Manuel Criado de Val, siempre vivo

viernes, 14 noviembre 1997 0 Por Herrera Casado

 

Una figura clave de la cultura en Guadalajara durante el siglo XX ha sido, es, y deseamos que lo siga siendo mucho tiempo más, don Manuel Criado de Val. Cuando tantas figuras de relumbrón se nos cuelan hoy en día, y tantas noticias de ultimísima hora se suben a titulares, no aguantando en ellos más que esa ultimísima hora, porque no dan para más, la actividad del profesor Criado de Val sigue asombrándonos cuando le ha dado ya la vuelta a la esquina de los 80 años, y acaba de salir (parece que hasta rejuvenecido) de una importante operación cardiaca.

Hoy debo traer a este eminente intelectual de nuestra tierra por muchas razones. Razones que se han ido acumulando en los últimos meses y que, incomprensiblemente, no han gozado del más mínimo comentario en la prensa provincial, a pesar de su dimensión objetiva. La primera de ellas es que el Ayuntamiento de Hita, hace escasas fechas, ha decidido por unanimidad nombrar Hijo Adoptivo de la villa del Arcipreste a don Manuel Criado de Val. Lógico y obligado. Si alguien ha revitalizado la esencia de lo que es Hita, de lo que ese nombre ha significado en la historia y en la literatura de Castilla, ha sido don Manuel. Cuando asistimos al florecer, tantas veces forzado, de las «culturas nacionalistas» de otros pueblos de España, la cultura de Castilla, las raíces y las esencias de nuestra tierra parecen esconderse, vergonzosas, o como sin ánimo descansar a esperar tiempos mejores. ¿Por qué no decir que en Hita, aquí mismo, desde la ventana de mi estudio veo cada tarde enhiesto el pico de su cerro pardo, se fraguó buena parte del destino de Castilla? ¿Por qué no contar a todos que en sus templos, en sus plazas, en las bodegas/bodegos de su cuesta se atizaron las primeras letras de nuestra más genial composición poética? Criado de Val, desde hace más de 30 años, con la creación y mantenimiento de sus Festivales Medievales, y no digamos ya con la redacción de su «Historia de la Villa de Hita y su Arcipreste», que se agotó enseguida y ahora está ultimando su segunda edición, se ha convertido en el ambientador primigenio de ese lugar y su comarca. Hijo Adoptivo de Hita. Enhorabuena, profesor.

Pero la noticia no acaba ahí. A veces, y en España sobre todo (en Guadalajara también ocurre, ahora se verá) los méritos de una persona los reconocen clamorosamente en el extranjero y aquí todo se va en un mirar por encima del hombro. Criado de Val ha organizado, entre otras muchas cosas, tres Congresos Internacionales de «Caminería Hispánica», un tema científico que ha recibido cultivadores en todos los continentes. Los dos primeros se celebraron en nuestra ciudad, y el último, el año pasado, lo fue en México. Pues bien, en la Nueva España del otro lado del Atlántico, en la ciudad de Morelia más concretamente, la Universidad del Estado de Michoacán ha creado la cátedra de estudios de Caminería Hispánica, y le ha dado el nombre de «Profesor Manuel Criado de Val». Todo un detalle que no hace sino reconocer internacionalmente la valía de nuestro profesor alcarreñista.

¿Quieren más mis lectores? Pues ahí va más. Muy recientemente, en la Revista «Cuadernos de Etnología de Guadalajara», en su número 28, ha aparecido un artículo de este «joven profesor» en el que aporta una identificación geográfica nueva para uno de los lugares clásicos del Libro de Buen Amor, el lugar de «Valdevacas» en el que don Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, dice que su personaje de ficción don Carnal se encontraba como en su «lugar amado». Muchos interpretaron ese espacio como un pequeño y solitario despoblado situado en la provincia de Segovia, cerca de Sotosalbos. Pero la ciencia y la paciencia de Criado de Val, tras analizar viejos legajos y leer recientes estudios, ha llegado a la conclusión de que este lugar se encontraba en nuestra provincia, muy cerca de Brihuega, en el territorio histórico propiedad de los arzobispos de Toledo, justo en la ladera izquierda del valle del río Ungría entre Valdesaz y Caspueñas, entre los olivares de los Tinados y el Alto del Cerrillo: allí está (cualquiera puede verlo en un mapa del 1:50.000) Valdevacas «el mi lugar más amado» del personaje al que parodia el Arcipreste. Lógicamente, el Cardenal don Gil de Albornoz.

Criado de Val sigue, infatigable, trabajando por Guadalajara. En estos momentos, repito, y me consta personalmente porque voy a colaborar encantado en este tema, está rematando los textos de una segunda y muy renovada edición de su «Historia de la villa de Hita y su Arcipreste». Nuevos y sorprendentes descubrimientos y valoraciones en torno a Juan Ruiz (un músico importante, un alto cargo de la corte episcopal toledana, un poeta crucial del Medievo castellano, etc.) se pondrán a danzar cuando aparezca este libro. Y la preparación del IV Congreso Internacional de Caminería Hispánica, el más grande de los hasta ahora celebrados, para el que ya, ocho meses antes (se va a celebrar a comienzos de julio del próximo año) hay apuntados cientos de participantes, muchos de ellos procedentes de todas las latitudes del continente americano.

¿Nos admite un aplauso, don Manuel? Un aplauso muy fuerte, y un ¡bravo! de ánimo para esa tarea que, como si fuera un chaval, parece siempre que está comenzando, de tanta ilusión que lleva en ella…