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hiendelaencina

El primer Día [Virtual] de la Sierra de Guadalajara

miedes de atienza

Se rememoran los doce Dias de la Sierra de Guadalajara hasta ahora celebrados, en el momento en que por la pandemia de Coronavirus se ha decidido su No Celebracion en el año 2020. El autor evoca algunos lugares de la Sierra como Hiendelaencina, y Miedes de Atienza.

Hiendelaencina, pasión latiente

Viernes Santo es viernes frío y ocupado en meditaciones. En la provincia de Guadalajara, muchas gentes en muchos pueblos andan pensando en lo que se conmemora, la muerte de Jesucristo a manos de los invasores romanos de Jerusalem. Es una memoria de algo que hace consistente la Fe. Algo que realmente emociona y trasciende. En Hiendelaencina llevan ya muchos años conmemorándolo de forma muy especial. Para este Viernes Santo hay en Guadalajara una misión que cumplir: de cara a subirse a la admiración de nuestra tierra, viva y palpitante. Es ir a ver “La Pasión viviente” de Hiendelaencina, un capítulo llamativo y convocante en costumbrismo guadalajareño. Porque en la localidad serrana muchos vecinos se visten con las características vestimentas, y atributos, de los protagonistas de la Pasión de Cristo, siendo muy notable el verismo de las escenas que representan. La Pasión viviente de Hiendelaencina El acto, que se prolonga todo el día, tiene por protagonista a la práctica totalidad de los habitantes del pueblo, volcados desde el principio en este acontecimiento, que ya se ha convertido en una de las señas de identidad de la localidad serrana. La idea surgió, hace ya más de 40 años, de un sacerdote, D. Bienvenido Larriba, y de un maestro, D. Abelardo Gismera, quienes junto con los jóvenes que por entonces residían de fijo allí, dieron un giro a la monotonía propia de esta Semana, y alumbraron –con timidez al principio, y cada vez más arropados de sus paisanos y forasteros- un espectáculo que se entronca íntimamente con la tradición cristiana y la devoción auténtica. Declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, ha sido capaz de mantenerse viva, renovando participantes y acogiendo cada vez más visitantes, todos estos años. No hay en ella grandes actores, no hay medios técnicos de relieve, ni rutilantes directores de escena. Es simplemente la Pasión de Cristo, puesta en escena por los vecinos, que le echan emoción sobre todo, preparación, ganas. Y eso lo notan los miles de asistentes que a lo largo de este Viernes Santo, especialmente al mediodía, acuden a contemplar una representación cuyo guión y cuyo dramático final todos conocen. El acto comienza, a media mañana, en la plaza mayor de Hiendelaencina, cerca del monolito que recuerda el descubrimiento de la primera mina de plata en este pueblo: allí se escenifica la alegre entrada de Jesucristo en Jerusalén, a lomos de un borrico, entre vítores, palmas agitadas […]