El castillo de Jadraque se alzade nuevo

viernes, 16 mayo 2003 1 Por Herrera Casado

 

Para mañana sábado está previsto en Jadraque un acto cultural, que se enmarca en el contexto de una progresiva atención al castillo del Cid, la gran fortaleza vigilante sobre el Henares que conquistara en la Edad Media don Rodrigo Díaz de Vivar, y en el Renacimiento fuera convertida en palacio por el Cardenal Mendoza. Un edificio fantástico, emblema de nuestra tierra, que ha sufrido avatares sin cuento, hasta llegar a un hoy pletórico de perspectivas. Ese acto cultural será la presentación del libro “El Castillo del Cid” que con el patrocinio del Ayuntamiento jadraqueño, y la autoría del historiador del arte Gonzalo López-Muñiz Moragas, se ofrece a los estudiosos de la castellología, a los amantes de la Alcarria, y a los vecinos de Jadraque, como un denso muestrario de noticias e imágenes, de tal modo que en él se concreta toda la historia, las formas que lo definen y el porvenir que le espera.

Hundimientos y reedificaciones

La evolución del castillo de Jadraque es de lo más novelesco. A lo largo de los siglos ha sido construido, abandonado, rehecho, destruido, ocupado, perdido… ha sido propiedad de los árabes de la Marca Media toledana, del rey de Castilla tras su conquista por el Cid, de los Carrillo de Acuña y de los Mendoza. Fue adquirido por el propio pueblo, en 1899, por la cantidad de 300 pesetas, después de una subasta en la que nadie quería dar un duro por el ingente montón de ruinas en que se había convertido tras años de abandono. Fue levantado de nuevo por los brazos de los jadraqueños, tras el empuje dado por Ochaita, Layna y Ormad al tema. Y ahora de nuevo es el propio Ayuntamiento el que moviendo voluntades y aunando esfuerzos, vuelve a sacar adelante el tema de la restauración completa, de la utilidad permanente, que será el camino que permita su salvación final.

Con las ayudas del Ministerio de Fomento y su “uno por ciento” cultural, y del Ministerio de Educación y Cultura, el castillo de Jadraque ha iniciado su andadura. Los estudios de los arquitectos Carlos Clemente San Román, Marta Rubio y Fernando Cobos, han llevado al planteamiento de una posible reconstrucción muy fidedigna. Incluido en los planes de estudio del Master de Restauración del Patrimonio Arquitectónico que la Universidad de Alcalá mantiene, con atención a diversos edificios de nuestra provincia, un pequeño equipo de arquitectos y estudiosos del arte, capitaneados por Gonzalo López-Muñiz Moragas han llevado adelante el estudio completo de su historia, sus avatares, sus restos y sus perspectivas. Y con la ayuda del Ayuntamiento se ha concretado finalmente un libro, “El castillo de Jadraque”, que mañana mismo a las 8 de la tarde, y en la Casa de Cultura de la localidad alcarreña, se presentará con asistencia de autores, autoridades y pueblo de Jadraque.

Una teoría palaciega

Una de las novedades del libro que mañana se presenta, y que López-Muñiz ha elaborado a base de consultar bibliografía muy amplia y de valorar los hallazgos, es la que hace a la fortaleza del Cid no un castillo medieval (que lo fue durante siglos, eje de una estrategia clara de protección del valle) sino un palacio del Renacimiento. Está documentado que el Cardenal Mendoza, primero de este linaje que se hizo dueño del castillo, quiso entregarlo a su hijo don Rodrigo de Vivar y Mendoza, marqués de Cenete, como eje de su nuevo señorío, y lo quiso hacer renovándolo totalmente, dándole un marchamo de elegancia, de lujo, de comodidad, de tal modo que fuera un lugar donde le apeteciera vivir, donde anclara esa nueva rama mendocina surgida de la heterodoxa pasión del clérigo todopoderoso.

Del libro de López-Muñoz tomamos esta frase: “La intervención de don Pedro González de Mendoza en Jadraque ha sido muy discutida. Layna Serrano consideró que cuando la fortaleza del Cid llegó a manos del obispo de Sigüenza “debía estar…muy mal conservado, por cuanto su nuevo dueño echándolo por tierra, alzó otro de nueva planta”. Juan Catalina creyó que las obras debieron de ser importantes, “se reedificó, si no se construyó totalmente de nuevo aquel castillo”. Este historiador alcarreño dató el final de las reformas en 1488, pero no aporta ninguna documentación que avale esta fecha”. Las Relaciones Topográficas de Jadraque dicen que la fortaleza fue reedificada y mejorada por el Cardenal. En cualquier caso, está claro que en la última parte del siglo XV, entre 1485 y 1495, los últimos de la vida del Cardenal también, y cuando su hijo Rodrigo de Mendoza ya campaba a sus anchas por Castilla, el de Jadraque fue renovado completamente, haciéndose en él las necesarias obras de consolidación y sobre todo las nuevas obras de acondicionamiento como palacio residencial.

Estas obras consistieron en crear un gran patio de estilo renacentista en el centro de lo que durante siglos fue la fortaleza nueva, la del oeste, añadida al primitivo baluarte y torre del homenaje que surgió de inicio sobre el espolón oriental del cerro. En ese “patio del aljibe” el Cardenal dispuso la construcción de un patio de dos pisos, rodeado de habitaciones, y que fuera antesala de la auténtica fortaleza. Ese patio sería diseñado bien por Lorenzo Vázquez (el autor de las cosas más renacentistas del Cardenal y sus hijos, como el palacio de Antonio de Mendoza en Guadalajara, el palacio de Cogolludo, quizás el castillo de Pioz, el castillo de La Calahorra, etc.) o bien por Juan Guas, el diseñador de otros palacios y fortalezas mendocinos, como el de Manzanares el Real, o el propio palacio de los Infantado en Guadalajara. López-Muñiz aporta una tercera vía, muy bien meditada, y es la de que los arquitectos de esta renovación y reconstrucción del castillo de Jadraque fueran los mismos que los del castillo de la Puebla de Almenara (Cuenca) también adquirido por él a don Juan de Heredia, en 1487, para asentar a su otro hijo, don Diego Hurtado de Mendoza, conde de Mélito. Serían estos el maestro-arquitecto Alberto de Caravajal, ayudado de los canteros Juan de Tavernillas, Diego de Espina y Juan García de Praves. Tanto Consuelo Varela Izquierdo como el gran estudioso de la castellología Fernando Cobos, han apuntado los paralelismos entre estas dos fortalezas (Jadraque y Almenara) que en esos años finales del siglo XV son adquiridas por el Cardenal Mendoza, para asentar en ellas los nuevos señoríos de sus hijos recién reconocidos y legitimados por los Reyes Católicos, y a los que quiere transmitir (sin conseguirlo, como luego se vería) la línea de preeminencia mendocina que él ocupó.

Fuera Juan Guas, Lorenzo Vázquez o Alberto de Caravajal, el caso es que el castillo de Jadraque vio cómo un curtido maestro de obras, un arquitecto “de lo antiguo” en el sentido de buen conocedor del arte renacentista recién importado de Italia, levantaba un elegante palacio en el interior de la medieval fortaleza. En las obras de reconstrucción que ya se han iniciado, tras largos meses de excavaciones arqueológicas muy meticulosas, se planea la reconstrucción de ese patio italianizante. Se han encontrado las basas, fustes y capiteles de las columnas. Se ha encontrado el nivel del patio. Se han encontrado los paneles de los antepechos del piso superior, fragmentos de escudos, de molduras y ornamentaciones que permitirán una fiable reconstrucción. En el libro que mañana se presenta aparecen planos numerosos, alzados y reconstrucciones ideales de este castillo-palacio de Jadraque que empieza ya a cobrar nueva vida.

Una vida que ha sido posible gracias al empuje que desde el Ayuntamiento de Jadraque se le ha dado estos años, en los que no se ha parado de batallar por conseguir las necesarias ayudas para estos estudios y restauraciones. El proyecto es muy ambicioso: tras una inicial etapa de excavaciones arqueológicas, ya prácticamente concluida, vendrá la de la restauración completa, y después, el uso del castillo como Parador y Centro de Estudios, un empuje que servirá para que Jadraque recupere ese protagonismo sobre el valle del Henares que nunca mereció perder.