Los conjuntos amurallados en la provincia de Guadalajara: una revisión bibliográfica

domingo, 30 agosto 1998 0 Por Herrera Casado

 

Introducción

 En esta intervención tratamos de dar a conocer los numerosos conjuntos urbanos que tuvieron, o aún tienen, defensas amuralladas, en la provincia de Guadalajara. Pero como la descripción, estudio, análisis y consideración, aunque fuera mínima, de esta riqueza patrimonial, daría para larga disertación, y aún creo para otro curso paralelo, vamos a pasar de la simple enumeración de esos conjuntos con un análisis muy superficial de los más relevantes, a lo que es realmente el objetivo de esta comunicación, es decir, a la revisión bibliográfica y el aporte de materiales publicados sobre todos ellos, como una invitación al estudio en profundidad de los mismos.

 Relación de Conjuntos

En número aproximado, en la provincia de Guadalajara hay unos 25 pueblos, entre ciudades, villas y aldeas, que estuvieron en su día defendidos por murallas.

Las razones para el amurallamiento completo de las poblaciones, fueron varias. La más destacada, siempre, la de la defensa ante posibles ataques enemigos. Pero en otras ocasiones la intención fue meramente de prestancia, realmente propagandística, exponente de un poder social.

En este sentido, pueden detectarse diversas categorías de villas amuralladas:

a) de realengo (suelen ser las mejores y más grandes, como Atienza y Guadalajara).

b) de señoríos particulares (Molina, Cogolludo…)

c) de señoríos particulares mendocinos (Palazuelos, Hita…)

d) de Órdenes militares (Zorita, Almoguera…)

e) de eclesiásticos, obispos de Toledo o Sigüenza (Brihuega, Uceda…)

Entre los tipos de conjuntos amurallados, destacan los enormes, inmensos, múltiples, como en Atienza y en Molina.

Los que protegen una villa que es ya fuerte de por sí: Hita, Uceda.

O los que protegen lugares en llano, más indefensos: Cifuentes, Guadalajara, Zorita villa.

Todos estos lugares y ejemplos tienen una estructura similar: cerca de mampostería (que sustituyó a la primitiva árabe, de adobe simple) con refuerzos en altura de ladrillo, y sillar en las esquinas. A trechos surgen torreones, cuerpos de planta semicircular o cuadrada, de refuerzo. En muchas ocasiones (tal los casos de Guadalajara y Zorita, Molina…) se construían torres albarranas, y siempre una o varias puertas en el recinto, protegidas por fuertes torres.

La historia natural de estos conjuntos amurallados es siempre el mismo: la mayoría de estas murallas fueron levantadas por los árabes, pero luego caídas y destrozadas se reforzaron, se rehicieron por los cristianos, y así entre los siglos IX al XI puede catalogarse su construcción; entre los XII al XIV su mejora y reforzamiento; y en los XV y XVI el mantenimiento o, en ocasiones, el aumento y embellecimiento. Tras el reinado de Carlos V, en que ya no existe peligro de guerra en los estados peninsulares, se abandonan y van deteriorándose. En el siglo XIX, finales, por los ensanches y modernizaciones, se derriban muchas de ellas.

Descripción y valoración de los conjuntos más interesantes

 El de GUADALAJARA fue uno de los más amplios e interesantes. El alcázar o castillo en un extremo, en localización estratégica y vigilante, y el resto de la cerca se extiende circuyendo a la ciudad. A trechos surgen puertas, y en las esquinas y en zonas de refuerzo, las torres, que en varios casos son albarranas (La Feria, Bejanque, Alamín…) Personalmente, me ocupé del estudio detallado de esta muralla de la ciudad de Guadalajara, en la Revista Wad-al-Hayara, nº 13, de 1986. Cayó destruida en el siglo XIX y principios del XX, y hoy se ha recuperado una puerta (de Bejanque) se ha restaurado otra (el Alamín) y sigue en abandono otra (la de Feria o Alvar Fáñez).

Le sigue en importancia el de SIGÜENZA, la ciudad creada y defendida por los Obispos. Completamente rodeada de muralla, y con numerosas puertas y torres. El castillo, en el extremo superior de la ciudad. Su estado actual es el de haber perdido la mayor parte de su estructura y puertas, quedando visible el fragmento sobre el valle del Vadillo.

El de ATIENZA es también importante. Sucesivas construcciones, que amplían el círculo de la villa y rodean nuevos barrios, entre ellos la judería. La evidencia de su necesidad está en que sufrió fuertes acosos, ataques y asaltos en la Edad Media. El castillo en lo más alto, y hasta 3 cercas concéntricas, con puertas que luego quedaban dentro de la siguiente muralla más exterior.

El de MOLINA DE ARAGÓN es otro elemento de ciudad amurallada paradigmático. Con el castillo en lo alto, y en un extremo, se fueron alzando las murallas llamadas el Cinto, más las puertas, y torreones, de los que queda el de Medina, y los restos de la puerta/torre del Baño. Muy poco queda de todo ello, a excepción de recuerdos.

El de BRIHUEGA es otro de los grandes ejemplos de amurallamiento completo. Se van restaurando poco a poco, porque ha habido la suerte de que han llegado bastante enteras a nuestros días. Las puertas de Cozagón y la Cadena son realmente singulares, quedando además la del Juego de Pelota, que da acceso al prado de Santa María, que realmente era el recinto externo de la alcazaba de origen árabe.

El caso de PALAZUELOS es de los más conocidos, porque es la la villa mejor amurallada y hoy conservada. Es una joya, y ello hace que sirva para plantear la necesidad de una conservación integral, aunando el respeto a la muralla medieval con los derechos de los vecinos cuyas casas apoyan en ella. Como todas las anteriores, tiene el castillo a un extremo, el norte, y la muralla se extiende abrazando a todo el caserío, de tal forma que ninguna construcción del mismo queda fuera de ella. Por tres grandes puertas inscritas en fuertes torreones se adentra el viajero en el pueblo, de forma angulada, como medio más seguro de protección.

El burgo de HITA es también elevado por el marqués de Santillana, como el de Palazuelos. El castillo muy alto, coronaba la villa baja, peor protegida, de ahí que tuvo que recibir la defensa de la muralla, porque los Mendoza aquí también tuvieron problemas reales de guerra y acoso. Quedan fragmentos que se van restaurando, y la gran puerta de entrada a la villa, un poco pastiche pero recordando la original.

El conjunto amurallado de COGOLLUDO cuenta con la mejor descripción del siglo XV que nos queda de una muralla. Vale hoy más la descripción que lo descrito. Apenas quedan restos de la muralla, que partía y alcanzaba al castillo en lo alto, rodeando la villa incluida la plaza, que quedaba en el extremo occidental.

El grupo de UCEDA, villa de los arzobispos toledanos, con su castillo en un extremo, tuvo fuertes puertas y torreones, de los que quedan fragmentos enormes, como la torre junto a la puerta Herrena.

Completamos esta decena de magníficos ejemplos de conjuntos amurallados con el de CIFUENTES, que era villa de los condes de Silva, y que también ha mantenido puertas, torres, recuerdos de su existencia y descripciones, con el castillo en un extremo.

Pero hubo muchos otros conjuntos amurallados, aproximadamente unos 15 más, que serán mencionados al hablar de la bibliografía.

Referencias bibliográficas sobre conjuntos amurallados

La aportación concrtea de esta comunicación es la de trazar unas líneas bibliográficas, como basamenta de futuras investigaciones y acercamientos a la visión total de este tema. No es difícil comprender que he estado tentado de comentar todos y cada uno de los trabajos aquí referidos, analizando sus aportaciones, dándolas a conocer y valorándolas en toda su dimensión. Pero así expuesto el tema hubiera dado para un Curso entero, repito, y por eso me he limitado a exponer, con la aridez propia del tema, los elementos de referencia bibliográfica donde se da noticia de murallas y recintos amurallados.

Hay diversos trabajos, excepcionales, sobre conjuntos amurallados en Guadalajara.

Yo destacaría en primer lugar el que considero el trabajo más serio, denso y valioso de todos. La Tesis doctoral de Mª Pilar Martínez Taboada, titulada Urbanismo medieval y renacentista en la provincia de Guadalajara: Sigüenza, un ejemplo singular, leída en la Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Geografía e Historia, Departamento de Historia del Arte I, en 1990.

En esta obra, Martínez Taboada analiza, entre otras cosas:

a) castillos y recintos defensivos de los Mendoza en Guadalajara: Hita, Palazuelos, Valfermoso de Tajuña, Trijueque, Tendilla, Torija y la propia Guadalajara.

b) los castillos y recintos defensivos de los arzobispos toledanos: en Uceda, Brihuega y Almoguera.

c) algunas villas realengas, como la de Atienza.

En la Tercera Parte de esta Tesis, analiza el desarrollo de las villas alcarreñas en el siglo XIII: y así dedica amplio espacio al estudio de las murallas de lugares como:

a) Brihuega, Uceda, Molina de Aragón, Zorita de los Canes, Atienza, Cifuentes, Guadalajara… (todas con sus correspondientes planos).

Y luego analiza la evolución de las murallas de estas villas y ciudades, además de las de Almoguera, Hita, Peñalver, Cogolludo y Alcocer.

Pero es sobre todo el análisis evolutivo de la muralla de Sigüenza, lo que ocupa gran cantidad de páginas de esta Tesis. Minucioso y erudito, este estudio es sin duda el mejor y más completo sobre esa ciudad y en general sobre todos los conjuntos de la provincia.

 Sobre PASTRANA es precisamente el libro Los Jardines de la Villa de Pastrana, de Tomás Nieto y Esther Alegre, (Diputación Provincial y Colegio de Arquitectos de Guadalajara, 1997) el que de forma muy destacable estudia la evolución de la villa y sus murallas, y sobre todo los planos del desarrollo de las mismas. Tratan en él sus autores de la evolución de la cerca medieval, así como de la muralla y jardines con plaza delantera que Covarrubias diseñó para la villa.

 Sobre BRIHUEGA, y desde una perspectiva más antigua, A. Pareja Serrada en su obra Brihuega y su partido (1916) nos da idea de cómo se conservaba la muralla, las puertas y torreones de la villa, en los inicios del siglo XX, con relaciones históricas/monumentales, especialmente en sus páginas 370-373.

También sobre Brihuega cabe reseñar el trabajo de Mª Magdalena Merlos Romero titulado Brihuega como ciudad del Arzobispo de Toledo: pervivencia islámica en la arquitectura civil y militar, presentado en la Revista Wad-al-Hayara, nº 25, de 1998, con análisis muy meticuloso de la muralla briocense.

 Sobre ALMOGUERA se analiza, muy brevemente, la posible estructura de castillo y murallas en la obra de Ricardo Murillo y Plácido Ballesteros, Aproximación histórica a la Alcarria Baja. Tierras de Zorita y Almoguera, de 1985 (Edición de Diputación, Institución Provincial de Cultura).

 Sobre ALCOCER, la obra de Andrés Pérez Arribas, en sus páginas 44-48 trae datos sobre murallas y puertas. El libro se titula Alcocer, historia y arte, de 1974.

Sobre HITA, se estudia con todo detalle sus murallas en la obra de Manuel Criado de Val Historia de Hita y su Arcipreste. Precisamente en su gran capítulo titulada «La Tierra de Hita, clave toponímica del Buen Amor«, pp. 167-184, y en otros lugares del libro, va dando la referencia descriptiva hecha por viajeros (Gaspar Barreiros, la Relaciones Topográficas, etc.)

 La muralla de COGOLLUDO aparece relacionada en uno de los pocos libros dedicados en exclusiva al estudio de un recinto amurallado: es el de Mª Teresa Laguna Paul y Antonio López Gutiérrez, titulado Los recintos amurallados y urbanismo en Cogolludo de 1176 a 1505 editado en Zaragoza en 1989. Tras el estudio introductorio de unas 26 páginas, presenta completo un documento excepcional: «La medida y tasación hecha por pedro de Piedrahita y Rodrigo de Carazo, de la muralla de Cogolludo, por encargo de Luis de la Cerda, duque de Medinaceli», en un texto de 1496. Pocos documentos se encuentra así, tan perfectos y completas.

 Sobre la muralla de Guadalajara, y aparte lo referido en el Tomo V de las Relaciones Topográficas de Guadalajara, que se ilustra con unos repetidos dibujos de los ingenieros militares de la Academia, está el trabajo del profesor José Miguel Muñoz Jiménez, titulado Iconografía y Topografía: análisis de la «Vista de Guadalajara» de Antonio de las Viñas y de otras dos vistas barrocas sobre lo mismo, publicado en las Actas del III Encuentro de Historiadores del Valle del Henares, celebrado en 1992. En ese trabajo se observa y analiza el recorrido de la muralla, y los torreones y puertas que la ilustraban.

Con visión mucho más general sobre localidades, murallas, castillos, etc, de todos los pueblos de la provincia, hay algunas publicaciones que conviene mencionar, porque son capitales para introducirse con amplitud en el mundo de los conjuntos amurallados de Guadalajara.

 Por una parte son las Relaciones Topográficas los textos en que se describe el estado de murallas, puertas, castillos, etc de muchos pueblos de esta tierra. Dan una imagen vívida de como eran hacia 1575 las villas y recintos amurallados. Ya se encarga en este Curso José Ramón López de los Mozos de analizar este tema.

 En la obra de José Mª Quadrado y Vicente de la Fuente, España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia. Castilla la Nueva, de finales del siglo XIX, aunque sus observaciones son anteriores. Son importantes documentos estas páginas para conocer el perímetro y detalles de murallas, torreones y puertas de la de Guadalajara. En sus páginas 79 y 80 se explica con todo detalle la puerta y torre de Bejanque, que él aún conoció, y otras en el barranco del Alamín, junto al Convento de las Bernardas. La edición consultada es el facsímil de la Editorial «El Albir», Barcelona 1978. Explica también haber aparecido en el siglo XVI grandes lápidas con inscripciones romanas en las bases de la Torre de Alvarfáñez, por lo que colegían eran estas torres y murallas de origen romano o al menos visigodo.

Es especialmente hermosa y detallada la descripción de la muralla de Zorita y de su castillo. Es meticuloso en la recogida de historias y en descripciones. Lo mismo hace con Brihuega, con Hita y Cogolludo. Atienza, con Sigüenza y Molina: es una auténtica descripción, meticulosa y válida, de los principales lugares de la provincia.

 También en la Crónica de la provincia de Guadalajara de José María Escudero de la Peña, editada en 1869, pero de la que hay edición moderna, trae muchos datos tomados «en directo», de Guadalajara, Molina y Brihuega. De todos modos, es este un trabajo «de gabinete» y el autor se nota que viajó poco.

 El trabajo más técnico y elaborado, más específico, del tema que tratamos, es el firmado por Basilio Pavón Maldonado, Guadalajara medieval. Arte y Arqueología árabe y mudéjar, del CSIC, Madrid 1984. Desfilan por esta otra todas las localidades que tienen algún resto constructivo de época medieval, y concretamente elementos árabes o mudéjares confirmados por la excavación.con amplias, muy amplias revisiones históricas de la época, y análisis in situ de los conjuntos, Pavón nos ofrece datos de unas 72 localidades, de entre las que destacan los profundos estudios de Guadalajara, con sus puentes, sus torreones, puertas y restos de murallas.

Pavón hace los clásicos y amplios estudios de Atienza, Brihuega, Cifuentes y Molina de Aragón. Descubre el interés y el valor (hoy prácticamente desaparecidos) de la ciudadela árabe de Peñahora junto a Humanes. En Molina, el estudio lo hace acompañado con otras ciudades de Al-Andalus, y aporta estupendas visiones, muy detalladas, de algunos pueblos, como Escamilla, o Almonacid de Zorita, con sus murallas enteras estudiadas. Incluso el estudio de Zorita es fundamental, desvelador de la importancia del arrabal de la Alcaicería, situado al otro lado del río.

 En la obra Castillos de Guadalajara de Jorge Jiménez Esteban (Ediciones Penthalón, Madrid 1993) se presentan nuevas valoraciones sobre murallas y recintos. Es especialmente valiosa la descripción y estudio de la muralla de Guadalajara, y de sus torreones y puertas, de las que afirma había: puerta de la Villa, puerta del Alamín, puerta de Bejanque, puerta del Mercado, puerta de Alvar Fáñez (de la Feria) y puerta del Puente. Jiménez da, por ejemplo, en su Tomo I, estudios y croquis de las murallas de Torija, de Brihuega, de Escamilla, de Fuentelencina, de Alcocer, Peñalver, Hita, de Beleña, de Uceda y Peñahora. En el Tomo II es especialmente interesante el estudio de las murallas de Atienza.

 Son fundamentales también los estudios de Francisco Layna Serrano. Especialmente su obra Castillos de Guadalajara, de 1935 la primera edición. Hay que tener en cuenta que antes de este libro había muy pocas cosas vistas y analizadas. Él es, como en muchas cosas, pionero de la investigación de este tema. Quizás hoy estén superadas algunas de sus apreciaciones, sus conclusiones, sus descubrimientos. Pero no su capacidad de analizar cosas nuevas.

Layna Serrano se entretiene en estudiar, dibujar y disecar con precisión quirúrgica las murallas de Atienza en su gran obra Historia de la villa de Atienza, de forma similar a lo que hace con las defensas de Cifuentes en su madura Historia de la villa condal de Cifuentes. En el primer tomo de los cuatro que conforman la Historia de Guadalajara y sus Mendozas en los siglos XV y XVI, Layna también analiza y ofrece su visión de la muralla arriacense.

 Nosotros mismos, en varias de publicaciones de alcance divulgativo, hemos analizado los recintos amurallados de la provincia de Guadalajara. Así ocurre con varios castillos y conjuntos amurallados en la «Guía de campo de los castillos de Guadalajara», «Sigüenza, una ciudad medieval», «Cifuentes, villa condal», «Tendilla, historia y arte», «Brihuega, la roca del Tajuña», etc, etc.

 En cuanto a la documentación específica referida a los conjuntos amurallados y sus problemas, es muy difícil dar pistas, porque es un tema poco tratado. Concretamente en las actas concejiles de la ciudad de Guadalajara figuran numerosas referencias a los deterioros y reparaciones de la muralla, especialmente en el siglo XVI. Y en Sigüenza también hay datos, muy dispersos en su tesoro documental municipal.

Conclusión

 Hemos ofrecido en este breve repaso bibliográfico a los conjuntos amurallados de la provincia de Guadalajara una breve sinopsis de sus ejemplos más interesantes y paradigmáticos, así como un bloque de referencias bibliográficas en las que poder leer más, indagar más, conocer mejor lo que otros hace siglos, o más recientemente, han visto y analizado sobre estos conjuntos. Quizás se podría haber reunido de forma más exhaustiva la bibliografía del tema que nos ocupa, pero también es cierto que hubiera sido muy densa la relación, perdiendo su efectividad.

Efectividad que radica en esta selección, desde la cual, como pasa siempre en las bibliografías, podrá accederse luego a más precisos y raros escritos. Para tener una visión amplia, genérica y básica del tema, con lo expuesto tenemos más que suficiente. Y a continuación reseñamos en concreto esta bibliografía previamente comentada.

 Referencias bibliográficas sobre

Conjuntos amurallados de Guadalajara y su tierra

 Martínez Taboada, Mª Pilar: Urbanismo medieval y renacentista en la provincia de Guadalajara: Sigüenza, un ejemplo singular. Tesis doctoral publicada por la Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Historia del Arte I, 1990.

 Nieto Taberné, T. y Alegre Carvajal, E.: Los Jardines de Pastrana, Edita Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha, Delegación de Guadalajara, y Excmª Diputación Provincial de Guadalajara, 1997. Hay reedición de AACHE Ediciones de 1999.

 Pareja Serrada, Antonio: Brihuega y su partido, 1916.

 Merlos Romero, Mª Magdalena: «Brihuega como ciudad del Arzobispo de Toledo: pervivencia islámica en la arquitectura civil y militar». Revista Wad-al-hayara, 25 (1998)

 Murillo, Ricardo; Ballesteros, Plácido: Aproximación histórica a la Alcarria Baja. Tierras de Zorita y Almoguera. Excmª Diputación Provincial de Guadalajara, 1985.

 Perez Arribas, Andrés: Alcocer, historia y arte, 1974.

 Criado de Val, Manuel: Historia de Hita y su Arcipreste, AACHE Ediciones, Guadalajara, 1998.

 Laguna Paul, Mª Teresa; López Gutiérrez, Antonio: Los recintos amurallados y urbanismo en cogolludo de 1176 a 1505. Ibercaja, Zaragoza, 1989.

 Muñoz Jiménez, José Miguel: «»Vista de Guadalajara», de Antonio de las Viñas y de otras dos vistas barrocas sobre lo mismo», en Actas del III Encuentro de Historiadores del Valle del Henares, 1992.

García López, J.C.; Pérez Villamil, M: Relaciones Topográficas de los pueblos de la provincia de Guadalajara. Madrid, Real Academia de la Historia, 1911 y ss., 6 Tomos.

 Quadrado, José Mª; de la Fuente, Vicente: España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia. Castilla la Nueva, Edición facsimilar de «El Albir», Barcelona, 1978.

 Escudero de la Peña, José Mª: Crónica de la provincia de Guadalajara, Edición facsimilar de la de 1869, por AACHE Ediciones, Guadalajara, 1995.

Pavón Maldonado, Basilio: Guadalajara medieval. Arte y Arqueología árabe y mudéjar, C.S.I.C., Madrid, 1984.

Jiménez Esteban, Jorge: Castillos de Guadalajara, Editorial Penthalón, Madrid, 1993. 2 tomos.

 Layna Serrano, Francisco: Castillos de Guadalajara, AACHE Ediciones, Guadalajara, 1994.

 Layna Serrano, Francisco: Historia de la villa de Atienza, C.S.I.C., Madrid, 1942.

 Layna Serrano, Francisco: Historia de la villa condal de Cifuentes, AACHE Ediciones, Guadalajara, 1998.

 Layna Serrano, Francisco: Historia de Guadalajara y sus Mendozas en los siglos XV y XVI, AACHE Ediciones, Guadalajara, 1993-96.

 Herrera Casado, Antonio: Guía de campo de los castillos de Guadalajara, AACHE Ediciones. Colección «Tierra de Guadalajara», nº 24, Guadalajara, 2000.

 Herrera Casado, Antonio: Brihuega, la roca del Tajuña, AACHE Ediciones. Colección «Tierra de Guadalajara», nº 14, Guadalajara, 1995.

Herrera Casado, Antonio: Sigüenza, una ciudad medieval, AACHE Ediciones. colección «Tierra de Guadalajara», nº 1, Guadalajara, 3ª edición, 2000.

 Herrera Casado, Antonio: Tendilla, historia y arte, AACHE Ediciones. colección «Tierra de Guadalajara», nº 12, Guadalajara, 1994.