Abril llueve libros
El mes de abril, que se nos viene encima mañana mismo, es por antonomasia el dedicado al libro. Ferias y días de San Jorge que animan ramblas, paseos y estanterías. España, el cuarto país del mundo productor de libros, sigue dándonos a los lectores una oferta inacabable y entusiasta. Son, en cualquier caso, tantos y tan hermosos los libros que sobre Guadalajara nos llegan, que no podemos por menos que parar un momento, coger los que más nos gustan en las manos y comentarlos, aunque sea brevemente. He aquí algunos de ellos.
El calor de una huella
Salvador Toquero Cortés es, nadie lo duda, uno de los mejores escritores y periodistas que ha tenido, este siglo que acaba, la provincia de Guadalajara. Su dinamismo atento, su dominio del lenguaje, su conocimiento profundo de la realidad de esta tierra, y su perspicacia en la hora de entrever el futuro, le ha hecho acreedor a un reconocimiento unánime, alcanzando diversos premios literarios y periodísticos que así lo han confirmado. Autor de obras de teatro, de libros de narrativa, de miles de artículos periodísticos, ahora se asoma a un mundo nuevo, el de la investigación histórica, pero desde una perspectiva de ropaje literario, de divulgación y generosa capacidad de entretenimiento, que el tema más arduo lo transforma en apasionante y entretenido.
Hoy viernes 31 de marzo se presenta, en un acto público en el Ayuntamiento de Guadalajara, su libro «El calor de una huella», que viene a ser una historia íntima, completa, rigurosa y tierna a un tiempo, de la existencia de la Academia Militar de Infantería en la ciudad de Guadalajara, entre los años 1940 a 1948. Después del destrozo del alcázar de Toledo en la Guerra Civil, y a pesar de las pocas ganas que había en las alturas militares del gobierno de Franco por favorecer a Guadalajara, no se vio más alternativa para poner a funcionar la imprescindible Academia de Infantería que utilizar como sede el Colegio y Fundación de las Adoratrices, allá en lo alto de la ciudad junto al Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo.
Todos los trámites, en el Ministerio de Guerra y en el Ayuntamiento de Guadalajara, las órdenes y decisiones, las fechas exactas, y los detalles mínimos de aquel asentamiento, los refiere Toquero en su obra. Y además nos cuenta, a lo largo de las 194 páginas que ocupa, las anécdotas de los cadetes, la vida en la ciudad, las relaciones sociales que establecieron con las jóvenes de Guadalajara, los matrimonios que surgieron, y las formas en que estos muchachos aspirantes a militares se llegaron a formar como oficiales del Ejército, habiendo llegado muchos de ellos al generalato, como lo prueba el mismo prologuista del libro, D. Félix Alcalá-Galiano Pérez, que en un par de páginas resume sus vivencias en la Academia arriacense.
Las páginas de «El calor de una huella» de Salvador Toquero Cortés, sirven también como encantadora crónica de sociedad e historia puntual de la ciudad en unos años muy concretos, difíciles pero hermosos, de la década de los cuarenta en el siglo XX. Una lectura fácil y amena, divertida a veces, e ilustrativa. Un libro que es realmente recomendable para ser leído, releído y aplaudido.
Carmen Bris se confiesa
Aunque este ladillo parezca un titular de revista rosa, no quiere llegar a tanto, sino a ser anuncio de que también Carmen Bris Gallego, alcaldesa que fue no hace mucho de Jadraque, y conocida entre nosotros por su encanto personal y su capacidad de transmitir emociones como declamadora, ha escrito su libro, su primer libro por ahora, y lo ha publicado por su cuenta. Es un precioso libro de poemas, que titula «Por los caminos del agua», y tras la portada que muestra un espectacular instante del otoño en el hayedo, se nos abren sus 112 páginas repletas de
Poemas dedicados a Guadalajara, a la tierra y la ciudad en que vive, a la altura en que nace y a las gentes que quiere. Este libro sirve para mostrarnos la faceta creativa, literaria y de hondas lecturas cuajadas que Carmen Bris ha ido bordando lentamente y ahora ofrece, como opera prima y granada cosecha, en forma de libro. Son poemas clásicos, perfectos y maduros, hechos para leer en silencio, y para ser oídos en el fragor de un recital. Temas de amor, de gualajarismo y de nostalgia se entrecruzan en las generosas páginas de esta obra singular e íntima. A la que aplaudimos sin reservas.
La plaza mayor de Sigüenza
En la colección que acaba de aparecer, editada por Espasa y distribuida por el diario ABC los domingos, titulada genéricamente «Tesoros de España», la primera entrega de esta cuidadísima edición está a cargo de la pluma de Wifredo Rincón, un experto conocedor del patrimonio hispano, y da en breves pero sabias pinceladas la imagen de las mejores «Plazas» de España. En las páginas 54 a 57 se sucede la descripción, el cántico y las imágenes de la Plaza Mayor de Sigüenza, ese recinto que es un poco la plaza mayor de nuestra tierra, el ámbito entrañable y ardiente de nuestro medievalismo, nuestra espiritualidad, y nuestro dinamismo. Una foto de los arcos palaciegos seguntinos quiere recomendar a nuestros lectores esta obra tan bella.
Las Fiestas Tradicionales, para muy pronto
En estos días se está ultimando la edición de un libro que ha sido largamente esperado, y que va a traernos una imagen, cierta y completa, del costumbrismo tradicional de Guadalajara. José Ramón López de los Mozos, el más cabal conocedor de la etnografía, las costumbres y los modos de ser de los alcarreños, ha escrito un libro espléndido que nos va a ofrecer, como su mismo título indica, las «Fiestas Tradicionales de Guadalajara». A todo color sus imágenes, con más de un centenar de densas páginas, López de los Mozos nos va a brindar su saber y nos va a llevar, como de la mano, como un anfitrión optimista y bonachón, por su terreno más querido: pueblos de botargas, praderas de danzas, arboledas de romerías, plazales de judas, cuestas de procesiones… un libro que, a punto de aparecer en las librerías, ya esperamos y anunciamos con verdadero fervor.
Toponimia y Arqueología de Guadalajara
Y también de López de los Mozos, en esta ocasión con la colaboración de Ranz Yubero, es otro nuevo libro que nos llega de la mano de la Caja de Guadalajara, que ha sufragado su edición. Ambos investigadores han puesto una vez más su hondo saber y su capacidad de análisis sobre la tierra alcarreña, en esta obra que lleva por título «Toponimia y Arqueología: yacimientos arqueológicos de Guadalajara y su denominación». Un tamaño 17 x 24 cm., y un total de 256 páginas, sirven para albergar un profundo estudio científico de toponimia que analiza los significados de los nombres de cientos de yacimientos primitivos en nuestra tierra. Será de utilidad fundamentalmente para arqueólogos, y de entretenimiento y ampliación de conocimientos para todos cuantos indagan sobre las cosas de Guadalajara.
La Salinas de Imón
Y ya para terminar, y aunque el tema merecería por sí solo un análisis detallado y aparte, en este relajado y amigable comentario sobre libros, que es más una charla de acera o de café con mis lectores, recomiendo hacerse con el trabajo ganador de importantes premios provinciales y nacionales, y que realizado por alumnos de la Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica de la Universidad de Alcalá, radicada en Guadalajara, acaba de ser editado con la ayuda de Ibercaja. Se titula «Las salinas de la comarca de Atienza» y viene a ofrecernos de forma clara y muy atractiva la historia y la descripción de los establecimientos extractivos de sal en el norte de la provincia de Guadalajara. Son sus autores Joaquín Arroyo San José, y Vanesa Martínez Señor, coordinados por Antonio Miguel Trallero Sanz, su profesor. En sus 128 páginas y acompañados de grabados en línea y fotografías en color, se presentan datos muy amplios, y supercuriosos, acerca de las salinas de Rienda, Riba de Santiuste, Santamera, Cirueches, La Olmeda, etc., pero muy especialmente de las de Imón, las más conocidas, y con una estructura todavía viva y bien conservada que constituyen uno de los elementos más característicos de la arqueología industrial de Guadalajara. Un nuevo libro que resultará imprescindible para viajeros y curiosos.