El Doncel vuelve a su casa

viernes, 24 marzo 2006 0 Por Herrera Casado

Cinco siglos vagando por la memoria, el color de un alabastro y la melancolía de no saber si se ha leido o se ha soñado. Después de ese tiempo, Martín Vázquez de Arce, el Doncel de Sigüenza, vuelve a su casa.

Ya está plena de funcionamiento, perfecta de acabado, viva, que es lo más importante, la Casa del Doncel en Sigüenza. Un edificio múltiple, de sueño, rehabilitado, lleno de esencias, jugoso, con arte, libros y memoria. Un edificio que plasma, en un siglo XXI que ha de ser venero de recuperaciones, la historia de un personaje y el sentido cierto, -cultural también- de una casa que fue vieja y ahora es antigua. Una nueva maravilla para llegar a Sigüenza y no parar de asombros.

La casa gótica de la plaza vieja

En la ciudad antigua y amurallada de Sigüenza, como fondo de la plaza vieja, a un costado de la Travesaña Alta, todos conocen la imagen de su portada, formada de muros recios de piedra arenisca, con un enorme arco semicircular que la sirve de entrada, unos escudos tallados que la escoltan, unas pequeñas ventanas enmarcadas por alfices de bolas, una cornisa gótica y un remate de almenas. Un elemento muy descriptivo era el agujero perforado en la parte baja de la madera de los batientes, la “gatera” por donde, me consta, entraban y salían con toda felicidad un nutrido grupo de gatos que vivían orondos y sin competencia por los derruidos bosques de vigas, escalerones y sótanos que formaban, hasta hace pocos años, aquel destartalado edificio que fue, en su tiempo, morada de los Vázquez de Arce, señores de algunos latifundios en el norte de Guadalajara y sur de Soria, y poco más.

Emparentados con los Bravo de Lagunas, con casas y tierras en torno al Henares más alto y al Duero más civilizado, esta casa se hizo a imitación de los edificios castilleros que los hidalgos castellanos de más pura cepa levantaron en las tierras frías del obispado seguntino, para pasar los veranos mientras que el resto del año seguían a la Corte allá donde fuera: a la real o a la mendocina, de la que eran familiares sufragáneos.

Casonas y palacios similares a esta “Casa del Doncel” seguntina los encontramos por tierras de Soria, Salamanca y Cáceres. De hecho, la casa de los Aguilar en Fuentepinilla (Soria) cerca de Berlanga es muy parecida a esta. Y en la capital cacereña los palacios de los Mayoralgo, de las Cigüeñas, y muy especialmente el de don Sancho Sánchez de Ulloa, son muy parecidos, con arcos orondos, escudos y alfices quebrados.

En palabras de García López, esta casa seguntina “pudo ser construida por las primeras décadas del siglo XVI y puede deberse a uno de los muchos maestros de cantería de origen cántabro, es decir de la Trasmiera,  que ya trabajaban por la provincia de Guadalajara en esas fechas y que fueron tan importantes en las obras de cantería del siglo XVI y XVII como ha puesto de manifiesto José Miguel Muñoz Jiménez”. Es quizás retrasar un tanto la construcción, puesto que muchos elementos, especialmente de su interior, como son los variados detalles y arcos mudéjares de sus salones, señalan hacia la segunda mitad del siglo XV como la más probable de su construcción.

Detalles del interior

Ahora restaurada, con acierto sobre todo, y con amor también, con cuidado detalle y hasta con mimo, que son virtudes a las que un buen arquitecto no sabe escapar, la Casa del Doncel muestra sus contenidos nobles, delicados, imagen pura de una época en que lo bello procedía de la estética islámica, y los guerreros castellanos deseaban poner el toque exótico y delicado, lleno de poesía, de los jardines moriscos de Al-Andalus en sus fuertes moradas mesetarias.

De ahí que en esta Casa lo más singular de su aspecto interior restaurado sean los espacios y detalles adornados con elementos mudéjares. Los ha estudiado con detenimiento el especialista Pedro Lavado, y a cualquiera que la visite hoy le asombrará encontrarse en una “Sala Mudéjar” por cuya techumbre aparecen largas frases aljamiadas, es decir, alabanzas a Dios escritas con caracteres árabes, pero en idioma castellano. La vemos sobre una moldura de yeso perimetral, y consta de dos partes diferenciadas: una decorada con dibujos geométricos en rojo, y una segunda en forma de escocia con una leyenda de caracteres cúficos en tonos azules. No está claro lo que dicen sus signos, pero está seguro en relación con alabanzas a Dios.

Además en su techumbre, artesonado de madera tallada y policromada, se ven adornos, escudos de armas y más carteles arábigos. En su extremo se alza el impresionante arco de yeso policromado, de medio punto, y en la pequeña habitación a la que accede se ven ventanas trilobuladas con  celosías muy complicadas.

Finalmente, al visitante le impresionará  el arco de yesería, más pequeño, que se encuentra en el segundo tramo de la escalera principal de la casa.

La Casa del Doncel ofrece hoy un espacio abigarrado, complejo, lleno de escaleras, zaguanes, descansillos, miradores, saletas, ventanucos, tinados, arcos bajos, cristaleras y yeserías. Como espacios más señalados, destacar los sótanos, íntegramente dedicados a restaurante. O el vestíbulo, con información sobre la casa, del que sale la escalera que lleva al doble espacio de la Biblioteca, y la escalera principal, que sube a la Sala Mudéjar, en la que se ha puesto un micro-museo de temas arqueológicos relacionados exclusivamente con el propio edificio, paneles con planos y evolución de la restauración. Etc.

Además, una parte del conjunto se ha dedicado a Archivo Histórico Municipal, dejando una amplia sala para exposición de los más llamativos documentos antiguos, y otras para el almacenaje de los documentos, despacho de la directora y sala de estudio.

Quedan aún pequeñas habitaciones destinadas a salas de conferencias, y cursos de verano, con ventanas desde las que se divisa la ciudad y sus tejados, la mole de la catedral y los cerros celtíberos del entorno. Un pequeño patio abierto sirve, en verano, como terraza donde charlar y tomar refrescos. Un ámbito, en suma, recogido, perfecto, evocador, con una gran carga de espíritu universitario (la propietaria y restauradora del conjunto ha sido la Universidad de Alcalá) y una proyección hacia el futuro, que es mantenida por el propio Ayuntamiento seguntino, que aporta el personal que la cuida, el Archivo, los guías y la vida de exposiciones y encuentros.

Un libro que se prepara

Escrito por Aurelio García López, con aportaciones de otros muchos autores, arquitectos, restauradores, heraldistas e investigadores, se prepara un gran libro sobre “La Casa del Doncel en Sigüenza”. El libro se presenta en forma de capítulos monográficos, una decena, con presentación de cómo estaba la Casa del Doncel hace unos años, las planimetrías destinadas a la restauración, los descubrimientos mudéjares, la heráldica de que se puebla, la figura del Doncel, la recuperación de las maderas, las leyendas cúficas, los espacios modernos… muchas fotografías y planos, y una información exhaustiva que dará razón a quien la visite de lo que fue y hoy es la Casa del Doncel de Sigüenza. 176 páginas, editado por AACHE, se presentará en el mes de mayo en la propia Casa.

Como complemento, aquí van los datos prácticos relativos a la Casa del Doncel y su contenido:

Casa del Doncel:
de martes a domingos de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a18.00. En verano el horario de tarde es de 19.00 a 21.00
Lunes cerrado por descanso excepto si coincide con festivo.
Teléfono 949390362
Archivo Histórico Municipal: de Martes a Viernes de 11.00 a 14.00
Para investigación solicitar cita previa y concertar horario.
Teléfono 949390362, e-mail : archivo@siguenza.es