Mañana sábado 28 de junio se va a celebrar en Muduex, por todo lo alto, y con un retoque sin fin de campanas, que su torre parroquial cumple cien años. Que es un aniversario redondo y solemne. La torre se cayó hace mucho tiempo, y en 1914 decidieron restaurarla y dejarla como nueva, tal que ahora se ve. Volvemos la vista atrás, y recuperamos un documento de entonces… Es Muduex un pueblo del valle del Badiel, y en lo más profundo de su discurso plácido se encuentra, recostado sobre la vertiente septentrional que, en rápida cuesta, cae desde la meseta alcarreña que por uno y otro lado escolta, cubierta de cereal, a este hermoso e inesperado vallejo cuajado de alamedas y huertos, con sus laderas cubiertas de densa vegetación de monte bajo y olivar en escasos puntos. La erosión de estas vertientes dan aún una mayor vistosidad al aspecto hundido de sus pueblos y al verde restallante de su vegetación. Algo de historia Tras la reconquista de la comarca a los árabes por el reino castellano (siglo XI), Muduex quedó en calidad de aldea en el alfoz o Común de la Tierra de Hita, regida por su Fuero. Pasó con el total del territorio a don Iñigo López de Orozco, y ya a finales del siglo XIV quedó en propiedad de don Pedro González de Mendoza, gran caballero en la corte castellana, poniendo dicho señorío en su mayorazgo, del que ya nunca salió hasta el siglo XIX en que la primera Constitución española abolió este sistema de relación social. Los Mendoza, pues, y su rama principal de los duques del Infantado, fueron los señores de Muduex. Se sabe que poseyeron numerosas y buenas tierras en su término los monasterios jerónimos de San Blas de Villaviciosa y de San Bartolomé de Lupiana, gozando de gran parte de los impuestos que el Rey y el arzobispo toledano cobraban en su término. Fue declarada Villa en 1607, y eximida de la jurisdicción de Hita. Sus primeros alcaldes, nombrados por la duquesa del Infantado, fueron Lorenzo Gascón de Mesa (por el estado de los hidalgos) y Esteban del Molino (por el estado de pecheros). Aún pueden verse, ya muy desmantelados, algunos leves restos de lo que fueron murallas de pueblo, y se señalan dos lugares en los que estuvieron sendos cubos o torreones defensivos, restos remotos de un antiquísimo castillo. Nuestro amigo Antonio Nieto […]