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Almoguera, una historia de castillos y banderas

En el extremo sur de la provincia, encontramos una localidad que parece no tener excesivo predicamento, porque desde hace unos años no se la oye en la lista de fiestas, concesiones, apoyos o entusiasmos. Es una lástima que un lugar de tanta historia, de tanto interés patrimonial, y de tan buenas gentes, quede un tanto silenciado por cuestiones ajenas a su misma identidad como pueblo. Me estoy refiriendo a Almoguera, y a su historia y arte quiero dedicar los siguientes párrafos. Hace ya tiempo que quería haber vuelto a escribir algo sobre Almoguera. La villa cuajada de historias que lucha contra el agua en una Alcarria seca. La historia de Almoguera, por lo menos en los últimos tiempos, ha sido la de una lucha contra el agua, contra la violenta tromba que acude desde la nube. Por fin están concluidos los cauces, firmes y generosos, que la conducirán mansa por mucha que venga, hacia el Tajo, hacia el pantano que adorna con su luz el paisaje seco de la comarca en que vive. Y la traigo ahora de la mano de un libro que salió hace una docena de años y que, lógicamente, está ya superagotado. En él se refería con el detalle más meticuloso que pueda imaginarse la historia densa y antigua de la villa. Un hombre meticuloso, historiador a conciencia, sacrificado como pocos, lo escribió: Francisco Javier Sánchez Martínez, su archivero municipal, quien dedicó años de su vida a preparar esta joya bibliográfica que ahora comento. La historia de Almoguera a través de sus documentos, así se titula este volumen en el que todos los almoguereños encontrarán la raíz cierta de su pueblo. Un precioso libro, muy bien editado, que fue realidad también por el empeño de su alcalde, Luis Padrino, que saca adelante todo aquello en lo que se empeña. ¡Qué ejemplo de alcaldes y de alcarreños, tenemos en este hombre! Yo me atreví a ponerle una breve introducción al libro, y a resumir en ella la historia de Almoguera a través de los siglos. Es tan amplia esta secuencia, que requeriría por sí misma otra obra, y bien densa. Algo hay hecho, con el esfuerzo de Ricardo Murillo y Plácido Ballesteros, especialmente. Pero al objeto de saludar la memoria de esta obra que comento, y al tiempo animar a que propios y extraños sepan de la epopeya de este lugar, doy aquí alguna referencia somera de […]

La batalla de las Navas de Tolosa, 800 años después

El próximo lunes, 16 de julio de 2012, se cumplirán con exactitud los ochocientos años de la Batalla de Las Navas de Tolosa, el acontecimiento histórico puntual que llevó a desbaratar el dominio de los almohades sobre Andalucía y la naciente Castilla, cambiando desde entonces el signo político de las tierras ibéricas, y cortando y haciendo retroceder el poder islámico que desde siglos antes se había ejercido sobre la Península, y amenazaba extenderse al resto del continente europeo. Aquí van unos sucintos retazos de la batalla, de sus protagonistas, de sus participantes, y la consideración que me viene a la mente acerca de lo que realmente supuso aquella batalla, aquella victoria de los ejércitos cristianos, y una breve reflexión de lo que algunos opinan, todavía hoy, sobre ella. Sin duda es la Batalla de las Navas de Tolosa, acaecida en las tierras de Jaén, frontera de Castilla-La Mancha, hace exactamente ocho siglos, el acontecimiento que marcó el rumbo de la historia de Europa hasta hoy mismo: un camino de inspiración cristiana en el que se han desarrollado, desde muy diversas perspectivas, las formas de convivencia que los europeos nos hemos ido dando: organización política, educación, formas de sociedad, cultura y arte, respeto a la mujer, ganas de mejorar y avanzar… una cultura, en definitiva, que todavía hoy choca contra la otra forma de ver el mundo y la sociedad, la islamista, que hubiera sido la nuestra de no haberse producido en aquel 16 de julio de 2012 aquella batalla sangrienta. Se produce este conflicto, puntual y de muy rápido desarrollo (un solo día) tras la evolución de un estado de cosas que se acentúa en los años y meses anteriores. La España islámica, deshecho el Califato omeya de Córdoba, se dividió en múltiples reinos de taifas, que ante el peligro de ser conquistados por los reinos cristianos, llaman a los almohades (los habitantes del desierto y del norte de África, los súbditos de los reyes mauritanos de Marrakech) quienes llegan a la península e implantan un régimen de islamismo radical y Guerra Santa cuyo objeto es tomar bajo su mando la Península Ibérica y saltando los Pirineos llegar a Europa.