Guadalajara en el Atlas de Caminería Hispánica
El lunes que viene, 25 de junio, se va a inaugurar en Madrid el XI Congreso Internacional de Caminería Hispánica. Veinte largos años haciéndolos, cada dos, entre Guadalajara y el mundo, entre Madrid y Michoacán, siempre dando tribuna a quienes estudian el caminar de las gentes, los caminos que dejaron, las sorpresas que encontraron en las revueltas de sus caminos. En esa jornada se presentará la gran enciclopedia o Atlas de Caminería Hispánica, del que aquí hacemos comentario y glosa.
Será el lunes 25 de junio, por la mañana, cuando a primera hora se proceda a presentar en público una obra que condensa grandes parcelas del saber humanístico, histórico, geográfico y patrimonial de España. La obra, en dos tomos de gran tamaño, guardados en estuche de cartón, ofrece una visión panorámica de los caminos hispánicos y todo lo que de historia y arte por ellos se extiende y atesora. Y al decir hispánicos me estoy refiriendo a la península, el Mediterráneo valenciano y catalán, y el Plus Ultra castellano de América. Y de Asia, Oceanía, Africa… parece no acabar nunca el camino que parte de España, de Toledo y la Alcarria, de Barcelona o Sevilla.
Es el “Atlas de Caminería Hispánica”. El Congreso tendrá su sede en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos dela calle Almagro, 42, de Madrid.
Caminos de la Antigüedad
Los itinerarios que presenta esta Enciclopedia son variados, entretenidos, y anchos siempre. De la época árabe, hay dos estudios que me han entusiasmado. Uno es el de Saqya, en el emirato de Córdoba, en la época cuando este individuo fue señor independiente en Sopetrán y buena parte de la Alcarria y márgenes del Henares. Lo escribe Rosario Osorio y nos da sucinta la historia de este rebelde musulmán frente al poder de Abderramán. El otro estudio es de Ignacio Menéndez-Pidal de Navascués, y se dedica a revisar, metro a metro y día a día, el “Itinerario de las Navas de Tolosa”, la gran batalla que definió la historia del Occidente europeo, el 16 de julio de 1212, ahora va a hacer nueve siglos justos. En este trabajo analiza caminos, trayectos, posiciones, acampadas, de todos los ejércitos participantes, en un hondo estudio riguroso.
La Caminería medieval cristiana es analizada por muchos autores. Entre ellos, José Ramón López de los Mozos, que lo hace acerca del camino de Alfonso XI de Castilla y León. Pero también son fundamentales los estudios que aquí se incluyen de don Manuel Criado de Val, sobre “Las Rutas del Mío Cid” y los caminos de peregrinación entre Sopetrán y Gredos. Por supuesto que en este sector de la Enciclopedia aparecen varios trabajos sobre “El Camino de Santiago”, más los caminos de la montería descritos en el libro de Alfonso XI (rey caminero que fue, y cazador, y gran conocedor de los bosques y los montes de su reino. Un verdadero ejemplo a resaltar entre todos los individuos que han ocupado el trono de España).
Se suman los itinerarios de Alfonso X el Sabio, y de Jaime I el Conquistador, siempre asomados, y cabalgantes, por los caminos de su época.
Carlos Alvar Ezquerra hace un análisis del “Itinerario de don Juan Manuel”, del que ya en su día, y también en uno de estos Congresos Internacionales de Caminería, ya definí su “Estado itinerante”. Desde las costas de Murcia al valle del Pisuerga, toda España está ocupada por castillos levantados a su costa, de tal modo que podía este magnate, cada noche y tras cada batalla, ir a descansar en un castillo suyo. Esta de don Juan Manuel es una forma de ejercer el poder, y la fuerza, con su estrategia y sus batallas, muy diferente a lo que se llevaba por entonces: en lugar de hacerse con un gran territorio en cuyas fronteras se ponían las guardas, y en su centro se establecía una fuerte villa amurallada, el aristócrata castellano lo que hacía era dispersar sus posesiones, minimizarlas, pero con el objetivo de controlar directamente toda la península.
Magistral es aún el estudio que hace Manuel Criado de Val de las “Rutas (obsérvese, las pone en plural) y el territorio del Arcipreste de Hita”, en el que vuelve a marcar todos sus descubrimientos, a desdoblar las personalidades y a puntualizar en pueblos, castillos, montes y puertos las palabras de múltiple significado que se ofrecen en el “Libro de Buen Amor”, otro libro caminero,, trotón, lleno de vida y color.
El final dela Edad Media, el siglo XV, nos entrega un montón de sugerencias para cuantos quieran hacer Rutas, Caminos y Jornadas por unos escenarios históricos. Nuestro compañero de páginas, José Serrano Belinchón, traza el itinerario del Condestable de Castilla, don Alvaro de Luna, por su tierra amada, la nación de los valientes: desde su Cañete natal, hasta el patíbulo en Valladolid, pasando por Olmedo, Escalona, Atienza…
Luis Alberto de Cuenca estudia “los caminos del Amadís”, que son imaginarios, por supuesto, como los de Howard o los de Tolkien, llenos de singulares y atroces paisajes, de imposibles personajes heroicos: Galaor, Agrajes, Oríana… Además de los caminos cortesanos de los Reyes Católicos, que siempre anduvieron España de convento en convento y de castillo en castillo, yo me atrevo a poner en esta magna obra el “Itinerario del Marqués de Santillana” resumiendo el libro que hace muchos años escribí en el que aparecía la figura del aristócrata alcarreño desde una perspectiva estructuralista, marcando un itinerario vital, otro geográfico y otro literario.
Los caminos en la Edad Moderna
De nuevo es don Manuel Criado de Val quien realiza uno de sus grandes y profundos estudios sobre un tema que le ha venido ocupando buena parte de sus recientes años: “La Cosmografía de Hernando Colón”, de cuyos manuscritos (uno en la Biblioteca Nacionalde Madrid, otro enla Biblioteca Colombinade Sevilla, y otra más perdida) dice que son algo más que un simple “repertorio” de caminos. Esa Cosmografía nace con un intento de visión global del mundo, y Hernando Colón, en 1512, quiere hacer eso pero empezando por España. Criado hace un resumen, aquí, de tan gran obra, en la que se mencionan los puentes de fábrica, los puentes de barcas, vados, caminos de todo tipo y distancias por toda la Península. Ensu recorrido describe comidas, pueblos, fiestas y edificios. Más cruces camineras, estampas, puertas y arcos…
Otro punto clave es la Caminería de Carlos V tanto por España como por Europa. También a cargo del profesor Criado, que se muestra sabio, por sus conocimientos exactos de los itinerarios, como por su capacidad de resumir y concretar.
Muy bonito es el relato que Miguel Méndez-Cabeza hace del itinerario del Emperador Carlos de Laredo a Yuste: lo recorre en medio del fervor popular, pues muchos españoles se trasladaron a las localices de Cantabria, Castilla y Extremadura por donde pasó.
Entre otros muchos, porque la obra es inacabable, una Enciclopedia total de los Caminos creados por los españoles, aparece el estudio de “El Viaje de Turquía” que desarrolla Encarnación Sánchez García. Parte de una obra de ficción, el “Diálogo entre Pedro de Hurdimalas y Juan de Voto a Dios y Mátalas Callando” en el que describe los espacios, jornadas y lugares reales por donde pasaban los españoles que iban o venían, de Turquía a la Península, redimidos o por redimir.
Otros caminos, literarios estos, que diversos autores recorren sobre la piel de toro, son los de Don Quijote de la Mancha, siempre controvertido; de Santa Teresa de Jesús, fundadora en cada esquina, del Lazarillo de Tormes, reales a pesar deser ficticio elpersonaje, y de Calderón de la Barca.
La obra en la mano
El libro que se presenta es de un considerable tamaño y aparece en dos tomos, el primero con 446 páginas, y el segundo con 340. El primero está dedicado a la Caminería española y del Mediterráneo, incluye 75 estudios que van dela Caminería Hispano-Romanaa la literaria del Siglo de Oro. El segundo, consagrado ala Caminería Hispánica en el NuevoMundo, tiene 60 trabajos que ofrecen temas desde los Viajes de Cristóbal Colón a las rutas hispano-portuguesas ala India. Los libros van arropados en un estuche de cartón y están primorosamente impresos sobre papel de grueso gramaje y a todo color. Una obra imprescindible para cuantos quieren saber de esta densa aportación española a la raiz del caminar el mundo, con numerosos artículos que tratan de Guadalajara y su entorno.
Recomiendo absolutamente esta obra. Para los que se interesan por el apasionante tema de la «Caminería Hispánica», creo que en estos dos tomos (poco más de 100 Euros, pero son una auténtica enciclopedia de textos e imágenes) viene todo lo que puedan desear y conocer. Se pueden ver, y pedir a la editorial, en esta página: http://www.aache.com/libreria/atlas_Camineria.htm