La iglesia parroquial de El Olivar (Un estudio documental)

sábado, 14 febrero 1981 0 Por Herrera Casado

 

La villa de El Olivar pertenece al partido judicial de Sacedón en la provincia de Guadalajara, de cuya capital dista unos 50 kilómetros. Se encuentra situada en la comarca de la Alcarria, en el borde de la meseta que se asoma al ancho valle del Tajo. Su origen antiquísimo, con seguridad fue poblada en los días de la reconquista de la zona, en la primera mitad del siglo XII, y desde entonces formó parte del alfoz o tierra del común de Guadalajara, pasando ya en el siglo XVI a ser villa por sí entrar en el señorío de los duques del Infantado, hasta la abolición de los privilegios señoriales en 1812. (1)

Lo más interesante de El Olivar es su situación geográfica  y las vistas panorámicas que desde su altura se divisan (2) pero ningún autor se había fijado hasta ahora en reseñar sus edificios artísticos, nada desdeñables. Entre ellos, merecen mención especial la ermita de la Soledad, a la entrada del pueblo, obra del siglo XVI, construida de piedra de sillar, con fachada que muestra dos vanos gemelos orlados de adosadas pilastras que rematan el clásico friso, hornacina y frontón triangular; su interior presenta una nave cuadrangular y un presbiterio reducido, con cúpulas de piedra, todo ello tallado de buena fábrica. El más singular de sus edificios es la iglesia parroquial, sobre la cual damos aquí su descripción y noticias documentales.

La Iglesia parroquial del El Olivar, dedicada a la Asunción de la Virgen (aunque en documentos antiguos figura como la iglesia de Nuestra Señora de la Zarza) es obra magnífica de la arquitectura del renacimiento. Está orientada, con ábside a levante, entrada y atrio al medio día, y torre sobre el muro de poniente. Se precede de un amplio atrio descubierto en su costado sur, el que da a la plaza mayor, rodeada de barbacana de sillar. El templo está construido con recia piedra gris de la zona, es de planta rectangular, alargada de poniente a levante, mostrando la torre cuadrada sobre el primero de estos lados, y el ábside poligonal sobre el segundo medio punto, columnas adosadas laterales sobre pedestales, friso y hornacina vacía dentro de un frontón triangular. Los muros se refuerzan al exterior con contrafuertes. El interior es de cuatro tramos (el primero de ellos ocupado por el coro alto) y rematado en presbiterio y ábside, todo ello cubierto por apuntadas bóvedas cuajadas de complicada tracería de nervaturas gotizantes. La esbeltez y elegancia de este templo tiene muy pocos competidores con toda la comarca de la Alcarria. Está construida hacia 1570-1580, y a principios del siglo XVII se le colocó un magnífico altar mayor, renacentista ya manierista, del que no queda sino una pequeña tabla tallada con la «Ultima Cena». El altar actual está pintado al fresco sobre los muros de la capilla mayor, y es tan feo que lo mejor que podían hacer con él era borrarlo por completo. En el suelo del presbiterio están las lápidas mortuorias de diversos personajes del pueblo, del siglo XVI. Entre ellos, que aparecen retratados y esculpidos sobre el blanco mármol de la losa, se encuentra el cura del lugar, Juan Martínez del Puey, y los esposos don Juan Manuel y doña Elena, fundadores del antiguo hospital del pueblo y aun el caballero don Miguel Díaz con sus sucesivas esposas, ambas llamadas Mari Sánchez. También existen varios ornamentos y vasos sagrados, regalados por la reina Isabel II en 1856 cuando pasó en dos ocasiones por el Oliver, y un interesante archivo en el que hemos encontrados datos de gran importancia para la historia de la iglesia y de l pueblos (3).

El autor de los planos, traza y construcción de esta iglesia es el maestro de cantería Pedro de Bocerraiz, del que hasta ahora no se conocía su existencia. Es citado en algunos documentos de El Escorial un cantero llamado Juan de Bocerraiz (4) que trabaja en las obras del monasterio jerónimo a partir de 1575, y también se ha encontrado a este maestro en las obras de la torre de la iglesia de Chiloeches (5) en la que trabaja hacia 1570. Este era vecino de Zorita, y ha dejado alguna otra obra por la Alcarria. Quizás el autor de la iglesia de El Olivar pueda ser hermano o hijo suyo. La construcción de la iglesia que estudiamos puede situarse a partir de 1580, pues en fechas que media de 1592 a 1600 aparece Bocerraiz cobrando diversas cantidades por su trabajo. En los documentos se le nombra «arquitecto» unas veces, «cantero» otras, y aun «maestro de cantería». En las cuentas que hablan de él, sumamos la cantidad de 144.788 maravedises y 150 reales cobrados, quedando saldada esa cuenta en 1600.

El atrio de la iglesia, tal como hoy se conserva, es obra algo posterior, concretamente de 1657.

La torre de la iglesia de El Olivar, aunque proyectada por Bocerráiz desde un principio, no se hizo hasta unos años después. Concretamente en 1622 se iniciaron las obras, y la traza la hizo el «maestro de obras» Pedro de Senderon, que cobró 6 ducados por esta tarea, más otras importantes cantidades, hasta un total de 2.800 reales. La torre quedó acabada dos años después, en 1624, aunque necesitó reformas posteriores. Así, en 1643 y 1645, unos oficiales de Pastrana acudieron a reparar algunos desperfectos en la hojalata de la cubierta. En 1635 el maestro Juan Vinde el Vyzcaino hizo «la torreçilla del çimbanillo de la torre.

Desde 1602 se registran partidas de aderezos en la fábrica de la iglesia. En 1608 se hizo el púlpito. En 1610 se hizo un primer trastejado de iglesia y sacristía, que se volvió a repetir en 1630; en esta ocasión fueron sus autores Alonso Martínez de Teruel y sus hijos. El enlosado que aparece ante la portada principal se hizo en 1624, y fue su autor el «maestro de cantería» García de Toca, quien cobró por ello 4.700 maravedises. Poco antes se habían puesto hierros a las puertas, siendo en 1620 el «herrero» Francisco Martínez quien cobró estas obras artesanas. En 1653 se hizo sobre la portada un reloj de sol tallado.

 (1) García López, J. C.: Aumentos a las Relaciones Topográficas enviadas a Felipe II por los pueblos de la Alcarria. «Memorial Histórico Español», tomo XLV. Madrid, 1912; páginas 251 y ss.

(2) García Sáinz de Baranda, J., y Cordavias, L.: Guía arqueológica y de turismo de la provincia de Guadalajara. Guadalajara, 1929; pág. 199.

(3) Para el estudio documental de este templo hemos utilizado el Libro de Fábrica núm. 1 de su Archivo Parroquial, que trae partidas correspondientes a diversos años de la segunda mitad del siglo XVI y primera del XVII.

(4) Andrés, Gregorio de: Inventario y Documentos sobre la construcción y ornato del Monasterio del Escorial existentes en el Archivo de su Real Biblioteca. Madrid, 1972.

(5) Estella Marcos, Margarita: Noticias documentales sobre la construcción de la iglesia de Chiloeches (Guadalajara) en el siglo XVI y algunas otras. Revista «Wad-al‑Hayara», número 7 (1980); págs. 305‑311.