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Un alcarreño en América, don Antonio de Mendoza

antonio mendoza pacheco

Una revisión biográfica de la persona y la obra del alcarreño Antonio de Mendoza y Pacheco, primer virrey de la Nueva España, y algunas alusiones al hermanamiento de las Guadalajaras de España y Jalisco.

Un Mendoza, casi el primer rey de América

Con motivo de la aparición reciente de un libro (el “Planeta Mendoza” de José Luis García de Paz) que relata, con meticulosa y científica pulcritud, la ruta vital y la secuencia detallada de la existencia de unos quinientos personajes mendocinos, no me resisto a dar aquí una pincelada breve de uno de ellos, que se erige en pieza curiosa y paradigmática de la estirpe mendocina. Un personaje que, aun no nacido en la Alcarria, como lo fuera su padre, o sus hermanos, sí que llevó los colores de su linaje, y la memoria de su tierra paterna, por el ancho mapa de la América recién abierta a mano de hispanos. Me estoy refiriendo a don Francisco de Mendoza, a quien los historiadores ponen mote de “El Indio” para distinguirlo de otros familiares que llevaban similar nombre y apellido. Este fue nada menos que “Protomonarca de México y Perú, Comendador de Socuéllamos y Capitán General de las Galeras de España”. Una ristra de títulos que le colocan, sin otra opción, en las primeras filas de la historia de España. Ruta Vital Francisco de Mendoza fue el segundo hijo varón de don Antonio de Mendoza, primer Virrey de la Nueva España (México) y después del Perú. Nacido alrededor de 1523-1524 en la Casa Encomienda que su padre tenía en Socuéllamos (Ciudad Real), este le reclamó para que fuera Visitador General del virreinato en el año 1542, después de haber obtenido en España los cargos de Capitán de Galeras junto a su tío y padrino Don Bernardino de Mendoza y Alcaide de las fortalezas de Bentomiz y Vélez Málaga, cuando todavía era un niño, y haber participado en las batallas navales de Arbolán y Argel. Durante los diez años que permanece en los “reinos” de México y Perú se labra una carrera ascendente junto a su padre, preparando desde el mismo momento de su llegada la sucesión en el cargo y el virreinato perpetuo y hereditario en una dinastía de los Mendoza en América, como antes habían hecho sus antepasados en el Reino de Granada y el resto de cargos que les habían sido entregados. Don Francisco de Mendoza llega a gobernar “de facto” y en solitario en el palacio virreinal de la capital mexicana durante unos meses (1549-1550), mientras su padre convalecía de una enfermedad en Oaxaca (Morelia); es el momento en que está a punto de pasar a la historia de […]