Trillo en medio del agua

viernes, 21 octubre 2011 0 Por Herrera Casado

Trillo está fundamentada en agua: el Tajo cruza el pueblo y sobre sus aguas se alza un puente valiente y espectacular. Muchas páginas de la historia de Trillo están basadas en el agua, la del río Tajo que viene ancho, la del Cifuentes que cae con fuerza y mueve los martinetes, y las medicinales que brotan de la montaña y dan vida al Real Balneario de Carlos III.

En medio del agua Trillo se esponja y deja que los peces de hoy y los gancheros de ayer formen imágenes que salen del sueño y se prenden para siempre en la materia dura del hierro, como veletas y pararrayos de cualquier desgracia. Volvemos a Trillo a patear sus calles y oir sus aguas.

Entrada a Trillo en la rotonda norte

 Las nuevas rotondas

 En estos días se han inaugurado las dos rotondas que permiten el acceso a Trillo desde la variante de la CM-2115 que ahorala circunda. Sondos intervenciones de tipo urbanístico que van más allá del mero utilitarismo de unas rotondas para que los automóviles circulen con precaución y seguridad. Son, realmente, dos nuevos monumentos que se añaden a la provincia, y que en este caso nacen de la nada y se articulan sobre las esencias de un pueblo: a eso le llamo yo acudir a las raíces, marcar con imágenes y sobre la piel palpitante de un pueblo, los elementos que le hacen cierto.

Una de las rotondas, la que llega a Trillo desde el Alto Tajo, nos presenta un grupo de imágenes forjadas sobre hierro que memoran a los gancheros que hace decenios bajaban pastoreando los bosques talados de las altas serranías, en su rumbo hacia el Sur, hacia Aranjuez y Toledo. La otra hace alusión al agua personificada en sus habitantes vivos, los peces, que en mil especies pueblan las aguas oscuras aquí del Tajo y que unos pescan y otros miran: sabiendo todos que la corriente tensa guarda vida en su interior.

Esas dos rotondas han sido diseñadas y dirigidas en su disposición y construcción por un diseñador barcelonés, -Javirroyo es su nombre artístico- que está hoy en la vanguardia de la apariencia, y que sin duda todo lo que toca lo transforma: es un artista de las imágenes pasajeras, y en estas rotondas ha sabido entroncar la tradición y el enraizamiento con la modernidad y el buen rollo.

 Peces del Tajo

 La primera de las rotondas, la que saluda al viajero que llega desde Guadalajara, está dedicada a los peces. Dice así Javirroyo al inicio de sus propuestas sobre los peces como elemento vivo del agua de Trillo:Una nube de peces es agua, es aire, es movimiento, es vida, es representación de futuro en cuanto a salud, sostenibilidad medioambiental y subsistencia y riqueza. Este conjunto escultórico que será ubicado en la entrada de Trillo, está centrado en la representación de¡ agua en tanto en cuanto elemento central en la vida de este pueblo alcarrefio a lo largo de la historia. En la fusión del agua y del aire. Está constituído por 50 peces que se mueven y giran con la fuerza del aire, representando el agua, el movimiento, la vida y la energía. Y también es el símbolo de la comunidad, de la unión, del pueblo”.

Esto supone que se le da categoría de monumento, al menos natural, a la fauna de vertebrados piscícolas del Tajo en esta zona. En el libro que editó el Ayuntamiento el año pasado, diseñado también por Javirroyo y escrito entre otros muchos porJavier Bravoe Idota García de Cortázar, titulado “Trillo y el agua” y del que damos al final breve referencia bibliográfica, se nos dice que muchos trillanos pusieron empeño vital en la p4esca: unas veces, hace mucho tiempo, para sobrevivir, y las más, como ahora, por entretenimiento. Y traen una entrevista y charloteo con Valentín Batanero como representante más a mano y más auténtico de la afición a la pesca en Trillo.

Nos dice Batanero que su afición le viene por ver cómo muchos otros pescaban en el río a todas horas., y él confiesa que ya desde niño en cuanto salía de la escuela cogía la caña y se iba con otros compañeros a las orillas, a ver pasar las aguas, buscar los peces e intentar pescarlos. Con ese ritmo, que nunca aflojó, es fácil comprender que sepa tanto de peces y de aguas, como un dios Neptuno de las juncosas riberas.

Él dice que fabricaba sus “cañejas” de bambú y se ponía en los carrizales o en las orillas de la Tajonada llevando trozos de patata como cebo y bebiendo la alegría cuando sentían que la caña se movía y había que luchar con ella para, al final, levantar en el aire un pececillo que daba brincos conla cola. Estepescador de toda la vida explica al detalle y con sabiduría rural, cuales son las especies más frecuentes, las más vistas y más buscadas. Y así recuerda las formas y los colores de los barbos, de los gobios, de las carpas y las aventuras difíciles con los blasblas (así llaman en Trillo al black blass), la grandiosidad del lucio, agresivo y grande, con 16 kilos el mayor que él pescó en su vida, o con las elegantes y saltarinas truchas que eran la suculencia de la mesa, y el mejor trofeo porque es el animal más difícil de pescar. A estas las cogía tras soltar anzuelos de mosquito artificial y cada una de las que pescó las recuerda con nitidez, porque todas fueron preciados trofeos. Al fin, es el cangrejo al que Batanero dedica unas palabras, al autóctono, castellano y trillano, que desapareció tras ser destruido por un hongo que trajeron los cangrejos americanos con los que se repoblaron nuestros ríos hace unas cuantas décadas. El agua en Trillo es más generosa al caer la tarde, cuando baja turbia, o en los días nublados, porque entonces su vientre se llena de peces y a los pescadores les da más alegrías.

 Memoria de los gancheros

 La segunda de las rotondas, la que se encuentra el viajero al llegar desde el Alto Tajo, está dedicada a los Gancheros. Dice así Javirroyo, el autor de la idea y el diseñador de la escultura en hierro, a propósito de las consideraciones que hace de la memoria y las imágenes de los gancheros, como elemento testimonial del agua en Trillo: Cuatro gancheros ayudan a los troncos a bajar río abajo, y ponen toda su energía en un trabajo en equipo, un trabajo del pasado, que dejó una huella importante en Trillo. Esta intervención es un homenaje al tradicional oficio de los gancheros, dedicados a bajar los troncos de madera desde lo alto de las montañas utilizando la fuerza del agua del río Tajo. El camino de la madera continuaría hasta la localidad de Aranjuez, donde terminaba su viaje fluvial, para ser tratada en diferentes factorías. El nombre de «gancheros» viene de los ganchos que utilizaban para ir orientando o empujando los troncos que quedaban varados a lo largo de la travesía”.

Es Tomás Henche Sancho, posiblemente el último ganchero trillano que anduvo trabajando en esta apasionante y dura tarea, quien le cuenta aJavier Bravoalgunas anécdotas de aquellos días, en la primera mitad del siglo XX. Vivían en los pinares, a las orillas del río, y se pasabn dos y hasta tres meses fuera de casa, durmiendo al raso, manejando aquellos grandes rebaños de árboles cortados a los que se terminaba por ver como amigos, como animalres mansos, como silenciosos peces superficiales y rígidos. Y le cuenta que en Trillo se sacaba mucha madera, una para consumo del pueblo y de sus famosas carpinterías, y otra para cargarla en camiones y llevarla a los compradores finales que con ella hacían las mil cosas que se hacen con la madera.

 Las Vacas por el Tajo y el Balneario

 Otras expresiones del agua en Trillo, que ya no tenemos tiempo de comentar a fondo, son la fiesta de “Las Vacas por el Tajo”, que viene haciéndose desde hace 15 años, y que consiste en soltar hasta cuatro vacas jóvenes por las orillas del río, y dejarlas que se entretengan y jueguen con los mozos que de muy diversas maneras las citan y las provocan a que corran tras ellos. No se hizo por casualidad este festejo, sino como tradición muy antigua de moverse ante los toros que bajaban, a pie y en manadas, desde los bosques del Alto Tajo donde estaban las buenas ganaderías de Checa, hacia las fiestas de los pueblos dela Alcarria. Alpasar por Trillo, siempre se producían escenas de emoción y sustos. De ahí que se añoraba y al fin se puso en práctica: enla Feria Chicodel mes de Junio, un domingo se dedica a que el agua en Trillo lleve los gritos de la juventud que reta a las vacas.

Y al fin la memoria del Balneario Real de Carlos III. Esa es otra de las hondas raíces de la villa: desde 1777 en que se dieron por “realmente” inaugurados, hasta hoy mismo, con altibajos notables, con hundimientos y resurrecciones, las aguas (las medicinales, las sapientes y olorosas aguas de Trillo) han visto desfilar a miles de personas por la ribera del río. No son abundantes, pero sí curativas, benéficas y sobre todo nacidas en un entorno natural de belleza y serenidad que hacen que esa fuerza se transmita a quien de nuevo visita el espacio actual del Real Balneario.

Como sobre la historia de esta institución va a ser muy pronto un libro que la cuenta en toda su dimensión, no digo más por hoy de ella, porque merecerá un comentario más amplio dentro de unas semanas.

Solamente el detalle final de cómo un tema menor, la urbanización de dos entradas a un pueblo desde una carretera de circunvalación, pueden dar motivo para una reflexión amplia y útil en torno a la forma de representar y dar valor a la raíces de un pueblo. El alcalde de Trillo, Antonio Muñoz, y toda su Corporación, lo ha entendido muy bien. Ojalá en otros lugares dee nuestra provincia se hagan las cosas así, con naturalidad, con sencillez, con belleza, y con sensible contundencia…

 Trillo y el Agua: una historia de amor

 Un libro genial sacó el pasado año el Ayuntamiento de Trillo, con el que felicitó las Navidades a todos sus vecinos. Un libro recio, en formato cuadrado, con tapas duras, con 286 páginas todas impresas a color, y dirigida su realización e ilustrado en su mayor parte por uno de los más acreditados diseñadores gráficos del momento, el catalán Javirroyo. Es una sucesión de imágenes, alusiones a los elementos acuáticos del Tajo en Trillo, como la pesca, los gancheros, las aguas medicinales del balneario de Carlos III, la nieve, los chopos del río… entrevistas a paisanos, y el proyecto del diseñador para hacer las dos rotondas de entrada y salida de Trillo que en estos meses se han puesto en funcionamiento.