Artesanía provincial de Guadalajara
Una de las más recientes realizaciones de la Diputación Provincial de Guadalajara, ha sido la puesta en marcha de una «Tienda ‑ Exposición de la Artesanía Provincial», que ha sido ubicada en el inicio de la Travesía de Santo Domingo, justamente en la esquina con la plazuela del Carmen, de tan entrañable sabor arriacense. En aquel punto, de tránsito alegre y denso, de tradición ciudadana antigua nuestra primera Institución provincial ha querido entregarse, y entregarnos, una muestra amplia, generosa, de lo que hoy se está haciendo, entre muchas manos por todo el territorio de Guadalajara en el campo de la artesanía y las artes populares. En este otoño del 84, una nueva pica se ha puesto en lo que es continuado quehacer de la Diputación por salvar, poco a poco, y en muchas parcelas diversas, la cultura autóctona de nuestra tierra.
En las dos plantas de que consta este centro, que más que tienda es gran sala de exposiciones, se puede admirar, en gran abanico de formas y colores, lo que hoy hacen nuestros artesanos. Algunas de sus muestras son ya clásicas, antiguas realizaciones conocidas de hace tiempo. Otros acaban de llegar, se han sumado con espíritu nuevo y emprendedor al quehacer antiguo. Sin mencionar nombres propios, pues todos son igualmente merecedores de ser conocidos, y la forma más directa de serlo es obteniendo la visita del público a este Centro, recordamos aquí las múltiples vías en las que la artesanía de Guadalajara se ha manifestado y progresa.
Quizás una de las facetas que más abundan en la exposición es la talla en madera. Tierra ésta nuestra de bosques, de antiguo fue tradicional que las gentes se ocuparan -cuando la tarea agrícola era mínima y el invierno silbaba por los campos- en hacer dibujos, tallas y expresiones personales sobre ella. Hoy se ven grupos de muebles, comedores y alacenas, arcones y escritorios, en una tradición secular pero con la técnica actual rematados. Esa talla de madera se ofrece también por los marcos de espejos, en estatuas y relieves tallados, en lámparas, y múltiples detalles. En la artesanía del mueble hay también buenos ejemplos con cordobanes y alabastros.
Otro aspecto de la artesanía provincial que tiene abultada representación en la Tienda de la Diputación, es la cerámica. La obra con el barro, con la arcilla, con la tierra generosa, fue siempre abundante por nuestros pueblos. Muchos ámbitos de Guadalajara tuvieron desde hace siglos, fama por sus tareas de alfarería y cerámica, y así desde la misma capital (en su barrio de la alcallería o cacharrerías, todavía existente) hasta lugares como Cogolludo, Anguita, Cifuentes, Lupiana o Almonacid, tuvieron fama por su fabricación de hermosos Objetos, además útiles, de barro. El más conocido de todos fue, sin embargo, el pueblecillo serrano de Zarzuela de Jadraque, o Zarzuela de las Ollas, donde la totalidad del vecindario se dedicó, desde tiempo inmemorial, a la fabricación de cacharros y elementos de barro, a los que ponían una decoración muy peculiar y única. Pues todavía como herencia de aquellas ancestrales artesanías, son hoy varios los alfares que continúan trabajando, poniendo inspiración y gracia en sus obras, si no tan útiles para la vida diaria como las que antaño se fabricaban, sí de buen gusto y muy decorativas: Pozancos, Hita, Tamajón y otros lugares, son hoy centro de esa nueva andadura de la cerámica alcarreña, que recobrará su antiguo prestigio con estos nuevos artesanos.
También la industria de la piel ha seguido viva: algún que otro botero, y artesanos que fabrican bolsos y otros utensilios perviven la tradición de trabajar la piel de los animales. Lo mismo que los paños y tejidos: en esto fue siempre nuestra tierra pionera. Y desde las industrias que menciona el Fuero de Brihuega, que ya en el siglo XII tenían su sede en la capital de la Alcarria, hasta las industrias de bayetas y tejidos de Sigüenza en el siglo XVII, o las sedas y tapices de Pastrana, en esa misma época, e incluso las más conocidas, con repercusión internacional, de Brihuega y Guadalajara desde el siglo XVIII, nuestra provincia ocupó durante centurias una gran cantidad de artesanos y obreros en estas tareas de trabajar la materia vegetal. Ahora son algunos talleres los que confeccionan prendas, de gran calidad y gusto, o alfombras, los que mantienen este fuego secular.
Otras artesanías modernas han venido a añadirse a tan densa relación y muestra. Del mimbre y la anea, que en épocas antiguas también tuvo su cultivo, especialmente a niveles familiares, existen en la Tienda de la Diputación bellas manifestaciones. Y luego son los más recientes ensayos con «papier maché», o con estaño sobre arcilla, o miga de pan finamente trabajada Y coloreada, obteniendo piezas, broches y cuadros de rara perfección y gusto.
Únicamente echamos de menos algunas de las más características artesanías que hubo en nuestra tierra, como por ejemplo la del vidrio: las famosas fábricas de El Recuenco, La Solana y Tamajón, que produjeron vidrios solicitados hasta en Palacio, fueron desmanteladas y abandonadas hace mucho tiempo. Nadie ha vuelto a revitalizar tan hermosa tradición. Quizás lo costoso de su puesta en marcha lo impida. Y también falta en esta Exposición ancha y solemne algunas cosas que pueden considerarse como de la más genuina popularidad y surgida de las manos sencillas de la gente de pueblo, como las labores de ganchillo, de bordados, etc., o las máscaras de botargas, o incluso los propios trajes regionales, que tanta aceptación tendrían para la proyección costumbrista y la progresiva costumbre de utilizarlos en las fiestas señaladas.
De todos modos, no cabe ninguna duda que esta iniciativa de la Diputación Provincial, de poner al servicio de los artesanos de Guadalajara y por lo tanto de la provincia entera, este local céntrico, tan bien acondicionado y atendido, ha sido un acierto y un paso más que la primera institución de Guadalajara ha dado en favor de su cultura y de la recuperación de sus raíces más genuinas.
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