Junto al rollo de Atanzón

viernes, 13 abril 2012 0 Por Herrera Casado

Este próximo domingo 15 de abril, a la 1 de la tarde, se va a montar –a modo de fiesta popular- una cadena humana en Atanzón, que llevará, uniendo sus manos, a las gentes de Atanzón desde su plaza mayor, hasta el lugar donde se ubica el viejo rollo de justicia, para reivindicarlo como suyo, y para pedir protección y restauración, en lo que necesite. Toda medida que sirva para proteger el patrimonio de nuestra tierra y nuestros pueblos merece mi apoyo, y, creo, el apoyo de todos cuantos se sienten bien aquí, en Guadalajara.

Dice la nota que envía a la prensa una comisión organizadora, que se pretende con ello hacer una petición pública de atención y ayuda a este monumento. Al parecer, según esa nota, el rollo o picota de Atanzón está en mal estado de conservación y amenaza con hundirse. Un perfil en Facebook, producción de camisetas, recogida de firmas y ahora esta iniciativa de crear la cadena humana, desde la plaza del pueblo, hasta el altozano en que, a la entrada del pueblo, se alza el rollo, es lo que una asociación de jóvenes ha promovido para sensibilizar a la gente de la comarca, y a las autoridades que se encargan del patrimonio, acerca del peligro que se cierne sobre este elemento del pasado histórico del pueblo.

Un rollo, los rollos

Aunque el rollo de Atanzón es muy peculiar, diferente de los demás que se alzan por los pueblos de la Alcarria, y probablemente el más antiguo de todos ellos, puesto que debió erigirse en el siglo XIV, al tiempo de hacerse villa la vieja aldea, hay otro muchos, hasta 60, en todala provincia. Unode sus estudiosos, el investigador Felipe Olivier, nos dejó un libro interesantísimo acerca de su origen, significado y evolución, acompañado de un catálogo de todas las piezas existentes, que en los últimos años se han completado con la reelaboración de algunas piezas interesantes, como las de Fuentelviejo, Trillo, Sayatón y Cendejas.

Decía así Olivier en su estudio sobre estos elementos: “Las picotas eran unos pilares de madera, en los cuales se ataban a los reos, para vergüenza pública. Estaban llenos de argollas, cadenas y garfios. Otras eran cepos para la cabeza, los pies y las manos. También existía la modalidad giratoria. En ocasiones se untaba al reo de miel o se le empluma­ba. Estas penas eran consideradas penas menores y son reco­gidas en las Partidas de Alfonso X (última de las penas le­ves)”. Ante el deterioro de estos pilares de madera empezaron a construirse en piedra, y se crearon los rollos jurisidiccionales, que eran los símbolos de la autonomía jurisdiccional de cada aldea devenida en villa El rollo era generalmente una columna de piedra tallada de planta circular que se esgrimía en el centro de la plaza mayor, o más comúnmente a la entrada principal del pueblo, como signo de Adminis­tración de Justicia e independencia territorial. “El esplendor de los Rollos se encuentra en los siglos XVI al XVIII. Diremos que no hay Rollo igual, todos son diferentes, unos cargados de simbolismo (dragones, leones, personajes a­lados etc…) otros blasonados, lisos, acanalados, con gradas de tres peldaños, otros de cinco… Pero siempre lanzando a los cuatro vientos el mensaje de autonomía e independencia de Concejos y ciudades”.

En el Ritual de otorgamiento del rollo y el villazgo, se decían frases como esta: «é vos damos poder, é entera fa­cultad para que podáis poder, y tener, é pongades, é tengades, Horca, é Picota, y Cepo, é Cartel, y Cadena, y Cuchillo, y Azo­te, y todas las otras insignias de Jurisdicción que las villas sobre si de estos Reynos pueden, é deben tener, y usar… »

En la provincia de Guadalajara destacan algunos como el de Fuentenovilla, que es de los más hermosos de España, y que vemos junto a estas líneas en un grabado del siglo XIX, y otros muy conocidos y clásicos en su estructura, como los de El Pozo de Guadalajara, Valdeavellano, Cifuentes, Lupiana, Hueva, etc…. Sabemos de algunos que desaparecieron, y otros que se han recuperado. Guadalajara ciudad tuvo rollo de justicia y autonomía, y hoy se le ha reconstituido poniendo uno, idealizado, en un jardín junto a la Avenida del Ejército.

En cuanto a su protección, debemos saber que el Decreto 571/1963, de fecha 14 de Marzo de 1963, que cuidaba del Patrimonio artístico, dice que: «Los propietarios, poseedores o usuarios de escudos, emble­mas, piezas heráldicas, rollos de justicia, cruces de término y de­más piezas y monumentos de análoga índole, cuya antigüedad sea de más de cien años, no podrán cambiarlos de lugar ni realizarán en ellos obras de reparación alguna sin previa autorización del Minis­terio de Educación Nacional. El cuidado de estas piezas y monumentos queda encomen­dada a los Ayuntamientos, los cuales serán responsables de su vi­gilancia y conservación, debiendo poner en conocimiento dela Dirección Generalde Bellas Artes cualquier infracción de las nor­mas vigentes sobre la materia». Esta misma protección sigue vigente en la Ley de Protección del Patrimonio Artístico de la región autónoma de Castilla-La Mancha.

Paseando Arbancón

Desde la plaza mayor al rollo hay poco más de 500 metros. El pueblo de Atanzón alcanzó tempranamente el villazgo, pues perteneciendo a la reina doña María, esposa de Alfonso XI, fue donado su señorío a sus camareros Fernán Rodríguez Pecha y a su mujer Elvira Martínez; quienes lo cambiaron por el pueblo de Hornija, para hacerlo cabeza de su mayorazgo, dándole la categoría de villa en torno al año 1335.

Entones se erigió el rollo, símbolo jurisdiccional, consistente en una columna de piedra caliza basta cuyas piezas están unidas con argamasa de cal y arena; en la parte superior, tiene cuatro salientes en forma de cruz o ménsulas sencillas. Sus dimensiones aproximadas son de3 metrosde altura por1,2 metrosde diámetro (se supone debe tener una parte enterrada); está situado en un altozano a la entrada del pueblo, en el ángulo de la carretera de Guadalajara yla de Torija. Porentroncamiento, pasó el señorío a manos de los Mendoza, siendo cambiado por el Cardenal de este nombre por la villa de Maqueda a don Alvar Gómez de Ciudad Real, en menos de cuya familia se mantuvo hasta la supresión de los señoríos por las cortes de Cádiz en 1811.

Al visitante de la villa, que este domingo tendrá oportunidad de admirar en todos sus detalles, no debe escapársele de entre todos los elementos que se ofrecen en ella su monumental iglesia renacentista, de bella portada de arco de medio punto entre dos columnas dóricas acanaladas, rematada en frontón triangular, con sus enjutas figuran ocupadas por los escudos de los Gómez de Ciudad Real. El templo tiene planta de salón-basílica, con tres naves separadas por arcos sostenidos por columnas dóricas; un gran arco triunfal con rosetas en su intradós separa la nave central del crucero, cubierto en el centro por un espectacular artesonado mudéjar, y a los lados por bóvedas nervadas de crucería gótica. En el presbiterio rectangular se exhibe un bello altar barroco procedente de la iglesia de El Atance. A la izquierda, hay una capilla,la del Cristoo del Santísimo, del siglo XVII, barroca, con molduras y yeserías, cúpula y linterna. A los pies del templo, existe un coro en madera tallada y policromada de gran belleza en el que figura la fecha de la terminación del templo, 1565.

La verdad es que comparando el estado del patrimonio de Atanzón, tal como estaba hace cuarenta años y como está ahora, solo se le pueden apuntar mejoras. Tengo fotografías de uno de mis primeros viajes por allí, que hice en 1982, y la iglesia estaba algo aviejada, sin amenazar ruina, pero mal, “desgastada” de los siglos, diría yo. Al rollo le pasaba lo mismo. No es que estuviera para caerse al suelo, pero andaba un poco peleado conla vertical. Yhabía demasiados huecos entre sus piedras. Un rollo único, el de Atanzón, pues su cuerpo no es columna de piedra única, sino amasijo homogéneo de cantos y piedras que forman un pilar de planta que se aproxima a lo circular, y de consistencia por sí mismo dehiscente, porque las piedras sueltas que lo forman tienden a disgregrarse. Años después volví por allí, y me encontré con una iglesia absolutamente remodelada (es más, asistí a la ceremonia de inauguración de la recuperación total del templo) con una pinta estupenda en su exterior (junto a estas líneas van dos fotografías, el “antes y el después”, que hablan por sí solas) y en su interior limpio y espléndido.

Algo similar pasó con el rollo. Ese elemento patrimonial al que tanto aprecio tienen en Atanzón, de forma merecida, en 1982 estaba un poco inestable y dubitativo en cuanto a su verticalidad, y años después se arregló y confirmó. Tambien aporto las fotos del antes y el después de aquel arreglo. No sé como estará ahora, no he tenido tiempo de acercarme a Atanzón a confirmarlo, pero si sus vecinos están tan preocupados por su supervivencia, es porque tendrán razones para así temerlo. Por ello espero que tengan éxito sus pretensiones, y que, con un poco de atención se termine de sustentar y arreglar la pervivencia de ese elemento capital y tan interesante del patrimonio artístico provincial.