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marzo, 2012:

Siete siglos sin templarios

Celosía esotérica templaria en el ábside de Santa Coloma de Albendiego

En estos días se cumplen exactamente los siete siglos desde que la autoridad del Pontífice de Roma, a la que estaban sujetos los caballeros templarios, disolvió esta Orden, a lo largo de una serie de trámites y de reuniones, que comenzaron el 22 de marzo de 1312 con la promulgación de la Bula Vox Clamantis, y acabaron el 3 de abril del mismo año en una segunda reunión del colegio Cardenalicio, en Roma, en el que se decidió disolver esta Orden de Caballería. La imposición del rey de Francia,  Felipe “el Hermoso”, y su poder militar sobre el Vaticano, propició esta salida, que siempre ha estremecido a quienes han leído su secuencia.

Nacen los Templarios y crecen sus dominios

Para muchos que consideran la Edad Mediacomo época –remotísima- de poder feudal, de esclavitud, de omnipotencia eclesiástica, de ignorancia e injusticias, entre tanto saber heredado y tanto prejuicio se cuela la imagen de un guerrero, de un monje, de un castillo quizás, o de un monasterio. Alrededor de esas grandes construcciones, los míseros cubículos donde vivía la gente, que si se juntaban muchos parecía un pueblo.

En un momento de renovación espiritual, a comienzos del siglo XII, la energía de Bernardo de Claraval para labrar una espiritualidad cristiana nueva se mezcla con el impulso de Cruzada que surge entre los caballeros y magnates europeos. Es el momento de preparación de las Cruzadas, del crecimiento de los renovados monasterios cistercienses, y del nacimiento de una Orden Militar y Religiosa a un tiempo, la Orden del Templo de Jerusalen, los templarios.

En el año 1099 Godofredo de Bouillon toma Jerusalen y se proclama rey de Palestina. En 1118 Hugo de Payns y otros ocho compañeros de armas, se asocian para proteger a los peregrinos que empiezan a llegar a Tierra Santa. Esa cofradía, en 1120 adopta el nombre de “Pobres Caballeros de Cristo” y en 1129 el Concilio de Troyes da por fundada la Orden del Temple, que vendrá a durar casi dos siglos, creciendo sin parar durante ese tiempo, formando parte de ella miles de caballeros europeos, que atesoran riquezas, fortalezas y granjas. Y que, -sobre todo- participan de unos saberes mistéricos que van elaborando y difundiendo entre los grupos que se establecen en los cruces de caminos, en las atalayas, en los puentes y pasos estratégicos. El Temple empieza a ser el referente del poder, y lógicamente esto preocupa a cuantos habían detentado ese poder de forma incuestionable: reyes, señores feudales, obispos y pontífices. El “choque de trenes” se veía venir… (más…)

Tres nuevos monumentos en estudio

Los judíos de Mondéjar, en la cripta de la ermita de San Sebastián

En estos días se ha anunciado, por parte de la Consejería de Educación y Cultura del gobierno regional, que se han iniciado los trámites para la declaración con categoría de BIC (Bien de Interés Cultural) de tres edificios de nuestra provincia. Esto significa que van a ser estudiados un poco más en profundidad, que van a ser valorados en las necesidades de mantenimiento y conservación que requieren, y que se van a poner los medios para evitar su deterioro y/o hundimiento. A ninguno de ellos les amenazaba esta circunstancia, aunque a uno de ellos, sí, quizás,el peligro de ser golosina de cara a una ya periclitada ansia constructiva del centro de la ciudad.

En esto de los monumentos nacionales, BIC regionales, edificios catalogados, etc, hay una cierta confusión que emana de la inconsistencia de los conocimientos que sobre arte, patrimonio y cultura tienen los responsables políticos que, sucesivamente, “nos hemos ido dando”.

Por poner tan sólo un par de ejemplos, ya en 1923 recibió la declaración de Monumento Nacional el conjunto ruinoso del que fuera convento de San Antonio en Mondéjar, una de las joyas del Renacimiento español. Noventa años después, aquello sigue siendo un estercolero. Para lo único que sirvió aquella declaración fue para que no lo tiraran, pero cualquiera que viaje allí (vamos a suponer desde el extranjero, porque desde España ya nadie pierde el tiempo en estas cosas) se sorprenderá de ver cómo puede mantenerse tan degradado un conjunto monumental que, teóricamente, es una de las joyas del arte español de todos los tiempos.

O por poner otro ejemplo: sin declaración alguna, la que fuera Fábrica de motores “Hispano Suiza” en término de la capital, junto a las vías del ferrocarril, y “al otro lado” del río Henares, presenta hoy, también noventa y cinco años después de su construcción, un aspecto calamitoso, ruinoso y degradado al máximo. Mientras,  ha habido quien se ha preocupado por salvar “el edificio del boquerón” como algunos llamaban a lo que fue palacio de los vizcondes de Palazuelos, en la plazuela de San Esteban. Edificio degradado y deteriorado desde hace mucho tiempo ya, sin apenas interés monumental.

Pero al menos en este momento, alguien ha decidido poner en valor, con su declaración como BIC, a tres edificios más de los miles que nuestra provincia tiene desde hace siglos, y que deberían ser, todos sin excepción, valorados y conservados. Para los que aún se interesan por estas cosas, doy un breve recuerdo de estos conjuntos arquitectónicos.

La iglesia de Bujarrabal

La iglesia parroquial, dedicada ala Virgen María, es cons­trucción magnífica del renacimiento seguntino. Levantada en la primera mitad del siglo XVI, luce un atrio porticado al sur, en el que se abre sencilla portada de molduras y líneas clási­cas. Torre y ábside reforzado por contrafuertes. El interior es de una sola nave, cubierta de bóvedas nervadas, muy bien tra­zadas, y coro alto a los pies.

Sobre el muro del fondo destaca el magnífico altar mayor, obra de talla y pintura, realizado en los talleres de Sigüenza mediado el siglo XVI. Es sin duda lo mejor del edificio. Este grandioso retablo, de estilo plenamente renacentista, consta de cuatro cuerpos, cada uno de ellos dividido en cinco calles. La central está ocupada por obras de talla policromada, y las laterales presentan pinturas sobre tabla, haciendo un total de dieciséis. En la calle central vemos, de arriba abajo, las siguientes tallas: en hornacina cuadrangular, el arcángel San Miguel aplasta a su eterno rival, el diablo. Debajo apa­rece, escoltado por columnas adosadas, y rematado por friso plateresco, un Calvario de floja ejecución, con un fondo de pintura en que aparece la clásica ciudad, el sol yla luna. Másabajo aún, centrando todo el retablo, hay una admirable talla dela Virgen María, sedente, con un Niño desnudo entre los brazos. Escoltan a María sendas tallas de San Lorenzo y San Sebastián. El resto del retablo está formado por las pinturas, separadas entre sí por columnillas exentas, de fuste prolija­mente decorado a base de ingenuos grutescos. Sencillos frisos y cornisas separan un cuerpo de otro. En el cuerpo inferior, o predela, aparecen los cuatro evangelistas. En el segundo cuerpo, escenas de la infancia de Cristo: la Anunciación, la Natividad, la Circuncisión yla Epifanía. Enel tercero, otras de la Pasión: el Beso de Judas, la Coronación de Espinas, la Flagelación y la Presentación ante el pueblo judío. En el cuarto y último cuerpo, a ambos lados del Calvario, se ven la caída de Jesús con la cruz a cuestas, y el Enterramiento. Pos­teriormente se añadieron a sus lados dos malas pinturas de Cristo y la Virgen.

Este magnífico retablo engarza estilística­mente con varios otros conservados en la comarca seguntina (Pelegrina, Santamera, Caltójar) salidos todos de los talleres de ensambladores, tallistas y pintores de Sigüenza en la mitad del siglo XVI.

La ermita de San Sebastián en Mondéjar

La ermita de San Sebastián se sitúa sobre un otero desde el que se divisa el pueblo todo, la teoría ondulante de sus tejados presididos por el recto grito de la torre parroquial. Sabemos que esta ermita fue construida a principios del siglo XVI, sufragada por el primer marqués de Mondéjar, don Iñigo López de Mendoza. Posteriormente ha ido sufriendo reformas y ampliaciones, y por supuesto lo que hoy se contempla en ella es obra de centurias más recientes.

Como templo apenas reúne otro interés que el meramente devocional. Aparte de lo bonito de su situación, en una comarca que carece de paisajes llamativos, lo interesante del templo se encuentra bajo tierra, en la amplia cripta que posee, semisubterránea, en la cabecera del templo, indudablemente construida cuando en el siglo XVI se levantó el edificio por vez primera.

Ya constaba en 1580 la existencia de los «Pasos» numerosos que representan la Pasión de Cristo, y que popularmente se han venido denominando los Judíos, y que hoy constituyen una de las principales atracciones de Mondéjar. En 1719 precisaron de una reforma meticulosa, por su deterioro, y fue encargado de ella el fraile jerónimo de Lupiana fray Francisco de San Pedro, costeando el arreglo don Alonso López Soldado. Siglos después, enla Guerra Civil española de 1936‑39, volvieron a sufrir importantes daños, pero a partir del verano de 1973, gracias a la generosa aportación económica de todos los vecinos, con la colaboración de la Cofradía del San Cristo, fueron totalmente restaurados, y en torno a ellos montado un espectáculo de luz y sonido que capta la atención, y la emoción, del visitante.

Precisamente en estas próximas fechas dela Semana Santa, la cripta de San Sebastián de Mondéjar es un objetivo de viaje y admiración.

Consta el conjunto de los Judíos de Mondéjar de diversos pasos o escenas de la Pasión de Cristo (el Lavatorio de Pies,la Ultima Cena, la Oración del Huerto, el Camino del Calvario, la Crucifixión, el Sepulcro, la Resurrección, etc) así como una interpretación dela Virgen Maríarecostada. Todo ello está construido con yeso, a un tamaño algo mayor del natural, pintado con vivos colores que prestan al conjunto un aspecto sorprendente, inusual e inolvidable.

Por concretar aquí algo de su historia, cabe decir que fue el segundo Conde de Tendilla y primer marqués de Mondejar, don Iñigo López de Mendoza, quien mandó construir la ermita según consta en sus dos testamentos: el de Estremera, de 5 de mayo de 1489 (Colección Salazar dela Real Academiade la Historia) y el de Granada de 18 de Julio de 1515 (Sección de Casa de Osuna del Archivo Histórico Nacional). Entre uno y otro testamentos median 26 años, en los cuales se constata que fue levantándose la ermita, muy lentamente.

No se sabe con certeza el origen del nombre de judíos por el que se conocen estos pasos. Una teoría es la de su origen medieval, teniendo en cuenta que existió judería en Mondéjar; otra sería su procedencia católica, pues son escenas referentes a la historia de Jesucristo desarrollada en Judea.

En cuanto a su datación, ya se habla de ellos en las Relaciones de Felipe II de 1581: «muchas hermitas en los términos de la dicha villa… una la de San Sebastián, de obra curiosa y de especial devoción por las capillas subterráneas, en donde se admiran y veneran los pasos de la Pasión de Nuestro Redentor, que están muy contemplativas». Gracias a estas frases, puede datarse la construcción de este conjunto en la primera mitad del siglo XVI.

En 1719, fray Francisco de San Pedro, fraile jerónimo del monasterio de Lupiana, realizó mejoras en las imágenes de los judíos, siendo costeados los gastos de dicho trabajo por D. Alonso López Soldado, un acaudalado vecino de Mondéjar.

Durante la Guerra Civilespañola (1936‑39) las imágenes de los Judíos fueron prácticamente destruidas, quedando en abandono largos decenios, hasta que en 1973, y por iniciativa de la Hermandad del Santo Cristo del Calvario, fueron restauradas tal y como las vemos actualmente por D. Santiago Lara Molina, director técnico del taller de escultura religiosa Nª Sª de la Asunción en Socuéllamos (Ciudad Real), quién se comprometió a arreglar las 52 figuras y el pavimento por un importe de 350.000 pts, así como la verja de madera a razón de 3.000 pts/m2. El arreglo de la pared y techo corrió a cargo dela Hermandad. Este dinero se recaudó a través de las aportaciones realizadas por los vecinos de Mondéjar.

Tras la realización de los trabajos, el costo subió superando el millón de pesetas. Para hacer frente a estos nuevos gastos se recurrió a empresas como CIFESA (cinematográfica) que prestó la película «Ben‑Hur» para su exhibición; a novilladas; tómbolas; así como alguna pequeña aportación dela Diputación Provincialy del Obispado de Sigüenza. Entre las mejoras realizadas se incluyó la instalación de luz eléctrica en todo el recorrido de los grupos escultóricos, y un equipo de sonido.

Merece la pena recorrer con tranquilidad los doce pasos o escenas de que consta el conjunto de los Judíos de Mondéjar. Tras penetrar en la cripta por la parte lateral de su retablo mayor, unas flechas y cordones van conduciendo al visitante por los diversos espacios de que consta el conjunto. El total de los doce pasos comprende 75 imágenes, y los temas que nos muestran, vívidos y coloreados, son estos: 1. Huida a Egipto. 2. El Lavatorio. 3. La Santa Cena.4. La Oración en el Huerto. 5. Jesús ante Pilatos y la flagelación. 6. Camino del Calvario. 7. El Gólgota. 8. La Capilla del Calvario. 9. La Soledad, situada en una hornacina. Esta imagen, aunque de factura burda, transmite expresión de dolor en su rostro y súplica en sus manos por la pérdida del hijo. En unas pequeñas cavidades situadas a ambos lados de la imagen aparecen restos de calaveras y la siguiente inscripción: «Cual me ves, te verás», realizada por Andrés García en el siglo pasado.10. La Resurrección de Jesucristo. 11. El Velatorio de Jesús (El Santo Sepulcro). Y 12. La Dormición de la Virgen, con la figura de la María recostada con un libro en las manos («en similar actitud al Doncel de Sigüenza»), de factura bastante burda, como aplastada. Todo ello único y espectacular. Una joya de la devoción popular que bien merece esta declaración y este cuidado.

El palacio de los vizcondes de Jorbalán en Guadalajara

Conocido también como “los Maristas”, porque en este edificio han tenido su sede, durante los últimos cincuenta años, los Hermanos Maristas en su calidad de enseñantes. Construido en el siglo XVIII por los vizcondes de Jorbalán, el Palacio fue remodelado en torno a 1887 bajo la dirección técnica del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, añadiendo entonces al cuerpo del palacio el oratorio de San Sebastián, dotado de un hermoso campanario y una portada de líneas renacentistas en cuyo tímpano aparece el martirio del santo titular, en composición escultórica debida a Angel García Díez. La decisión de su remodelación y conversión en un palacio lujoso y romántico fue de doña María Diega Desmaissières y Sevillano, condesa de la Vega del Pozo, autora del conocido “Panteón” y conjunto de las Adoratrices. Fue este edificio el primero que tuvo corriente eléctrica en Guadalajara, y gracias a ella el primer ascensor privado. La declaración llega un poco tarde, pues a lo largo de estos últimos años el edificio se ha degradado y su complejo entorno ha sido desprovisto de algunos elementos esenciales como lo fue su jardín romántico, que los maristas destruyeron para dedicar su espacio a pistas deportivas. Pero al menos servirá para que no sea derribado o alterado aún más en su estructura original.

Heras de Ayuso, en el camino de Navarra y Aragon

Cayó en nuestras manos, no hace mucho, un libro que nos ofrece todos los escudos heráldicos de los pueblos de la provincia que los tienen. Porque todavía hay algunos, bastantes, que carecen de ellos. En este libro, escrito por quien sabe algo de heráldica y sabe dibujarla y tratarla, aparecían los clásicos emblemas de Sigüenza, Guadalajara, Molina, con historias de siglos a sus espaldas, y otros de reciente creación, como el de Azuqueca, con la chimenea de su fábrica echando humo al viento.

De entre los escudos heráldicos municipales que ahora existen (ojalá pronto sean muchos más, porque poco a poco se va concienciando la gente de que un emblema es algo que nos representa), nos llamó muy especialmente la atención el de la localidad de Heras de Ayuso. Se trata de un escudo en el que aparece una barca sobre una superficie de agua, y en ella de pie un personaje con pintas de palestino antiguo… En principio era sorprendente esta imagen, puesto que en principio, en Heras de Ayuso, en plena Alcarria, ni hay mar ni hay palestinos…

La cosa, sin embargo, se aclara al leer la explicación que los autores dan al escudo de Heras: trátase de San Juan, patrono de la localidad, que anda de viaje por el río Henares, sobre la gran barcaza que llamaron en sus tiempos “de Maluque” y que servía para cruzar el río Henares, que allí es de cómodo paso, aunque, por si las moscas, era atada con maromas a sus dos orillas, para que la corriente no se la llevase, en un golpe de mala suerte o timonel despistado.

Heras de Ayuso está en un camino que fue transitado desde hace muchos siglos por todos los viajeros que desde Madrid se dirigían a Zaragoza, (y a Navarra, y al Pirineo…) No podía ser lugar apartado y sin importancia, cuando los Mendoza todopoderosos la pusieron como lugar preferido entre sus posesiones y señoríos. Aunque fue siempre lugar del señorío y mantenido bajo el Fuero de Hita, llegó a tener una importancia estratégica que hoy no es evidente por las nuevas formas de comunicaciones existentes.

Pero bastará dar una pincelada del recorrido que los viajeros llevaban desde el valle del Henares (Alcalá y Guadalajara) al del Jalón, para comprender que el camino de Aragón, el eje principal entre la meseta castellana inferior y el valle del Ebro, fue otro muy distinto al de hoy, y quizás algo diferente del que hasta ahora se había pensado. (más…)

La capilla de la Concepción en la catedral de Sigüenza

Techumbre decorada de la capilla de la Concepción en el claustro de la catedral de Sigüenza

Después de largos y difíciles trabajos de restauración, la catedral de Sigüenza recupera uno de sus más singulares espacios, la Capilla de la Concepción, que por estar en el extremo más alejados desde la entrada al claustro por la catedral, es apenas conocida. Solo a quien va paso a paso por el gran edificio, quien indaga en todos sus recovecos, quien no se va hasta haberlos abierto todos, es a quien le sorprenderá esta capillla, este lugar recóndito y caja llena de sorpresas, que trato de explicar, muy brevemente, a continuación.

En el extremo oriental de la panda norte del claustro catedralicio, entre la antigua sala capitular de los canónigos (hablamos de hace siglos) y el aula de moral, se abre tras una espléndida portada la capilla de la concepción, que viene a tener unos7 metrospor cada lado, en una planta cuadrada, y unos 6 de altura en su punto central.

Para los que buscan puro medievalismo, no es este un lugar aconsejado. Este ámbito que intentamos visitar hoy ofrece formas y adornos que son plenamente renacentistas. Lo mejor de todo, quizás, es su portada, que vemos a lo lejos avanzando por el claustro. La portada es de arco escarzano, y se decora con relieves policromados con los símbolos de la letanía y el escudo de don Diego Serrano, que vamos a ver se repite insistentemente por todos los ámbitos dela capilla. Esel de este señor, su fundador, un escudo que muestra cinco conchas de Santiago puestas en cruz. Una especie de nártex se forma entre la portada y la puerta de la capilla, y es desde mínimo espacio que se puede acceder a las tribunas de la capilla a través de dos puertas.

La portada está enmarcada por dos pilastras muy estilizadas divididas en dos cuerpos, sobre las que descansa una cornisa profusamente decorada con motivos platerescos y so­bre ella lucen tres esculturas que son, al centro,la Virgen Maríacon su hijo Jesús, y a sus lados un par de ángeles. La reja de cerramiento se de­cora con sirenas férreas, recortadas, y sin duda salió de los talleres de Juan Francés, el maestro toledano de principios del siglo XVI, o quizás (eso dice Pérez Villamil) del que tenía el maestro Usón en Sigüenza. En el espacio existente entre la reja y la capilla se encuentran las dos puertas de madera que dan acceso a las tribunas. Las Jambas y dinteles de ambas están tallados en piedra caliza, decorados en su parte superior con el escudo del fundador y con una lápida que fe­cha su muerte en 1522. (más…)

Jenaro Pérez Villamil y su paso por Guadalajara

El palacio del Infantado, dibujado por Pérez Villamil a mediados del siglo XIX.

A lo largo de los siglos ha habido mucha gente que ha pasado por Guadalajara y ha dejado su memoria prendida de alguna obra importante. En homenaje a muchos de ellos, el recuerdo a Genaro Pérez-Villamil puede servirnos para dar una vez más la prueba fehaciente de que algunos caminantes se enamoraron al primer vistazo de nuestra tierra. Este artista gallego, en el siglo XIX, lo hizo a través de varios monumentos, que se quedaron coloreados y temblorosos en estampas de todos conocidas.

Retazos de una vida viajera

Genaro Pérez Villaamil y Duguet nació en el Ferrol (La Coruña), el 3 de febrero de 1807. Casi en la infancia, muy joven aún, ingresó enla Academia Militarde Santiago de Compostela. El traslado de su familia a Madrid hizo que dejara esos estudios, apostando enseguida por la carrera literaria. En las algaradas callejeras del Madrid de 1823, protestando contra el absolutismo de Fernando VII, fue herido y trasladado a Cádiz como prisionero de guerra. Le soltaron enseguida y volvió a cambiar de intenciones. Ahora quería ser pintor. Y viajero, pues con su hermano se trasladó primeramente a Inglaterra, y enseguida a Puerto Rico, en 1830. Allí les fue encargada la decoración del Teatro Tapia, en San Juan, donde se mantuvo durante 3 años, volviendo a España y recorriendo un poco en plan bohemio Andalucía, conociendo en Sevilla al artista escocés David Roberts, de quien se hizo admirador enseguida, discípulo y seguidor, adquiriendo en las formas y los conceptos del británico el sentido del paisajismo romántico, que  Pérez Villamil desarrolló con fuerza, con una personalidad que, sabiendo de estos años tan movidos, tan viajeros y brujuleantes, debía ser muy fuerte. (más…)