Este dedicado al palacio de los duques del Infantado en Guadalajara fue uno de los primeros libros que escribí. Tomé muchas notas de los escritos previos de don Francisco Layna Serrano, Cronista Provincial, e hice muchas visitas al edificio, entrando en todos los cuartos y entresijos, poco después de su restauración casi definitiva (porque luego recibiría muchas otras, especialmente en los relativo a las pinturas de los techos, a sus instalaciones, etc.)
Tuve a suerte de que me lo editó la Diputación Provincial de Guadalajara en una serie de libros titulada “Atrium”, de la que este formaba como número 1. Fue en el año 1975, y el libro se distribuyó abundantemente, especialmente en los visitantes del por entonces recién abierto Museo Provincial, que entonces tenía una pequeña tienda y todos cuantos lo visitaban querían llevarse en forma de libro una memoria amplia del edificio y su contenido.
Después de agotada esa edición, en 1990, apareció modificado en tamaño y ampliado en contenidos, en la editorial AACHE, como número 3 de la Colección “Tierra de Guadalajara”. Y tuvo la suerte de alcanzar tres ediciones más, la última en 2001. Se difundió mucho, porque las tiradas de una y otra edición alcanzaron los 4.000 ejemplares, y fueron adquiridos, uno a uno, por viajeros, visitantes, y amantes del arte y la historia. Me cabe la íntima satisfacción de haber conseguido, por lo que he podido hacer a través de este libro, darlo a conocer a miles de personas, y acrecentar el interés, y finalmente el cariño, de los guadalajareños y muchos foráneos hacia este edificio, que hoy se considera el más emblemático de la ciudad, y uno de los puntales del arte y la historia de Castilla-La Mancha.
En este libro desarrollé lo que desde un principio propuse como un método de conocimiento y defensa del legado histórico y cultural de la tierra en que nací. Sin duda es uno de los primeros jalones de lo que he llamado “Lecturas de Patrimonio” y que pretende analizar, con una base documental y bibliográfica muy amplia, los pueblos, los monumentos y los elementos patrimoniales de Guadalajara y su provincia, con el multiplicado interés de conocerlos en todos sus detalles, quererlos a través de ese conocimiento, y defenderlos por medio de ese cariño: un triple camino que se conjuga en uno solo, el de la divulgación y defensa de nuestros heredados bienes comunes.
Más detalles del libro pueden verse en “El palacio del Infantado de Guadalajara”, y su adquisición se consigue a través de esta página.