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A Pastrana vuelven sus tapices

Hoy viernes 10 de octubre se inaugura la nueva etapa, ya restaurado el entorno, y arreglados por varios siglos los Tapices Flamencos, del Museo de la Colegiata de Pastrana. Un día histórico, sin duda, al que desde aquí saludamos. Por fin vuelven los tapices donde solían. Hace más de cuarenta años, en estas mismas páginas, publiqué mis impresiones sobre estos tapices. Que desde entonces he admirado, -como han hecho tantos otros viajeros y estudiosos- y a los que siempre que he podido he vuelto para sentir la fuerza y la solemnidad que de ellos emanan. Un largo viaje para los tapices pastraneros Cuando hoy se abran las puertas del Museo de la Colegiata de Pastrana, los invitados a esta ceremonia que bien puede calificarse de histórica verán los tapices flamencos de las conquistas africanas del rey Alfonso restaurados y colocados en soportes y con la suficiente amplitud y visibilidad que merecen. Imagino que será así, porque aún no me ha sido dado verlos. Las correrías de los paños han sido numerosas y variopintas. Se les podría llamar ya, sin exageración, como “los tapices viajeros”. Sus viajes se iniciaron en el siglo XV, una vez realizados en Borgoña, cuando llegaron a Castilla, que no a Portugal, donde hubiera sido lo lógico. De Toro quizás, o por los caminos que llevan desde los puertos cántabros a Guadalajara, se pusieron adornando los muros del palacio del Infantado en nuestra ciudad. De allí, a finales del siglo XVII, se llevaron a Pastrana, para servir de ornato a su iglesia colegiata, fundada como tal y protegida por los duques don Ruy y doña Ana (él de Silva, de Mendoza ella). Muchas veces salieron a la calle, a orearse, a servir de adorno al paso del Santísimo en su procesión veraniega. Luego, en tiempos de la República, se llevaron a Madrid, y quedaron alojados en el Museo del Prado, donde una mañana lluviosa de 1932 el presidente don Manuel Azaña los contempló y expresó su deseo de que quedaran para siempre en Madrid, porque sospechaba que “los alcarreños” no iban a entenderlos muy bien… incluso se iniciaron los trámites para reproducirlos a su tamaño natural, no sé con qué objeto. Para protegerlos durante la Guerra Civil se llevaron desde Madrid a Valencia, a las torres de Serrano, y luego a Ginebra. El caso es que tras la Guerra, el general Franco decidió regalarle las copias al […]

Los tapices de la Catedral de Sigüenza

En estos días se recuperan, finalmente limpios y restaurados, cuidados para vivir sin problemas otros trescientos continuados años, la primera  serie de dieciséis tapices barrocos que se conservan en la catedral de Sigüenza, hasta ahora poco conocidos y parcialmente estudiados, pero que a partir de ahora van a ser una señal más de su identidad artística y cultural. Justo en este verano, se recuperan restauradas dos de las colecciones más importantes de tapices que hay en España, y ambas en Guadalajara: la de Pastrana y la de Sigüenza. Es para estar contentos, y sobre todo para ir a verlos de nuevo… En la catedral de Sigüenza, aparte de otras mil joyas del arte, que de una manera u otra hemos ido viendo, están colgados de sus muros, desde hace 350 años, un bloque de paños o tapices barrocos a los que hasta ahora apenas se les había tenido en consideración, y ello por varias causas: una la de que eran muestras de temática pagana, con temas mitológicos y aspectos guerreros. Otra, que estaban cada vez más viejos, con sus colores apagados de puro sucios, y mal traídos y llevados en cada una de las agresiones o restauraciones que el templo ha ido sufriendo. Así, tras años de progresiva decadencia, ha tenido que ser un grupo de entusiastas seguntinos, y más concretamente los que Antonio Manada y Gloria de las Heras encabezan con su Fundación “Ciudad de Sigüenza”, y su proyecto “Sigüenza Universo Greco” los que se hayan movido sin parar en la tarea de conseguir su limpieza y rescate, su definitiva inserción en el conjunto de obras artísticas que componen el museo vivo catedralicio. El próximo lune se va a inaugurar la exposición que los muestra, y quedamos a la espera de que, en lo que resta de año, todos ellos en su conjunto, museificado y vivo, queden para la admiración de seguntinos y viajeros. Los tapices barrocos de la Catedral de Sigüenza Dos estudios han recibido, hasta ahora, los tapices barrocos de la catedral de Sigüenza. Uno, el primero, el que de ellos hizo Margarita García Calvo en la Revista “Goya” el año 2004.Y el segundo el de Victoria Ramírez Ruiz, en la segunda parte del libro “Tapices y textiles de Castilla-La Mancha” editado por Aache en 2007. Una colección doble, pues se trata de dieciséis paños, enormes y vistosos, que completan dos series, una dedicada a la “Historia […]