Desde el pasado mes de junio, y hasta mediados de Octubre, está abierta en la Catedral de Sigüenza la exposición aTempora, una muestra altamente interesante que nos ofrece piezas de arte y fragmentos de historia, a través de unos caminos de acción y espiritualidad. Arte religioso, memorias civiles, y una explosión atractiva de datos y piezas vivas. De obligada visita. En el centenario de Cervantes (y de Shakespeare, ya que los dos grandes escritores europeos murieron el mismo día, un 23 de abril de 1616) la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha ha emprendido numerosas actividades para revitalizar la memoria del escritor complutense, pero con tantas raíces y destinos en la Mancha. Una de esas actividades ha sido montar una exposición grande, complicada, y muy visual, en el interior de la Catedral de Sigüenza. La idea inicial ha contado con numerosos apoyos, tanto del propio Cabildo catedralicio y Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, como del Ayuntamiento de la Ciudad Mitrada, la Diputación Provincial, varias empresas y la fundación “Ciudad de Sigüenza”, encaminados todos a conseguir el éxito en la instalación y en la visita. Lo primero de ello se ha cumplido, y con creces. Lo segundo, se va consiguiendo. Estará abierta hasta octubre, y lo mejor es ir ahora, en plena canícula, a visitarla, porque entre los muchos valores que tiene está el de disfrutar de un clima fresco y natural, el propio de los interiores catedralicios. La zona azul Dividida en dos partes, de visita sucesiva, aTempora muestra de una parte el contenido “civil” del centenario cervantino, y de otra su trasfondo “espiritual”. Son, sucesivamente, la zona azul y la zona roja de la exposición. Comenzando por la entrada de San Valero hacia el claustro, el espectador se sume, como en un túnel que es algo más que virtual, en la memoria de un tiempo, el de los grandes hechos de la vida de Cervantes, desde mediados del siglo XVI a los comienzos del XVII. Con un sentido didáctico, las salas van tomando nombres de su contenido, y en cada una se muestran piezas bien iluminadas con sus cartelas y explicaciones al lado. De tal modo que la exposición puede visitarse con guía (hay un grupo de entusiastas seguntinos y seguntinas que se han brindado todo el verano a cumplir este cometido) o por cuenta particular. Si antes se ha leído el Catálogo de la exposición, como confieso haber hecho, […]
aTempora
Banderas en el tiempo
La exposición aTempora, que se abre en la catedral de Sigüenza desde el pasado mes, y lo seguirá estando hasta el próximo octubre, reúne más de trescientas piezas únicas del arte y la historia de España, y reconcilia a los viajeros con las esencias de esta tierra castellana. Un paseo por esta exposición que recomiendo sin ningún género de dudas. De dos banderas, viejas y destartaladas, arrinconadas y polvorientas, surge esta aventura que ha cuajado en la gran exposición aTempora. Porque si finalmente la catedral de Sigüenza se abre para acoger una exposición temática (esta es en homenaje a Cervantes y Shakespeare) al estilo de las “Edades del Hombre” lo hace realmente como homenaje a dos banderas, que viejas y rotas se conservaban (como reliquias que eran de otras épocas) en una sala catedralicia. Hace ya bastantes años, preparando con José Antonio Ferrer González y Victoria Ramírez Ruiz el libro sobre “Tapices y Textiles de Castilla-La Mancha”, tuve la oportunidad de ver en directo y fotografiar dos viejas banderas que nadie sabía de donde procedía. Estuvieron primero en la capilla del Doncel, colgadas de su muro occidental, cubiertas de polvo, y decían que habían sido tomadas al inglés en una batalla en el siglo XVI por don Sancho Bravo de Arce. Cuando se hicieron trabajos de restauración y limpieza en la capilla de los Vázquez de Arce, las banderas se llevaron a la Sala Capitular donde se aontonaban otros elementos artísticos por clasificar y restaurar. Allí tuve la oportunidad de verlas y fotografiarlas. El canónigo don Juan Antonio Marco Martínez me dio la oportunidad de documentarlas gráficamente, tal como se ve en una de las fotografías que acompañan este texto. Pero poco más se sabía de ellas. Casi ni se sabía de color eran, porque el tiempo que es devastador para con todos (y todas) lo es más todavía para con las telas, un tejido orgánico que tiene su vida tasada. Ha sido una gran suerte que hace un par de años, y con motivo de las tareas de restauración de los tapices barrocos de la catedral, el Contra Almirante González-Aller se interesó por esas banderas que vio junto a los tappices, y como experto en la materia concluyó que se trataban de dos importantes y anriquísimas piezas que debían ser restauradas. La Fundación “Ciudad de Sigüenza”, el Ayuntamiento, el Cabildo Catedral y la Junta, en perfecta conjunción, han movido […]