Como estamos preparando un libro sobre el tema de “Sigüenza y alrededores”, y aun a riesgo de que nos copien la idea antes de llevarla a cabo plenamente, hoy adelanto algunos de los aspectos que aparecerán en esa obra, en la que yo pongo el texto y el artista catalán Isidre Monés i Pons pone las ilustraciones. Una por ficha, y son sesenta en total. La ciudad entera, y los alrededores. En esta ocasión, paseamos junto a las piedras nobles y medievales de la Sigüenza fortificada. El castillo de los Obispos, en Sigüenza En lo más elevado de la ciudad de Sigüenza se alza la mole pétrea del castillo o fortaleza que fue residencia de los obispos seguntinos. Primitivo castro celtíbero y luego romano, asiento después de visigodos y árabes, fue reconstruido y continuamente ampliado tras la reconquista de la ciudad en 1124, sirviendo durante siglos de residencia a los señores y obispos. Fueron los siglos XIV al XVI los de su mayor esplendor, pues al comienzo de ellos el obispo Girón de Cisneros construyó las dos torres gemelas del paramento norte, que hoy sirven de entrada. El Cardenal Mendoza también hizo importantes ampliaciones, y ya en el siglo XVIII el titular del señorío episcopal, Díaz de la Guerra, llevó a cabo algunas obras. Tras años de abandono en los siglos XIX y XX, en que casi alcanzó la categoría de ruina total, entre 1972 y 1976 fue reconstruido, restaurado y acondicionado para servir de Parador Nacional. Con ello se ha conseguido el rescate de este monumento clave de la ciudad de Sigüenza, dinamizando su vida cultural y turística, pues las condiciones ambientales de este Parador le hacen ser preferido de continuo por muchos viajeros y grupos. Al mismo tiempo, sirve como centro de reuniones científicas, políticas, culturales, etc., muy diversas. Puede visitarse a cualquier hora, al menos en las áreas más utilizadas. Subimos, a pie preferiblemente, desde la grandiosa Plaza Mayor, por la empinada cuesta, viendo iglesias y palacios a cada lado. Y arriba, sobre la gran explanada, se destaca el grandioso recinto, todo él rodeado de fuerte muro almenado, en cuyas esquinas, y a trechos en los paramentos, surgen torreones de refuerzo. La puerta principal se orienta al norte, y se precede de un patio defendido por alto murallón. Por unas escaleras escoltadas de las dos torres gemelas del obispo Girón de Cisneros, se pasa al vestíbulo, y […]