El Marqués de Montesclaros, según Huaman Poma de Ayala

viernes, 13 abril 1990 1 Por Herrera Casado

 

Uno de los muchos alcarreños en América que irán saliendo a la luz en los próximos años, estudiados en su aspecto histórico, y recordados en libros, en conferencias y en revisiones de sus figuras, es don Juan de Mendoza y Luna, un miembro notable de la casa mendocina que habitó el palacio del Infantado, y uno de los más destacados Virreyes que tuvieron México y el Perú en los inicios del siglo XVII. Aunque en próximos meses aparecerá, en el seno de la colección «Virrey Mendoza» que edita la Diputación Provincial de Guadalajara, una obra mía sobre este personaje, amplia y prolijamente documentada, hoy quisiera dar una pincelada breve y colorista sobre este alcarreño. A través precisamente del texto que sobre la historia del Perú escribió un indio, don Felipe Huaman Poma de Ayala, también en los finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, que le fué presentada personalmente al virrey alcarreño cuando residía en Lima.

La historia de este Huaman Poma es un tanto misteriosa. Se sabe que en 1615 tenía 80 años y estaba ya todo cano, y flaco, y desnudo, y descalso. Aunque en unos lugares se califica como «cacique principal» en otros aparece en funciones de «teniente de corregidor de indios». Fue uno de los primeros americanos que tomó parte en el debate sobre la conquista y colonización. Se opuso enérgicamente al mando directo de los extranjeros sobre sus compatriotas incas, pidiendo la restitución de sus tierras y el regreso de la gobernación andina. Es ferozmente anticlerical y condenó por codicioso y cruel el comportamiento de los funcionarios coloniales civiles y eclesiásticos, aunque siempre trató de establecer una relación directa con las más altas autoridades de la administración española. Así, sabemos que al Virrey don Juan de Mendoza le admiró y tuvo una especial veneración por su persona y por lo que él calificó como una muy favorable administración.

Del manuscrito de Fuman Poma se han hecho alguna estimables ediciones y muchos estudios valiosos. La edición mas al alcance de todos es la que hizo «historia 16» en su número 29 de la colección «Crónicas de América», en 1987, en tres tomos, con reproducción de todos los dibujos originales del autor. El manuscrito de Huaman se encuentra actualmente en la Biblioteca Real de Dinamarca, en Copenhague, donde lo descubrió, en 1908, el profesor de Gottingen Richard Pietschmann.

En ese libro tan impresionante, especialmente por la riqueza y exotismo de sus grabados, todos dibujados de la mano de Huaman Poma, aparece dibujado, en la página 470, el alcarreño don Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros, según lo vemos en el grabado adjunto, con una leyenda que dice así: «BVEN GOBIERNO/DON IVAN DE MENDOZA y de la Luna, marques de montesclaros, el décimo visorrey en lima», y debajo del dibujo, en el que se barbado y joven a don Juan de Mendoza, rodeado de ventanales variados y muy limeños, dice: «visorrey 10, don juan de mendoza y de la luna, marqués de montesclaros gouernó desde decienbre de mill y seyscientos y ciete que… y gouernó hasta el año de mill y seyscientos y quinze años en tienpo del rey Felipe el tersero».

Después, pone Huaman la «mini‑crónica» del gobierno del Virrey Montesclaros. Dice así (copiamos textualmente del libro del indio): «BVEN GOBIERNO / Don Juan de Mendoza y de la Luna, marqués de Montesclaros, el décimo visorrey destos rreynos, muy cristianícimo, gran limosnero y caritatibo, amigo de los pobres, gouernó pacificamente y faboreció a los prencipales y a los demás yndios pobres. / Y por mandado de su Magestad becitó las minas de Choclo Cocha, minas de plata, y Guanca Bilca, minas de azogue. Con su persona los uido a uista de ojos todo el trauajo y mala uentura, tanta muerte de los yndios azogados y de auerse despobládose este dicho rreyno del Pirú y de cómo se a de despoblarse más adelante. / De ello auía de enformar a su Magestad de todo ello. Y a faborecido, escrito a su Majestad, enformándolo todo en fabor de los pobres yndios, para que se ponga en rremedio. Y a hecho otras obras muy sanctas en seruicio de Dios y de su Magestad, como hombre cristiano y cauallero y principal. / Y adelante hará otras obras muy grandes y buenas, por donde creserá más el seruicio de Dios y de su Magestad, por donde otros caualleros ciguirá el camino uerdadero y derecho. / Otros visorreyes tendrán enbidia de que este cristianícimo a dado tanto fabor a los pobres yndios de las dichas minas. / De ello multiplicará la hazienda de su Magestad, ci no se acaua de murir los yndios. Dios y su Magestad le agradeserá, escriuiendo toda su santa buena obra y serbicio de Dios nuestro señor y de su Magestad. Que será memoria en este rreyno y en el mundo deste cauallero cristianícimo».

En la página 1091 de su manuscrito, el inca Felipe Huaman llama al marqués de montesclaros, en quechua, Cascamanta runa. ¿Quizás expresaba así su título de Montesclaros? En algunos otros lugares del manuscrito, que titula «Nueva Crónica y Buen Gobierno», Huaman menciona a Juan de Mendoza y siempre le cita halagadoramente, teniéndole por un benefactor de la tierra peruana y de sus indios.

Don Juan de Mendoza y Luna, tercer marqués de Montesclaros, había nacido en Guadalajara, en enero de 1571, muriendo en Madrid el 9 de octubre de 1628. Había sido caballero de la Orden de Santiago (ni siquiera ese detalle se le olvida a Huaman, que le pinta la cruz afilada en la pechera), y Asistente o Corregidor de Sevilla, pasando en 1603 a ser Virrey de México, y en 1607 del Perú, hasta 1615, en que fué destituido. Luego ocupó en Madrid los cargos de Consejero de Estado y de Hacienda, presidiendo finalmente el recién creado Consejo de Aragón. De todo ello, como digo, mucho más ampliamente hago referencia en mi obra «El gobierno americano del Marqués de Montesclaros» que recientemente ha aprobado su edición la Excma. Diputación Provincial de Guadalajara, y que espero pueda estar pronto al alcance de todos los interesados en el tema.

Hoy ha sido una visión rápida y pintoresca de la relación entre nuestro Virrey alcarreño y el cronista indio Huaman Poma de Ayala, puesto de moda también con el crecimiento actual de los estudios sobre la América Hispana.