Henares, río y camino
Se celebra en estos días, del 25 al 28 de Noviembre, y en nuestra ciudad, el IX Encuentro de Historiadores del Valle del Henares. Un acontecimiento cultural de gran magnitud, que supone la reunión, el cambio de opiniones, y la manifestación de los estudiosos e historiadores, de los pensadores y hombres de letras de este entorno común a dos provincias y dos comunidades, Guadalajara y Madrid, separadas administrativamente pero unidas a través de un espacio geográfico único: el Valle del Henares.
Una reivindicación pendiente
Otra vez nos llega el clarinetazo del Encuentro de Historiadores del Valle del Henares, para hurgarnos en la conciencia esa pendiente asignatura que es la de analizar con rigor y honradez la distribución territorial del espacio geográfico en el que vivimos.
Convocado el Encuentro “por libre” con el apoyo de tres instituciones culturales, (de Alcalá. Guadalajara y Sigüenza) y movido por gentes con inquietud y dinamismo a las que nunca agradeceremos bastante tanto trabajo y personal ocupación (José Ramón López de los Mozos y Francisco Viana, muy especialmente, más Juan Antonio Martínez Gómez-Gordo, y en esta convocatoria Francisco García Sánchez y José Luis Valle Martín, que han cargado con todo el peso de organización y engranaje de estas jornadas) este Encuentro de Historiadores del Valle del Henares, ya en su novena convocatoria, es sin duda mucho más importante y de un calado cultural más hondo que los recientes “Cursos de Otoño” organizados a la par entre la Universidad de Alcalá y la Diputación Provincial, en la que han venido torrente de personajes a charlar entre ellos delante de un público que, en muchas de esas celebraciones, ha salido desilusionado y aburrido.
Desde hace ya 16 años, alternando cada dos la sede entre Alcalá y Guadalajara, se han venido celebrando estos Encuentros en la intención de reunir a cuantos escritores, investigadores y estudiosos del devenir pretérito de nuestra tierra quieren exponer sus trabajos y contribuir con su presencia a un llamamiento que se hace en cada una de estas ocasiones: el de considerar como único y coherente el espacio geográfico del Valle del Henares, desde Horna donde nace hasta Mejorada donde desagua en Jarama. Y considerarlo único como entidad histórica (desde hace siglos, muchos) y como entidad humana y económica (sin discusión alguna, en Guadalajara somos más “hermanos” de los alcalaínos, que de las gentes de Tomelloso, de Puertollano ó de Cuenca).
Este territorio en el que vivimos, fue dividido administrativamente entre dos comunidades autonómicas, en la precipitación del momento, y con las prisas de algunos por construir espacios políticos propios. El Valle del Henares es un territorio único, que algún día habrá que unir. Tema es este que no vamos a reivindicar de formas estrepitosas, pero que tampoco vamos a dejar que caiga en el olvido, porque la lógica de la realidad geográfica es algo que va más allá de las elucubraciones metafísicas o filosóficas de los políticos y sus consejeros.
Las comunicaciones científicas
En este IX Encuentro de Historiadores del Valle del Henares, que tendrá lugar (se inauguró ayer jueves por la tarde, en el salón de actos del Conservatorio de Música de nuestra ciudad, y se clausurará el próximo domingo en el transcurso de una comida de confraternización tras un viaje a Mondéjar, se leerán cuatro decenas de comunicaciones científicas relacionadas con la arqueología, la historia medieval y moderna, la archivística, el arte, la heráldica y el costumbrismo de la cuenca del Henares.
La inauguración se hizo ayer, y corrió a cargo de don Pedro Lavado Paradinas, del Centro Español de Restauraciones Artísticas, quien habló ampliamente y con rigor de las huellas del estilo y la vida mudéjar en la Sigüenza de los Obispos y el Renacimiento.
Las comunicaciones que hoy están leyendo y mañana continuarán haciéndolo, en el referido centro cultural de Guadalajara, ofrecen este año un denso programa de novedades. Unas relativas a Alcalá, otras a Guadalajara, y algunas a Sigüenza. Yo destacaría la comunicación relativa a la secuencia constructiva del templo parroquial de Jadraque, que elabora el historiador seguntino Juan Antonio Marco Martínez-
También debe destacarse la comunicación de López de los Mozos y Fernández Serrano sobre la elaboración de un detallado catálogo de los escudos heráldicos existentes en nuestra ciudad. En un Encuentro anterior ya hicieron una primera parte de este catálogo, y quizás lleguen tarde para catalogarlo todo, pues es sabido que en estos días se están cambiando escudos y atributos tallados en los emblemas que han presidido muchos de nuestros edificios públicos.
Y por supuesto el interesante estudio que hace Pedro José Pradillo y Esteban acerca de la aportación al arte del pintor catalán Gili i Roig, afincado en Guadalajara a comienzos del siglo XX, y del alcarreño José Pradillo Moratilla, que fue aventajado discípulo suyo.
Sobre los hospitales de Guadalajara escribe Angel Mejía; sobre la justicia militar en la posguerra civil, Juan Carlos Berrinches; sobre los fondos bibliotecarios María Pilar Sánchez-Lafuente; sobre la presencia del Cid en el Valle del Henares, María Jesús Remartínez; sobre la platería seguntina, Natividad Esteban; sobre el castillo de Jadraque, Gonzalo López-Muñiz; sobre El Doncel, Gómez-Gordo; sobre Azuqueca, Valdivieso….. no tengo espacio para siquiera mencionar a todos. Es un Encuentro denso y digno, al que aplaudimos sin reservas.
Una historia común en el Henares
La historia ha sido explícita en rasgos aunados sobre las tierras del Henares. Después de ser asiento de una *Vía Augusta+ por donde la cultura romana dejó sus huellas, durante varios siglos, este *río que nos une+ sirvió de frontera de Al‑andalus en su marca Media, frente al reino castellano. Los califas cordobeses, y luego los reyes de taifas toledanos pusieron en esta frontera sus defensas en forma de castillos, que aun en mejor o peor estado los vemos desde la fortaleza de Alcalá, pasando por el alcázar de Guadalajara, hasta los castillos de Hita, de Jadraque y Sigüenza, sin olvidar la multitud de torres de defensa y vigilancia que escoltaban los pasos y vados del valle.
Y aún en historia aparecen rasgos comunes, regidos de los mismos personajes: los Mendoza serían unos, con sus posesiones a lo largo del curso del agua, en sus orillas, desde las alturas de Espinosa hasta el final del río en Mejorada. Sus fundaciones, sus patrocinios de obras de arte, de instituciones culturales, así lo prueban. La Universidad Complutense, hoy revitalizada en Alcalá, estuvo a punto de tener su sede primera en Guadalajara, ó por lo menos los duques del Infantado así lo intentaron. El Cardenal Ximénez de Cisneros, su fundador real, vivió siempre en este valle, pues desde su puesto de vicario en Sigüenza, al de arzobispo toledano fundador de la Universidad, pasando por su estancia en el monasterio franciscano de La Salceda junto a Tendilla, las aguas oscuras y susurrantes del Henares acompañaron su densa biografía.
El costumbrismo, en fin, nos muestra también que las fiestas, los decires, las canciones, los bailes y en general los modos de enfrentarse a la vida las gentes de este entorno, son absolutamente similares desde Horna a Mejorada. Y ello es lógico, pues a todas las razones apuntadas anteriormente se unen las geográficas y económicas, quizás las más fuertes. Una cuenca única, bastante cerrada en sus límites, propicia el crecimiento de una sociedad muy compacta. Ello nos lleva de nuevo a la consideración inicial sobre el presente y muy especialmente sobre el futuro de este valle del Henares. Y es la evidencia de esa partición administrativa actual realmente absurda. El hecho de que poblaciones como Alcalá y Guadalajara, vecinas y en todo comunes, estén inscritas en dos Comunidades autónomas diferentes, es una prueba más de lo mal planteada que estuvo la partición de España, hace muy escasas fechas, en Comunidades Autónomas que solo se rigieron por las premisas previas de unas provincias ya constituidas. Ojalá un día voces como la nuestra se dejen (simplemente se dejen) oír.
De momento, invito a mis lectores a que en este fin de semana hagan un esfuerzo y se acerquen por el Salón de Actos del Conservatorio, en el paseo de Fernández Iparraguirre, para participar, -al menos para escuchar y compartir estos temas- en el IX Encuentro de Historiadores del Valle del Henares. Es en estos acontecimientos, en estas reuniones de expertos y estudiosos, de gentes que bien demuestran estar en el día a día del trabajo cultural y científico, donde se fraguan los cimientos de una cultura autóctona, de un saber sobre nosotros mismos, sin esperar a que vengan otros a contarnos los caminos por los que debemos ir. El nuestro está bien claro, no necesita inventos: es el Henares, -valle arriba, valle abajo- por donde caminaron los romanos, los árabes, las huestes castellanas, los juglares y los cancioneros, los Mendoza y sus amigos europeos, y hasta el ferrocarril… un valle que une mucho más que separa. Estos días, en Guadalajara, el Henares se ensancha.
Aparte:
Libro de Actas del IX Encuentro de Historiadores del Valle del Henares. Edita la Excmª Diputación Provincial de Guadalajara. 800 páginas en tamaño 17 x 24 cms. 41 trabajos densos sobre arqueología, historia, arte y etnografía. Un conjunto de estudios inéditos que llaman la atención y constituyen a este libro de actas en el referente bibliográfico obligado, que junto a los tomos, similares en tamaño, de los ocho Encuentros anteriores, van alcanzando ya la cifra de las 5.000 páginas editadas con documentación científica sobre el Henares.
Este es el valor auténtico de los encuentros, y las comunicaciones. Saber lo que están haciendo los historiadores de nuestro entorno en estos momentos, y poder consultar cómodamente sus aportaciones, sus hallazgos, sus sabidurías. Muchas ilustraciones y un formato de fácil lectura y consulta.