Tiempo de Museos
Ayer jueves se celebró en toda nuestra Región, y en el mundo todo, la Jornada Mundial de los Museos. Actos, visitas, puertas abiertas, la Dama de Elche en su “ciudad natal” y en Toledo una presentación, la de un libro escrito por alcarreños que trata de Museos, de los Museos, todos, casi doscientos, de la Región castellano-manchega. Un acto que contó con la presencia de la Consejera de Cultura, doña Blanca Calvo, y de muchos directores de museos y caras conocidas de la cultura regional.
El libro, “Museos de Castilla-La Mancha”, ha sido editado por AACHE en nuestra ciudad, y cuenta entre sus autores al conocido investigador José María Ferrer González. Un viaje largo y detallado por los espacios que en nuestra tierra guardan la memoria de las viejas cosas, de los tiempos idos, de los grandes artistas, de las memorias mínimas. Un libro que, después de tenerlo en la mano, suscita lo que pretende: viajar y conocer, adentrarse en el mundo de las piezas únicas, de los grandes cuadros, de las excavaciones arqueológicas o de las rutinas domésticas de un arte popular que aunaba vida y belleza, latido y sonrisa.
Sigüenza, de nuevo abierto
Hace un par de meses abrió sus puertas, tras un largo proceso de remodelación, el Museo de Arte Antiguo de la Diócesis de Sigüenza, situado en el caserón-palacio de los Gamboa en el corazón de la Ciudad Mitrada, frente a la catedral.
Es este el capital Museo de nuestra provincia, en el que ofrece lo mejor del arte que los siglos dejaron disperso por los pueblos, parroquias y lugares de culto. En ellos se dispuso el más fino arte y la teología e historia sagrada dejó sus imágenes mejor talladas, o pintadas, o labradas.
Tiene ahora el Museo seguntino dos pisos, más abiertos y diáfanos que antes. Abajo están las piezas sueltas, como la Sala de las Vírgenes, pequeños retablos y orfebrería, mientras que en la sala superior se encuentran piezas como el gran retablo renacentista de Rienda, el San Elías de Salzillo, y otras más.
Me es imposible ilustrar estas líneas con alguna imagen del contenido del Museo, porque, a pesar de haberle visitado el día siguiente de su inauguración, en “jornada de puertas abiertas” todavía, me fue impedida la realización de fotografías. Este tema de la prohibición de hacer fotografías a las piezas de los Museos en general es algo que debería ser revisado, porque con ello no se ofende a nadie, no se estropean las piezas (siempre que no se use el flash) y no se atenta contra la economía de nadie. El derecho a tener todos, para uso privado, imágenes de lo contenido en los museos, creo que es tan obvio que no debería ser prohibido como ahora lo es en la mayoría de los Museos españoles.
Los Museos que aún faltan
Aunque en el libro que comento y que ha servido de referencia en nuestra Región a la celebración del Día Mundial de los Museos, están todos los que son, y son todos los que están, todavía quedan algunos museos que están por hacer y que son como las asignaturas pendientes de la museística en nuestra provincia. Sin duda que el principal de ellos es el Museo de la Ciudad en Guadalajara, del que desde hace años venimos proponiendo su creación y para el que sin duda existen no sólo piezas y elementos que pudieran darle vida, sino personas y equipos de técnicos y estudiosos que deberían laborar en su puesta en marcha. ¿El lugar para instalarlo? Tiene nuestra ciudad un buen número, todavía, de antiguos edificios en los que podría caber esta idea, pero sin duda el antiguo monasterio de San Francisco sería su marco ideal: evolución histórica de Guadalajara, sus personajes, sus maquetas, documentos, fotos antiguas, cuadros… un lugar más para la cultura y la información serena.
El segundo, y también para la ciudad, sería el Museo Nacional del Automóvil. A nada que nuestras autoridades se movieran, podrían conseguir la creación de ese gran centro que España aún no tiene, y que en muchos otros lugares de Europa maravillan. Cuando visité el Museo Nacional de Alemania en Munich, su sección del Automóvil, me imaginaba lo impresionante que quedaría esa gran muestra de la automoción hispana puesta en una acondicionada “Fábrica de la Hispano-Suiza”
Todavía aquí podría situarse el Museo Regional de Fotografía. La ubicación que se propuso hace años, en la Capilla de Luis de Lucena, hubiera sido muy insuficiente. La Agrupación Fotográfica de Guadalajara, que ahora cumple los cincuenta años de existencia, siempre estuvo dispuesta a la participación en la creación y mantenimiento de este Museo. Me consta que su actual presidente, Santiago Bernal, hizo ofrecimientos a Diputación Provincial y Ayuntamiento de Guadalajara, en este sentido. Pero nunca se ha dado la decisión final, ni aportado el lugar ni el presupuesto reales para ponerlo en marcha.
Y en cualquier lugar de la provincia, pero con preferencia absoluta en Molina de Aragón, el Museo de la Celtiberia. Ese sí que nos lo merecemos. Molina más aún, después del incendio del verano pasado, cuando en los días de la compunción, la Administración estaba dispuesta a dar a esa tierra todo lo que pidiera.
El Museo de la Celtiberia sería la necesaria reunión de las piezas, (las hay a miles, únicas y perfectas) que el marqués de Cerralbo y otros continuadores encontraron en las excavaciones arqueológicas realizadas en Anguita, Aguilar de Anguita, Luzaga, etc y por todos los lugares significativos que en el Señorío de Molina ofrecen restos de los poblados y las necrópolis de los celtíberos. Están muchas de esas piezas guardadas en bolsas de papel (algunas ya rotas) en los sótanos del Museo Arqueológico de Madrid. Proceden de nuestra tierra, y están en Madrid. Si sacáramos a relucir, como lo hacen otros en esta “piel de toro” que nos confunde, la propiedad cultural, la esencia nacional, el derecho a tener voz propia, etc, etc, no habría voluntad que impidiera su “vuelta a casa”.
Apunte
Los Museos de Atienza
En Atienza abren sus puertas cada fin de semana (y en verano cada día) tres Museos nada menos. El más antiguo de los tres, el Museo de la iglesia de San Gil, está dedicado íntegramente al arte antiguo de Atienza. En el contexto arquitectónico del espacio eclesial aparecen cuadros, esculturas, tallas de Cristo y la Virgen, orfebrería, telas, y un largo etcétera de preciosas obras de arte, que dejan atónito al visitante.
El segundo es el de San Bartolomé, que ocupa también el espacio todo de esta maravillosa iglesia románica. Además de la capilla barroca del Santo Cristo de Atienza, talla inigualable del estilo gótico, aparecen más cuadros y esculturas, y una colección de fósiles que es sin duda la más importante de España después de la del Museo de Ciencias Naturales de Madrid.
El tercer Museo atencino es el de la Santísima Trinidad, en el que se han instalado, junto a piezas de la categoría del Cristo del Perdón, de Salvador Carmona,, unas salas dedicadas a piezas y memorias de la Caballada, como el antiguo pendón borbónico, fotografías de Bernal, insignias y documentos.