Tradición universitaria. Fundación del Colegio de Tuy
Repasábamos la semana pasada la figura de un ilustre alcarreño, don Juan García Valdemora, natural del Casar de Talamanca, y que habiendo estudiado en la Universidad de Alcalá de Henares, llegó a ser en ella catedrático de artes, y posteriormente, obispo de Lugo y Tuy, en cuyo cargo hizo fundación de un colegio universitario para la institución alcalaína, donde algunos estudiantes pudieran, a pesar de su falta de recursos económicos, seguir los estudios para los que estuvieran dotados.
Hizo escritura di fundación este personaje a 21 de junio de 1619, que ‑por su curiosidad doy transcrita a continuación, de la que publica el padre Florez en el tomo XXIII de, su «España Sagrada», a las páginas 63‑64, Dice así:
En el nombre de la Santísima Trinidad… Nos don Juan García de Valdemora por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica indigno Obispo de Tuy, y por ello Señor de dicha ciudad, del Consejo del Rey nuestro Señor,… Decimos que por quanto desde doce años de nuestra edad nos criamos en la villa e insigne Universidad de Alcalá de Henares, donde comenzamos a oír la Gramática, y continuamos nuestros estudios en Artes y Sagrada Theología hasta nos graduar de Doctor en ella, y en dicha Universidad tuvimos la Beca y Manto de Colegial en el insigne mayor de San Ildefonso, donde recibimos, grandes honores y mercedes, honrandonos con Cáthedras y Oficios, y en la dicha Villa fuimos Canónigo en la Colegial de S. Justo y Pastor, y estando en ella fue Dios servido fuésemos elegido por Obispo de la Santa Iglesia, Ciudad y Obispado de Lugo, donde habiendo asistido algún tiempo fuimos promovido a la Santa Iglesia y Obispado de dicha ciudad de Tuy, que hoy poseemos, que sea para servir a la Magestad de Dios.
Y considerando que de la dicha universidad y Estudios de ello se nos ha seguido el principio de todo el bien que tenemos: y porque los hombres debemos ser gratos a Dios nuestro Señor por las innumerables mercedes que de su poderosa mano hemos recibido, y darle infinitas gracias por ello, etc. Habiendo considerado y viendo por la experiencia, que en la dicha Universidad de Alcalá han florecido, y florecen tanto las letras, y esperamos florecerán para siempre, y en el servicio de Dios y de la República Cristiana que de los Colegios resulta, pues en ellos halla remedio la pobreza de grandes sugetos, que muchos no pasarían adelante en sus estudios por no tener comodidad para ello, y mediante la que hallan en los Colegios, lo hacen y emplean sus in genios en las ciencias á que se aplican y honrran su Patria y Nación, y sustentan en justicia la República, y aprovechan a las almas, y defienden la fee de las calumnias de los Hereges, y resultan otros muchos bienes. Y a esta consideración y a egemplo de otros Prelados Santos y prudentes, hemos determina do dirigir y fundar y dotar en la insigne Universidad de Alcalá un Colegio, donde algunos sugetos se sustenten y vivan en Comunidad, y allí tengan lo necesario para el sustento de la vida humana, para que descuidando de, ello puedan mejor aprovecharse en sus estudios oyendo y pasando en el dicho Colegio las Ciencias de Artes, Sacros Cánones, y Santa Theología, siguiendo cada uno la que mejor te pareciere, y d que se inclinare, como no sea Medicina…
«Y para principio y fundación de él hemos adquirido y hecho labrar en dicha villa de Alcalá unas Casas en la Calle que vaja del Convento de Nuestra Señora del Carmen, y hacen esquina a la Calle que llaman de los Hornos, y estas dos calles abrazan las dichas casas por aquella parte, y por otra alindan con casas del Licenciado don Pedro García de Valdemora, nuestro hermano, Tesorero, y Canónigo de la Santa Iglesia de Tuy.
«Prosigue refiriendo el coste que te tuvieron dichas casas, y se las da al Colegio, con un censo de quatro mil ducados de principal contra la Villa de el Casar y otras adherencias que en todo subían a la cantidad de «docientos setenta mil, quinientos y ochenta y dos reales”.
«La advocación del Colegio mandó fuese de «San Justo y Pasto”. Por patrono y Administrador de los bienes y rentas, nombró al Abad y Monges de San Bernardo de Alcalá; previniendo que no entrasen Colegiales, hasta que el Colegio tuviese de renta annual «quatro mil» ducados.
«Las Becas las dividió en tres partes: una para los naturales de la Villa del Casar su Patria: otra para los del Arzobispado de Toledo, y de la tercera reservó para sí el hacer señalamiento».
Es de señalar que al año siguiente, el 14 de agosto de 1620, dio una nueva disposición respecto a su Colegio, por el que decía que no debía esperarse a contar con renta de 4.000 ducados, sino que empezara a utilizarse ya, y nombraba a don Juan Gabriel de Valdemora, su sobrino, por colegial y primer rector del colegio, dejando a la decisión de sus hermanos don Pedro y don Felipe García Valdemora el nombramiento del otro colegial. La vida de esta institución no fue nunca brillante, pero cumplió una misión, en el ancho mosaico de la Universidad Complutense, Y, lo que es quizás más aleccionador, fue la presencia de un alcarreño, lo que dio vida a esta manifestación de cultura en el secular contexto alcalaíno.