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alcala de henares

Memoria de los Trujillo en Miedes de Atienza

Hace pocas fechas, y acabando por aquellas tierras el “Camino de la Lana” que cruza la provincia, pudimos admirar en la plaza mayor de Miedes un par de casonas o antiguos palacios que fueron de los Trujillo. Sus escudos perfectamente tallados, sus leyendas, los nombres en ellos inscritos me hicieron ponerme a buscar el origen y vidas de sus poseedores. Esto es lo que he encontrado. En la plaza mayor de Miedes de Atienza hay dos caserones que ostentan en su frente los escudos de personajes de la familia Trujillo. El origen de la saga está en un individuo que desde su faceta de eclesiástico, llegó a ser nombrado Obispo de la diócesis de León, que regentó durante catorce años (de 1578 a 1592). Rebuscando en la bibliografía, encuentro lo más sustancioso de su vida en la “España Sagrada” del padre Flórez, y exactamente en su volumen 36 (escrito por Manuel Risco) dedicado al “Theatro geográphico-histórico de la Iglesia de León”. Allí se dice que este personaje había nacido donde la familia tenía su feudo y posesiones, en la localidad (hoy soriana, pero entonces perteneciente a la diócesis de Sigüenza) de Cañicera. Abandonado totalmente, hasta su iglesia sin techumbre está en el suelo. Un signo más de esa despoblación cruel que atenaza a la Hispania interior. Él venía de la familia de los Trujillo. De la que dice que “tuvieron mucho ganado del Extremo: mantuvieron casa muy honrada, e mucho gasto con criados e paniaguados, e muchos deudos e amigos que concurrían a su casa, como a tronco de los Trugillos, y casa de rico”. Le dedicaron a los estudios, y así nos dice él mismo en sus memorias que “sus padres se inclinaron a ponerle al estudio, porque de niño salía flaquillo. Y pusiéronme de pequeño el hábito de San Francisco”. Fue a estudiar a Ayllón, y luego a la Universidad de Alcalá, al colegio de San Ildefonso, donde “oyó” Gramática. Tuvo dos primas monjas en Sigüenza, y algún otro pariente eclesiástico. Pero la subida y progreso se lo debió a sí mismo, alcanzando en 1578 el título de Obispo de León, donde realizó tres concilios, elaborando él mismo las conclusiones. Y publicándolas en un libro titulado “Constituciones del obispado de León, hechas por Don Francisco Trugillo corresponde en los signodos de los años de 1580, 1582 y 1583 y otros años”. Con licencia. En Alcalá de Henares en […]

Una ruta densa, por los castillos de Madrid

Vamos a dar una vuelta por lugares vecinos. Por lugares con una historia que muchas veces se entremezcla con la nuestra. Porque los ríos sobre los que ponemos nuestra mirada, nacen en la misma Sierra, y los antiguos propietarios y señores del territorio tenían mando sobre una y otra de sus orillas. Un somero repaso a los mejores castillos de la Comunidad de Madrid, como oferta de viaje a esa tierra castellana a la que conviene asomarse de vez en cuando. Común en historia y personajes con la nuestra, la Tierra de Madrid ofrece un amplio repertorio de pueblos encastillados, de lugares amurallados y atalayas vigilantes sobre sus ríos. No son solo fortalezas, en la mayoría de los casos muy bien conservadas o restauradas, sino que pretenden ser, además, escenarios vivos en los que poder disfrutar de recreaciones teatralizadas, conciertos o exposiciones que muestran la vida en el pasado de estos monumentos. Vemos los más destacados, como una oferta de viaje y aventura.  Castillo de Manzanares el Real   Situado a los pies del embalse de Santillana, se encuentra el castillo de Manzanares el Real, el más emblemático y mejor conservado de la Comunidad de Madrid. Fue edificado, en estilo gótico Isabelino, en 1475 por Diego Hurtado de Mendoza. El castillo, de planta cuadrangular, está construido enteramente en piedra de granito. Tiene cuatro torres, tres circulares y la del homenaje, de forma octogonal. Sus vértices están adornadas con unas bolas al más puro estilo isabelino, y que en cierto modo recuerda la ornamentación del palacio del Infantado de Guadalajara, puesto que ambos fueron diseñados y dirigidos por Juan Guas. El castillo está dispuesto en seis alturas, y circundado por una barbacana, cuyas saeteras llevan esculpidas en bajo relieve la cruz del Santo Sepulcro de Jerusalén. Otros elementos defensivos del edificio son sus troneras. Cabe destacar sus colecciones artísticas de tapices, pinturas de caballete, armaduras y muebles de los siglos XVI al XIX. Castillo de Villarejo de Salvanés   El castillo de Villarejo de Salvanés está situado en el municipio homónimo en la zona suroriental de la Comunidad. A pesar de que sólo se conserva la torre del homenaje, constituye una muestra arquitectónica única en España, al disponer los cubillos agrupadamente en los lados y no en las aristas, como es habitual en la arquitectura militar española. No hay consenso a la hora de establecer la fecha de construcción de este castillo. Algunas hipótesis sostienen que […]

Dos centenarios muy nuestros: Alvar Gómez de Castro y el Segundo Conde de Tendilla

  Aunque en días como hoy el ambiente está cargado de política y fútbol (en Madrid, además, de toros) y muchos están planeando su escapada de fin de semana aprovechando el buen tiempo, creo que es este momento para recordar cómo en este año 2015 tendremos la oportunidad de recordar a dos paisanos que en este año pasaron por el severo trance: uno de ellos, Alvar Gómez de Castro, por nacer en 1515. Y el otro, más veterano, el segundo conde de Tendilla, por morir en las mismas fechas. Fue el año, también, del nacimiento de Santa Teresa, y eso supone que la fecha redonda del 1515, ahora justamente hace cinco siglos, España se movió un poco. Alvar Gómez de Castro Castellano de Santa Olalla, en Toledo, don Alvar Gómez de Castro fue un personaje que a lo largo de su vida dejó larga huella en Guadalajara. Por eso deberíamos considerarlo en esta ocasión como un referente al que aplaudir, en el momento en que se cumplen los cinco siglos de su nacimiento. Aunque de familia de judeoconversos, su tesón vital le alcanzó altos puestos en la confianza de magnates, poderosos y aún en la misma Corte. Recopilador de la obra de San Isidoro de Sevilla, tras sus estudios en el Colegio de San Ildefonso de Toledo, alcanzó la cátedra de Griego en la Universidad de Alcalá, en la que fue tenido siempre como un puntal del humanismo que en ella se fraguó. Él, sin embargo, siempre guardó una admiración sin límites a la figura del fundador de esta Escuela de Sabiduría, don Francisco Ximénez de Cisneros, muerto cuando nuestro autor solo contaba dos añitos de edad. Conocido en los cenáculos renacenistas como “el eulaliense”, tiró más hacia el Henares que hacia el Tajo, y así descolló con luz propia en la ciudad de Alcalá, en la que fue profesor, consejero y respetado erudito, al tiempo que los duques del Infantado, especialmente el cuarto, don Iñigo López de Mendoza, creador de su corte humanista a la que ya entonces se le dio el nombre de “Atenas Alcarreña”, le tuvieron por maestro y referente en todo lo que fuera cultura libresca y sabiduría clásica. El académico Francisco de Borja San Román, que publicó en 1928 el testamento de Alvar Gómez, decía de él: “De los humanistas españoles del siglo XVI es, acaso, Alvar Gómez de Castro, sino de los más olvidados, sí […]