Antiguas cofradías y hermandades

sábado, 18 febrero 1978 0 Por Herrera Casado

 

Entre los muchos temas que al investigador y conocedor de las antiguas formas de vida en la tierra de Guadalajara se le ofrecen, ocupa un lugar destacado el que supone conocimiento y profundización en un modo muy peculiar de asociación de las gentes: los cabildos, cofradías y hermandades, que con un fundamento religioso, y social al mismo tiempo, por lo que de solidaridad entre sus miembros encerraba, se constituyeron desde la Edad Media hasta casi nuestros días, teniendo su momento de máximo apogeo en los siglos, XVI y XVII.

De todos son conocidos los antiquísimos y perdurables ejemplos de la Caballada de Atienza o los Caballeros de Doña Blanca en Molina, sobre las que la pasada semana hice algún comentario. Modelos de asociación religiosa y civil a un tiempo. Son cabildos, o cofradías. Celebran a San Julián, o la Santísima Trinidad, a la Virgen, y al mismo tiempo se unen para defender sus intereses profesionales en la arriería, o su «status» social de caballeros.

Los ejemplos podrían multiplicarse al infinito. Algunas de estas cofradías han sido ya estudiadas, en sus constituciones, normas, desarrollo y anécdotas, como por ejemplo la que, honda y magistralmente presentaba, estudiada fr. Ramón Molina Piñedo en el número 4 de la revista «Wad‑al-hayara» de la Institución Marqués de Santillana: se refería a la Cofradía de San Nicolás de Gari, en Yunquera de Henares, y venía a demostrar cómo las incidencias generales de la historia de España, y las particulares de’ la región y pueblo en que asentaba, recaían sobre la cofradía, modificándole, al tiempo .que presentaba la influencia que dicha hermandad tuvo sobre la vida y las gentes yunqueranas. Algunas otras cofradías alcarreñas han sido estudiadas: en el, número 1 de «Wad ‑ al ‑ hayara»  presenté la de la Vera Cruz de Valdenuño Fernández, y en el número 5 de dicha revista, próximo a aparecer, doy la reseña, y las constituciones del Siglo XV, de la Cofradía de San Sebastián, en Tartanedo. Incluso un repaso amplio a todas las cofradías y hermandades, algunas de especial curiosidad, de la villa de Horche, ofrecí en un libro sobre temas alcarreños.

Lo interesante sería que estos estudios se multiplicasen. Quizás una primera etapa de monografías  y datos sobre las instituciones religioso‑populares de nuestra tierra, diera lugar posteriormente a un estudio de conjunto, de amplia visión, de comparaciones y resultados que nos dieran los puntos básicos, las variaciones, incluso las anécdotas que brindan estas cofradías: es tema para quien de verdad se interese por el pasado de nuestra provin­cia.

El enumerar unas y otras nos haría llenar páginas y páginas. Dedicadas a la Virgen hay centenares. El libro de García Perdices «Cual Aurora Naciente» menciona varias. También ten las Relaciones Topográficas de la provincia de Guadalajara, que editó comentadas, don Juan Catalina García a principios de este siglo, se presentan gran número de las que hacia 1580 estaban vivas en nuestro entorno. Y son, u a fin, esos recónditos archivos parroquiales, abiertos en ocasiones para algunos, afortunados que en ellos pueden investigar, donde la primera materia de estudio se ofrece y reclama atenciones.

Por dejar una imagen gráfica, aunque breve, de estas cofradías Guadalajara, presento uno de los emblemas de la Cofradía de la Virgen de la Candelaria, de Retiendas, en nuestra serranía, donde el día 2 de febrero, y ahora el primer domingo de dicho mes, se celebra multitudinariamente la fiesta grande del pueblo, con danzas clamorosas de la botarga, fabricación de dulces, procesión ritual y exhibición pública de la cofradía y de estos bellos emblemas de plata en que se representa a la Virgen titular. Centenares de ejemplos hay en nuestra tierra, que están esperando ser encontrados, degustados, archivados y estudiados por vosotros.