El Henares ha sido protagonista: Historia y patrimonio

miércoles, 11 abril 2001 0 Por Herrera Casado

 

Una vez más, la séptima consecutiva, repetida cada dos años, los historiadores del Valle del Henares se han reunido y encontrado, esta vez en Guadalajara, durante los días del pasado fin de semana. Esta cita bianual de cuantos estudian los pretéritos siglos de la comarca, ha querido ser siempre, desde su inicio hasta hoy mismo, un bocinazo de atención a cuantos creen en la unidad de las tierras que baña este río.

No es este el momento de volver a recordar cómo el Henares fue la ruta inicial de Castilla, uno de los caminos que se abrieron generosos al pasar de los hombres y mujeres de remotísimas generaciones. Los iberos, los celtíberos, los lusones y los vacceos, tantas y tantas tribus a las que podemos llamar bisabueletes, seguidas de romanos, de visigodos, de árabes y teutones, de francos y africanos… mil razas se dieron la mano aquí, en las orillas ahora verdeantes y gloriosas del Henares. Lope de Vega le vio y escribió rimados versos para su presencia huidiza. Cervantes también lo conoció y por los caminos que le circundan viajaron, en mulas y carrozas, los reyes más sabios y los más pánfilos, los pintores portentosos y los santos más nuestros. No es este, insisto, el lugar para cantarle. Ya lo hicieron muchos, lo harán muchos más, y todos, mientras el hálito nos quede en el pecho para poder gozar del dolorido sentir que nadie puede arrebatarnos, diremos que es este un lugar ideal para nacer, para vivir, para morir incluso, junto a su orilla.

Un programa denso y atractivo

A Encuentro pasado, aquí nos cabe la satisfacción de dar noticia de su celebración, crónica de su pálpito. El jueves 5 de abril se inauguró en la entrañable Sala de Lecturas del Centro Educacional”Príncipe Felipe” del paseo de las Cruces. Allí, a las ocho, reunidos cientos de amigos del Henares, dio una primera conferencia, magistral como todas las suyas, el profesor doctor Arsenio Lope Huerta, quien habló de “La mujer en el siglo XVI: de Andrea Cervantes a Teresa de Jesús”. Palabras de inauguración por parte de los responsables culturales de la Excma. Diputación Provincial de Guadalajara, que en esta ocasión ha ejercido de generosa anfitriona, más un vino español, y animada charla de escritores, intelectuales y profesores completaron esta sesión inaugural a la que acudieron numerosas autoridades de los pueblos del Henares que en estos Encuentros han tenido ocasión de plantearse, entre amigos, perspectivas y rumbos para una tierra que los tiene en potencia más que ninguna otra.

Muchos escritores, muchas noticias nuevas

Los días 6 y 7 de abril, viernes y sábado respectivamente, se dedicaron a la presentación, por sus respectivos autores, de numerosas comunicaciones, muchas de ellas inéditas investigaciones, descubrimientos arqueológicos, hallazgos de documentos, nuevos artistas, fiestas curiosas recuperadas… todo ello dentro de un orden que el programa elaborado ofrecía, y que ha venido a ser, en esencia, el siguiente: el viernes por la mañana se ofrecieron artículos sobre el valle del río Dulce como alternativa histórica al actual Henares; una superinteresante visión de la ciudad árabe de Guadalajara con una reinterpretación de la Madinat al-Faray clásica; elementos toponímicos con referencia a la población y reconquista del espacio geográfico que nos ocupa, etc.

El viernes por la tarde y el sábado por la mañana fueron comunicaciones de Historia, con referencias a temas tan curiosos como el pósito de Guadalajara, algunas notas sobre la historia de Azuqueca, los conflictos judiciales entre la villa de Yunquera y el monasterio de Sopetrán, la heráldica de la ciudad de Guadalajara, con muchas diapositivas, la propaganda política en tiempos de Alfonso XII en nuestra ciudad, el libro y la Imprenta Provincial de Guadalajara en el siglo XIX, y una aproximación al conocimiento y memoria histórica de los dos últimos obispos seguntinos, Castán Lacoma y Pla Gandía.

El sábado por la tarde tuvo como protagonista al arte. Un total de 12 conferencias se programaron en ese espacio: se habló del desconocido monasterio de San Salvador de Pinilla, de las iglesias de Miralrío y Membrillera, de todos los templos del bajo Henares (desde Carrascosa a Azuqueca), de cenotafio de Francisco de Eraso, hoy desmontado en el templo de Mohernando, de la orfebrería moderna en el valle del Henares, y de Alejo Vera, pintor máximo del realismo histórico en nuestra tierra. Un conjunto de 44 comunicaciones que en esta ocasión han abierto nuevas puertas al conocimiento histórico de este espacio común, sancionado como único por la historia y el uso. El Valle del Henares.

Y un viaje final, a la Alcarria profunda

La clausura de este Séptimo Encuentro de Historiadores del Henares fue, como siempre, itinerante. Un viaje cultural para el domingo por la mañana tuvo por objetivo uno de los más singulares pueblos alcarreños: Brihuega, que si no está en el Henares (es el Tajuña el que la riega) sí puede decir que acumula circunstancias que le unen a la historia enarenes: señorío de los Obispos toledanos (como Alcalá), sede de residencia del rey moro de Toledo (como Guadalajara y Sopetrán), y núcleo alternativo a la propia capital en desarrollo industrial e intelectual. Se visitaron iglesias, fábrica de paños, murallas y plazas de evocadora fuerza histórica.

La comida de hermandad y las palabras de clausura de las autoridades fueron el punto final de este Encuentro, momento en el que además, y conforme ha sido tradicional desde el primero de estos Encuentros, se entregaron los diplomas de asistencia a los participantes, y los ejemplares de las Actas conteniendo, en grueso volumen, los textos completos de todas las conferencias y comunicaciones.

Lectura final

La lectura final de este acontecimiento está, creo yo, más allá de los datos concretos del programa relatado. Está en lo que pretende, y ya ha logrado este singular Encuentro científico y social, formar un espíritu de auténtica unidad, de compromiso y unión entre cuantos hacen, con dinamismo, la historia de hoy investigando en la historia del ayer. La conclusión siempre es fácil. La hemos hecho en cada convocatoria, y se vuelve, ella misma, a reflejar en las palabras, en los comentarios, en las crónicas: el Valle del Henares forma una unidad geográfica e histórica a la que, por pura lógica, hay que reivindicar una unidad política. Esa unidad hará al Valle no sólo más hermoso (que ya es difícil) sino más fuerte, más rico, y con mejores perspectivas para todos sus habitantes. ¿Hay alguien que -político con fuerza y con visión de futuro- se lance a ese reto? Un Valle del Henares único, y unido.