Nacido en Congostrina, en 1898, formado en Sigüenza y durante su larga vida de inspector de Hacienda por varios lugares de España, finalmente recaló en Alcalá de Henares, donde murió en 1958. Estudioso y lector, siempre puso interés en la escritura, dejando impresos varios libros, de temática poética.
Esta obra que ahora hemos leído, y que nos ha dejado asombrados por su elegancia y perfección métrica, se publicó recientemente, en 2020, gracias al interés de su hijo pequeño, el profesor y biólogo Jacinto Gamo. Lleva por título “Hacia la cúspide” y aunque el autor siempre pensó en darle forma de libro, realmente recoge cuantas poesías de calidad habían quedado desperdigadas en los cajones de su despacho.
Hay muchas composiciones que tienen a la Alcarria por sujeto: así el gran “Canto al Henares”, que es modelo de poema/río, y el “Canto al Ocejón” con la mirada siempre en la claridad de la altura. Además escribe sobre Hita, sobre Atienza y sobre Anguix, dando pábulo a sus castillos. Y aun muchacho de Mazuecos, o a la soledad de El Vado, atrapado por las aguas del pantano, y extinto a mediados del siglo.
La poesía de Gamo es solemne, medida, perfecta de técnica, clásica y emocionante. Con esos condimentos, el plato sale exquisito. Hemos disfrutado enormemente leyendo, poco a poco, día a día, estos poemas de “Hacia la cúspide” que retratan para siempre el valor enorme de este escritor serrano, aún poco conocido. De Pedro Gamo Ortega.