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La Alcarria de Embajadores

  Cuantas personas que salieron de Guadalajara llegaron a triunfar en Madrid… qué pocas, de las que se quedaron en su tierra, llegaron a hacerlo en ella! Nadie es profeta en su tierra, dice el refrán, y Gabino Domingo Andrés es un ejemplo de ello. Hoy quiero narrar su historia, la de un alcarreño (un campiñero, para ser más exacto) que se fue del pueblo y arribó a Madrid, donde [siempre con esfuerzo, con tesón, con perseverancia, porque en Madrid tampoco regalan nada] se labró un puesto de importancia, un puesto que puso luz y olor en el 84 de Embajadores. Allí quedó un poco de nuestra Alcarria. Aquí vemos de qué manera. En el pasado año me entregó Gabino Domingo un libro que he tenido en reserva, mirándolo unas veces, entreleyéndolo otras, durante unos meses. Al final, le he metido el diente, y me ha resultado sabroso, supersabroso. Porque el libro lleva por título “Las Gallinejas” que es, como algunos sabrán, (de los antiguos, claro, porque la gente moderna solo come donuts y hamburguesas) una cosa de comer, con aceite frito, pan y algo de acompañar, quizás un vaso de buen tinto. El libro tiene 146 páginas y lo han escrito a la limón Gabino Domingo Andrés y su sobrino David Sanz González. Es la historia completa, apasionante y enternecedora de un guiso, de un establecimiento donde se ha hecho y se sirve, de unas personas que le han puesto el alma y lo han mantenido durante 60 años vivo y floreciente. Este libro es la esencia de una ilusión, y el testigo de una carrera en la que sus autores han vencido. Empieza la obra con un Prólogo (que es historia personal) de Gabino Domingo Andrés, quien desde Membrillera, junto a Jadraque, y cogiendo el tren en la estación a la que vigila el Castillo del Cid, llegó a Madrid un buen día de los años cincuenta, para ayudar a su tía Alfonsa en “la tienda” que tenía en el popular barrio de Embajadores y para liberar a sus padres en el pueblo de una boca a la que alimentar, porque ya había muchas otras con las que hacerlo. Luego veremos por qué, pero yo quiero aquí, de inicio, hacer el canto de quien dedica una vida entera a un trabajo. Una larga y fructífera vida para un trabajo en el que uno se hace experto, colecciona amigos, […]