ARQUEODOS, una panorámica a la Prehistoria
Acaba de ser inaugurada en nuestra ciudad, y va a estar en ella permanentemente abierta durante más de dos meses, la gran exposición que ha montado la Consejería de Educación y Cultura de Castilla‑La Mancha sobre la Arqueología de la Región. Es una oportunidad única para tomar contacto con el pasado más remoto de nuestra comunidad, y poder contemplar en directo algunas piezas verdaderamente relevantes de siglos pasados, sin olvidar la calidad plástica y de diseño que la propia exposición ofrece en su montaje y articulación.
El mundo de la investigación arqueológica había sido clásicamente destinado a cuatro aristócratas con el riñón cubierto que entretenían sus ocios buscando por el campo trozos de cerámica y armas oxidadas, estudiándolas luego y llevándolas a los Museos, donde generalmente se metían en bolsas y se almacenaban en sus sótanos. Este es el caso del marqués de Cerralbo y algunos otros, al menos en nuestra provincia, aunque justo es reconocer que la obra de este hombre fue valiosísima y su aportación a la Arqueología y Prehistoria en los comienzos de esta ciencia, tuvo el carácter de decisiva.
Pero ello viene a cuento de poder decir que hoy el panorama ha cambiado. También frente a esa otra clásica imagen del furtivo, aficionadete sin preparar o con afán de coleccionismo, que escarbaba el campo buscando piezas maestras y generalmente terminaba por encontrar, tres meses de esfuerzo, un sextercio a medio pudrir, aparece hoy la parcela de la Arqueología como perfectamente delimitada dentro de la ciencia de la Historia, planificada en los estudios universitarios, y apoyada oficialmente, y con buenos presupuestos, desde las instancias de la Administración. Todo ello hace que hoy la Prehistoria se estudie con rigor, por parte de especialistas, que publican, guardan clasifican, y ofrecen en Museos sus trabajos.
Esta Exposición de ARQUEODOS que ahora se acaba de abrir en las salas bajas del Palacio del Infantado de Guadalajara es una ocasión única para tomar contacto con el mundo de la Arqueología. Con el de Guadalajara y con el de toda Castilla‑La Mancha. Es ese mundo que pasa por la enigmática ciudad celtibérica de La Loma del Lomo en Cogolludo, donde llevan años encontrándose pavimentos de viviendas excavadas en el suelo; el que atraviesa el «valle de romanos» de Aguilar de Anguita, donde el marqués de Cerralbo encontró a principios de este siglo la más grande necrópolis de la Edad del Hierro hasta ahora conocida; el que se refleja en los muros y mosaicos de la «villa» romana de Gárgoles, donde aún parece escucharse el rumor de las aguas que pasaban de estancia en estancia; es el que aflora en los surcos del valle del Henares, entre Azuqueca y Guadalajara, donde estuvieron calzadas romanas, cementerios visigodos, o simplemente puntas de flecha de los más primitivos cazadores del paleolítico. Es, en definitiva, ese mundo de la piedra y el metal, del epitafio y el montón de piedras que solamente a los iniciados les brinda su palabra, pero que tiene un largo discurso detrás.
La exposición ARQUEODOS ha sido montada por la Consejería de Educación y Cultura de Castilla‑La Mancha, pero ha corrido más directamente a cargo de la Dirección General de Cultura de la misma, y aún ha sido el Comisariado creado específicamente para llevar adelante esta empresa el que ha corrido con el trabajo inacabable de diseñar la muestra, recolectar piezas y redactar los textos de exposición y catálogo. Tres grandes profesionales detrás de tan interesante iniciativa: Juan‑Sisinio Pérez Garzón como Consejero autonómico; Diego Peris Sánchez como Director General de Cultura, y Dimas Fernández‑Galiano como Comisario especial para esta actividad. La colaboración de muchas otras personas en maquetación, asesorías, catalogación, redacción de textos, etc., han dado finalmente vida a este acontecimiento que ahora, afortunadamente, tenemos entre nosotros.
La argumentación de ARQUEDOS es en realidad bastante simple: tres pasos fundamentales da por este mundo de la Arqueología castellano‑manchega. De un lado, el recuerdo a los iniciadores de esta ciencia entre nosotros: Aguilera y Gamboa; Juberías, Gómez Moreno; Cabré y tantos otros que fueron abriendo surcos en el campo y vitrinas en los museos. De una segunda parte, las piezas y calidades más señaladas de cada periodo arqueológico, desde las astas de cérvidos y piedras pulimentadas más antiguas, a las coronas y fíbulas visigóticas. Con todo detalle y elegancia aparecen una gran cantidad de elementos puestos en las vitrinas para despertar la curiosidad y la admiración de quien las ve por vez primera. Finalmente, la dinámica que la Junta de Comunidades crea en torno al hecho investigativo y cultural que la Arqueología supone: presupuestos para ello, planes de excavación, de restauración, de catalogación, de publicaciones y de presentaciones museísticas e itinerantes como esta que nos reúne.
Al mismo tiempo que el espectador que recorre las salas de esta exposición, como enterrada en el seno del propio Museo Provincial, se admira de cuanta maravilla encierra, puede adquirir a la entrada un magnífico libro titulado «Arqueología» del que son autores Fernández‑Galiano, García‑Gelabert y Rus, donde con todo detalle se exponen etapas prehistóricas, piezas más interesantes y distribuciones geográficas de las culturas antiguas. Se trata de todo un complemento permanente (el libro, siempre en la base de la cultura más cierta) para esta Exposición, esta ARQUEODOS que ahora, y durante los dos próximos meses, tendremos en Guadalajara a disposición de grandes y chicos, como una llamada continua a la admiración y el respeto por nuestro pasado más remoto.