Una de las iglesias románicas más meridionales de Castilla la encontramos en la Hoya del Infantado, en el valle del río Guadiela, frontera de las tierras de Guadalajara y Cuenca. Junto con Alcocer y Valdeolivas, son los mejores testigos de la Edad Media en estas tierras de la Baja Alcarria. Vamos a visitarla hoy, por fuera y por dentro, y adentrarnos en el mensaje que su piedra tallada encierra. La villa de Millana se encuentra situada en plena Alcarria, en el valle del río Guadiela, dentro de lo que históricamente se conoce como la Hoya del Infantado. Reconoce un pasado común con Alcocer, Salmerón y otros lugares del mismo entorno geográfico. Tras diversos avatares señoriales, en el siglo XV quedó en poder de los Mendoza alcarreños, que la poseyeron durante muchos siglos. Pero anteriormente fue posesión señorial, por donación del Rey Alfonso X el Sabio, de doña Mayor Guillén de Guzmán, la misma que tuvo en señorío a Cifuentes. Ocurría esto en 1253, y ateniéndonos al patrocinio directo de dicha señora, en la construcción del templo mayor de la villa cifontina, ya estudiado por nosotros en ocasión anterior, no es difícil suponer que ella fue también la inspiradora de la iglesia parroquial de Millana y de su gran portada abocinada, pues el estilo es muy similar al de Cifuentes, aunque en este caso resulta más pobre en la decoración. De cualquier modo, resulta fácil datar la portada meridional de la parroquia emilianense de Santo Domingo de Silos en los inicios de la segunda mitad del siglo XIII, lo cual añade otro dato a nuestra teoría de una cronología muy avanzada para el románico alcarreño. La iglesia de Millana presenta importantes restos de su primitiva construcción románica. En el siglo XVI fue completamente rehecha, pero se conservaron sus dos portadas y buena parte de sus muros, procediéndose solamente a la reedificación y ampliación de la cabecera del templo. Su interior es de una sola nave y no ofrece elementos de interés, salvo el gran cuadro de Felipe Diricksen, recientemente restaurado, que supone una joya de la pintura del Siglo de Oro en esta apartada iglesia. En el exterior, aparte de las numerosas y diferentes marcas de cantería en los sillares de sus muros, especialmente en el del norte, lo más señalado de este templo es la presencia de dos portadas que le confieren un interés especial en el examen del arte […]