Notas a Luís Gálvez de Montalvo

viernes, 23 abril 1976 0 Por Herrera Casado

 

De todos los alcarreños será ya conocido el poeta don Luís Gálvez de Montalvo, que en esta ciudad de Guadalajara vivió y escribió sus más famosas obras, dedicadas, en algunos casos, a los temas que eran de actualidad en los días del siglo XVI. Su más famoso libro, “EI Pastor de Filida”, no fue sino un soterrado espejo de la sociedad aristocrática arriacense, en la que, tanto en lo, social como en lo cultural, la familia Mendoza, era batuta y eco de todo sonido. Ahora quisiera dar algunas notas sueltas  y poco conocidas acerca de este poeta, que don Juan Antonio Mayans i. Siscar aportó en su Diálogo a «El Pastor de Filida” editado en el siglo XVIII.

EDICIONES DE SUS OBRAS:

De las más conocidas, la novela pastoril de sus amores con Filida se conocen varias ediciones de los primeros tiempos. Salió la primera edición en Madrid, en 1582 la, segunda en Lisboa, en 1589. Luego otras dos ediciones en Madrid: en 1590 y en 1600. Son, con toda seguridad, las cuatro edicio­nes que se hicieron en el S. XVI. En el siguiente sólo apareció tina, en Barcelona, a costa de Miguel Menescal, «mercader de libros», e impreso por Esteban Liberos en 1613. En el siglo XVIII fue la librería Mayansiana la que, en Valencia, en 1792, editó de nuevo la novela, con el magnífico estudio de Mayans que comentamos. Y, finalmente, en este siglo XX, en la Nueva Biblioteca de Autores Españoles, fundada por don Marcelino­ Menéndez Pelayo, que es la más moderna edición.

De otras obras de nuestro, poeta, podemos señalar como ya editadas la traducción de “El llanto de San Pedro” de Luís Tansilo, que Gálvez de Montalvo vertió a la lengua castellana con inigualable maestría. La primera edición es de 1587, en el volumen del «Thesoro de divina poesía», recopilado por Esteban de Villalobos. Vuelve a aparecer en la misma obra, en 1604, y ya más modernamente en el tomo XXXV de la Biblioteca de Autores Españoles, en el contexto de «Romancero y cancionero sagrados».

Otras obras se sabe que dejó escritas nuestro alcarreño poeta, pero ya han desaparecido o nunca llegaron a editarse: así, en cuanto a traducciones, Gálvez acometió la del poema épico «Jerusalem» de Torquato Tasso, a la que Lope de Vega aludió como de “floridas coplas» en la traducción de Gálvez de Montalvo. Y aún se conoce de otra obra, original suya, de la que ha desaparecido todo paradero: es «El Libro de la Passión», colección de poemas religiosos. El poeta López Maldonado, en su «Cancionero», puso un magnífico soneto titulado: «Soneto al Libro de la Passión de Luís Gálvez de Montalvo», en el que califica a dicha obra de «Cántico Divino». Varios otros sonetos, de este nuestro autor se conservan impresos en los preámbulos o epílogos de algunos libros. Recordemos, como vino de los más bellos, el «Soneto» que Gálvez de Montalvo dedicó al autor de la «Galatea», el inmortal Miguel de Cervantes.

VIDA ALCARREÑA DE GÁLVEZ

No se sabe con certeza dónde nació. Sus padres eran originarios de Antequera, pero él dice en su libro que «mis abuelos i padres, trasladados al Henares, me criaron en su ribera». Lo cual no quiere decir que en Guadalajara fuera nacido. Aquí, sin embargo, vivió mucho tiempo, y escribió lo mejor de su obra. Criado, o por mejor decir, gentilhombre en la corte mendocina, donde era mantenido generosamente por don Enrique de Mendoza y Aragón, hermano del quinto duque del, Infantado, estaba, «assi a ratos entretenido, en mi antiguo ejercicio de la divina alteza de la Poesía, donde son, tantos los llamados i tan pocos los escogidos». Mayans i Siscar lo quiere hacer familiar de don Benito Arias Montano.

Viajó después por Italia, donde siguió el camino de las armas sin olvidar el cultivo de las letras. Allí murió, no se sabe con certeza en, qué ocasión, aunque debió ser en alguna batalla, pues Lope de Vega afirma de él «aunque muerto en la puente de Sicilia».

En su novela aparecen disfrazados con extraños nombres de pastoriles resonancias muchos personajes de la vida alcarreña, y aun otros del mundo literario hispano del siglo XVI. El mismo es SiraIvo, que va en el sentido de Cantor. El Rabadán Mendino es el Mendoza protector suyo, a quien personifica en un generoso y opulento ganadero, en cuyo servicio andan pastores y, pastoras. Dice así que «los Rabadanes tenían Mayorales, los Mayorales Pastores, y los Pastores Zagales». Pone a Mendino como poeta, y aun dice que imitaba alguna copla «de su quinto abuelo el gran Pastor de Santillana». De su musa Filida es más difícil sacar conclusiones. La hace originaria de Andalucía y, aunque durante mucho tiempo le fue esquiva, es seguro que finalmente casó con ella y fue feliz en cierto grado. López Maldonado así lo señala en unos versos que dedicó a Gálvez, diciendo: “Ya te dio del descanso alegre lleva. Filida, que entrega está i piadosa, que es guando bien Amor dar puede, o sabe”. Junto a ellos aparecen otros poetas y amigos, entre los, que cuenta Tirsi, que no es otro que Cervantes.

SUS AMIGOS

De la nutrida corte de ingenios que en los años finales del S. XVI daban a Guadalajara el merecido nombre de «la Atenas alcarreña», figuran algunos que tuvieron gran relación con Gálvez de Montalvo. Fue uno de ellos el poeta Alonso Núñez de Castro, natural de Guadalajara, que escribió la «Historia de los Amores de, Clareo, i Horisea, con los trabajos de Isea». Otro de sus amigos fue, Bernardo Pérez de Bovadilla, que escribió «Ninfas, i Pastores del Henares». De la familia, mendocina brotó don Enrique Suárez de Mendoza y Figueroa, que escribió «Eustoguio i Clorilene, Historia Moscovítica».

Otros escritores que demostraron su amistad hacia Luís Gálvez, fueron los que al final de su «Pastor de Filida» pusieron algunos sonetos de limpia vena clasicista: don Diego Mejía de Lasarte, de un linaje alcarreño muy fundado, de cuya familia hay varias lápidas en la iglesia de San Nicolás, lo mismo que del doctor Campuzano, médico, que de Hita procedía por familia. También le dedicaron versos don Francisco Laso de Mendoza, cuarto señor que fue de la villa de Yunquera de Henares, y finalmente, don Lorenzo Suárez de Mendoza, hijo del vizconde de Torija y Conde de Coruña.

NOTA

En los dos últimos «Glosarios», que han tenido por motivo el estudio y divulgación bio‑bibliográfica de la Venerable Madre carmelita María de Jesús, natural de Tartanedo, afirmaba yo que esta religiosa ‑subiría en el presente año a los altares con la categoría de santa de la Iglesia Católica.

Amablemente, don Pablo‑José Sanz López, culto sacerdote seguntino, me corrige e informa que la venerable M. María de Jesús será «beatificada» este año. Y por lo tanto, subirá a los altares en forma de beata. «A los beatos, ‑me informa ‑, se les concede un culto público, pero restringido en cuanto a lugares y actos, mientras qué a los santos, se les concede un culto público sin restricciones en cuanto a lugares y actos. Es el llamado culto de dulía. La beatificación es previa a la canonización».

Estas son las aclaraciones que me hace don Pablo‑José Sanz López, y que para evitar posible confusionismos, acudo a insertar en estas páginas, manifestando a este sacerdote mi agradecimiento por su interés.