El castillo de Guijosa
El otoño llama, con sus nudillos encallecidos, al portón perezoso de las memorias. Cualquiera puede tener una alegría, un amor, una angustia desazonante, un principio de delirio. Es más: por las tierras de Guadalajara, que ahora están ya otra vez desiertas, frías y amigables, ronda al pasearlas una agenda que trae en cada hoja…