El escudo heráldico de Sigüenza

viernes, 21 julio 1989 0 Por Herrera Casado

              

La Ciudad de Sigüenza ha venido utilizando, desde tiempo inmemorial, armas propias, que han adquirido, por tradi­ción de varios siglos, el carácter de Escudo Heráldico Municipal. Sin embargo, nunca han llegado estas armas a gozar de ratifica­ción oficial por organismo competente. Podría decirse, sin embar­go, que el Escudo Heráldico Municipal de Sigüenza es el más antiguo de todo el territorio provincial, y el que durante más tiempo ha mantenido su estructura inamovida.

Hemos podido concretar la estructura tradicional del escudo de armas seguntino, que como una excepción entre todos los demás de la provincia, y por supuesto entre los del resto de cabezas de partido judicial que hemos ido repasando a lo largo de las ante­riores semanas, se presenta en multitud de formas gráficas a nuestra consideración actual.  Además se han encontrado referen­cias documentales antiquísimas que hacen alusión a la existencia de las armas municipales, como los sellos concejiles de plomo, que en el siglo XIV mostraban un águila y un castillo, en este orden.

En la obra del heraldista Antonio de Moya, del siglo XVIII, titulada «Rasgo heroico. Declaración de las Armas y Blasones con que se ilustran muchas Ciudades y villas de España» ya se describen las de Sigüenza tal como hoy se usan, pero dando de ellas unas explicaciones simbólicas exageradas, haciéndolas originarias de la época romana. Más modernamente, Julián Moreno, en su «Alma seguntina», de 1924, las interpreta como expresión de los escudos de armas de los dos primeros obispos de Sigüenza tras la Reconquista de la ciudad a los árabes. Pero opina que, debido a ello, debería cambiarse el orden en que aparecen las piezas del escudo, poniendo el águila a la derecha y el castillo a la iz­quierda.

En este sentido, efectivamente, en el enterramien­to de Don Bernardo de Agen, primer obispo de la diócesis, que se encuentra en la girola del templo catedralicio seguntino, se ve el escudo de este monje‑guerrero, consistente en águila pasmada sobre campo liso. Asimismo, en el enterramiento de Don Pedro de Leucata, segundo obispo de Sigüenza, que aparece en el muro del presbiterio de la catedral, se ve repetido y pintado, su escudo consistente en un castillo sobre fondo liso. Teniendo en cuenta que desde 1138, todavía Don Bernardo en la silla episcopal, el señorío de la ciudad perteneció a los Obispos por donación real, es lógico que el escudo de la ciudad adoptara por propio el de sus primeros señores.

Sin embargo, parece claro, en definitiva, que el escudo de Sigüenza fué puesto, tal como hoy se mantiene, por su primer Obispo Don Bernardo, el cual utilizó para esta ciudad las armas de su lugar de procedencia, la ciudad francesa de Agen, de las que estas seguntinas son su reproducción exacta. En este sentido, cabe recordar la existencia de documentos sigilográficos antiguos, en los que se ve el sello concejil de la ciudad de Agen, ofreciendo en el anverso una ciudad amurallada y fortifica­da, mazonada, con tres puertas y dos ventanas, y en su interior un campanario flanqueado de dos torres y diversos pináculos, mientras que en el reverso aparece un águila que ofrece entre sus garras una filacteria. Estos sellos se encuentran pendientes por hilos de seda de diversos documentos de los siglos XIII y XIV. El hecho de que el escudo de Sigüenza muestre un águila sujetando un hueso entre sus garras, es una clara deformación por el uso de un mueble, pues en su origen lo que el águila del escudo seguntino llevaba, como la de Agen, era una filacteria o pergamino alarga­do.

Así pues, el Escudo Heráldico Municipal de Sigüen­za queda constituido del siguiente modo:

Escudo español, partido. A la derecha, de azur, un castillo donjonado de oro, aclarado de gules y mazonado de sable. A la izquierda, de gules, un águila pasmada de sable, coronada de oro, apoyada sobre un hueso humano de oro. Al timbre, la corona real.

De este modo luce hoy en todos los lugares repre­sentativos, y se utiliza para las medallas de sus concejales y munícipes, trayendo también como bandera local la partida de azur y gules, esmaltes de fondo de su escudo.