Cañamares arriba
El viajero ha matado la tarde dándose un garbeo por el valle del Cañamares. Se ha arriesgado mucho, porque la tarde, de verano, estaba congestionada de luz, y sobre todo de calor, y algunas solanas costaba atravesarlas a cabeza descubierta. Pero la naturaleza, el mundo, ese valle solitario y perfecto del río Cañamares, entre Castilblanco…