Nos hemos dedicado a recorrer las calles de El Pobo de Dueñas en el extremo más oriental del Señorío de Molina, ya donde se inician lejanas las alturas de Sierra Menera, que separan al viejo señorío de las tierras turolenses del ancho Jiloca. Aunque no lo parezca, el Pobo es un pueblo en cuesta. De origen muy antiguo, su nombre es romano, deriva de “pópulus”, el pueblo. Tiene El Pobo algunos viejos y orondos edificios, de piedra rodena y calicantos, dando unos contrastes fuertes y emocionantes en sus perspectivas urbanas. En medio del páramo del Pedregal, y en verano aún más, parece un lugar desértico, en el que acudirán las caravanas de camellos a reposar su fatiga bajo alguna aislada palmera o acacia. Y no es así. Conté en un momento hasta cuatro fuentes repartidas por las calles, todas activas y bien talladas. La de abajo, la que está junto a las huertas, es una señora fuente con hondo manadero y larguísimo abrevadero. En la semipenumbra de la iglesia, a la que se entra por semicircular arcada ornada de bolas adheridas a las arquivoltas (parece románica pero no lo es) se ven retablos, lamparillas, cristos sufrientes y, en el muro del brazo norte del crucero, aparece tallado y pintado de colores un obispo tumbado todo lo largo que es, con su mitra y su báculo, sobre losa en la que aparece un escudo de armas timbrado del capelo episcopal. Es la tumba de don García Gil Manrique y Maldonado, segundón del linaje de los Manrique, que venían nada menos que del primer señor de Molina, don Manrique de Lara. El padre, con palacio y tierras en El Pobo, cedió el mayorazgo a su primogénito, y al segundo le mandó a hacerse eclesiástico. Y no le fue mal del todo. Porque la biografía de don García Gil Manrique (Garcigil que también llaman los historiadores, aunque él se firmaba exclusivamente don García) da para mucho, especialmente en los años finales de su vida, en los que vivió una vertiginosa secuencia que parece sacada de una narración de aventuras. Llegó, entre otras cosas, a ser Presidente de la Generalitat de Catalunya, ahí donde le ven, un molinés del Pobo… Pero vayamos por partes. Aunque muy posiblemente nacido en El Pobo (otros dicen que en Molina ciudad, donde de seguro fue bautizado) en 1575, y tras pasar los años de la infancia en el […]