El escudo heráldico de Sacedón

viernes, 14 julio 1989 0 Por Herrera Casado

 

Nuestro paseo histórico por las que fueron villas cabeza de partido judicial, y cuyos escudos formaron el emblema de la Provincia de Guadalajara cuando, en el siglo pasado, se crearon las Diputaciones Provinciales, nos trae hoy hasta la marinera y al tiempo alcarreña Villa de SACEDON, la cual ha venido utilizando, desde tiempo inmemorial, al menos desde hace dos siglos, armas propias, que han adquirido, por tradición secular, el carácter de Escudo Heráldico Municipal. Sin embargo, tampoco ellas han llegado nunca a gozar de ratificación oficial por organismo competente.

Quieren las tradiciones que Sacedón fuera lugar, importante y muy poblado, de iberos y luego de romanos. El caso es que solo consta su existencia cierta en la Baja Edad Media, en que aparece como aldea de la jurisdicción de Huete, formando parte de su Común de Villa y Tierra. A esta población alcarreña, hoy en la provincia de Cuenca, y que fué tan importante durante los siglos medievales y aun posteriores, se encuentra ligado Sacedón en su primera historia.

Después, en 1553, se independiza adquiriendo del Emperador Carlos I el título de Villa por sí, con jurisdicción propia. Título que fué confirmado por reyes posteriores, y espe­cialmente por Felipe V, en 1742. Fué a partir del siglo XVII mayorazgo de la casa del Infantado, perteneciendo en principio a don Gaspar de Sandoval Silva Mendoza y de la Cerda, hermano del duque a quien luego pasó. Y en el XVIII, durante la Guerra de Sucesión, sufrió tantos destrozos que quedó prácticamente despo­blado. Una jornada histórica vivió Sacedón cuando resistió va­lientemente el embate de las fuerzas contrarias al candidato borbónico que, finalmente, con el apelativo de Felipe V, accedió al trono hispano.                    

De diversas informaciones documentales y tradicio­nales se desprende que con antigüedad centenaria la villa de Sacedón ha venido usando armas municipales cuyo origen no consta de forma fehaciente, pero que son las siguientes:

Escudo español, de gules, un lienzo de muralla de oro, entre dos torres de lo mismo, defendida la puerta de un matacán, aterrazado de peñas de pla­ta, cortado de oro, con dos coronas de laurel de sinople puestas en faja. Timbrado de corona real cerrada.

La explicación de este blasonado no está clara, aunque es muy posible que la parte superior, el castillo o mura­lla torreada sea expresión de su pertenencia desde la reconquista al territorio del reino de Castilla; y la parte inferior, expre­sión inequívoca de una recompensa honorífica por algún señalado servicio realizado por la Villa a la Corona, y que podría refe­rirse a las diversas acciones que los de Sacedón realizaron a principios del siglo XVIII en la Guerra de Sucesión contra los ingleses y austriacos. La corona real cerrada es expresión del régimen monárquico constitucionalmente establecido.