido como “el caballero de Motos” sembró el miedo en las comunidades fronteras de Molina, Albarracín y Daroca, en las que actuó más como bandolero que como señor.
A partir de 1970, el Ayuntamiento de Motos quedó fusionado con el de Alustante, aunque según los usos y costumbres del Señorío de Molina, conserva en la Comunidad de pueblos de la Tierra su derecho a representación como lugar de la sesma dela Sierra. Eslógico que mantenga cierta personalidad, pues durante siglos fue Aduana, y medianedo o lugar de frontera entre Castilla y Aragón, lugar de reposo de los viajeros y peregrinos que desde Levante (Valencia, Teruel, Albarracín) se dirigían a Santiago atravesando por Molina hasta Burgos. Camino natural y antiguo que ya el Cid Campeador usó sin duda.
La iglesia de Motos
Quizás por su asentamiento en camino fronterizo durante siglos, esta fue única parroquia del Señorío Molinés que estuvo siempre fuera de la jurisdicción eclesiástica de Sigüenza: perteneció a la diócesis de Albarracín hasta la reforma de 1950. Su construcción data del siglo XVI, su fábrica es de fuerte mampostería con sillares perfectos en esquinas y fachada, y el interior es de salón único, dividido en tres cuerpos, con un coro a los pies, y un presbiterio ligeramente alzado cubierto de bóveda. Lo más destacado de ella no es su arquitectura, en la que apenas destaca su portada de arco semicircular trazado con enormes dovelas, sino los retablos que muestra, hoy limpios y restaurados, al visitante.
Tiene al parecer, aunque estas nos las hemos visto, numerosas alhajas, como una cruz de plata, múltiples prendas litúrgicas y “dos libros de pargamino (sic) modernos para el coro”. (más…)