Una descripción del Señorío de Molina
Miles de personas llevan en su corazón, porque allí viven o allí nacieron sus mayores, al Señorío de Molina. Ahora viene a despertar morriñas un libro que escribió hace casi tres siglos un molinés de pro, un licenciado y abogado de los Reales Consejos que pasó media vida en Concha, donde tenía su casona y donde recibía a quienes de alcurnia pasaban por el Camino Real, que estaba delante de su puerta.
El libro de este personaje, que se llamaba don Gregorio López de la Torre y Malo, es un entretenido compendio de los pueblos, los montes y ríos, los paisajes, el clima y la agricultura, algo de historia y mucho de paisanaje de Molina. Su nombre, largo y al parecer complicado, es este; «Chorográfica descripción del muy noble, leal, fidelísimo y valerosísimo Señorío de Molina». Una apuesta por la búsqueda de raíces y el análisis de los méritos propios de una comarca con personalidad.
¿Qué es una Chorográfica Descripción? Según el diccionario que más utiliza ahora la gente, la Wikipedia, la “Corografía” es la descripción de un país, de una región o de una provincia, incluyendo la atención a los topónimos, aunque prestando especial atención a las condiciones físicas del terreno, al paisaje y al paisanaje. Y esto es lo que constituye la esencia de la Chrorográfica Descripción de Molina que en 1746 escribiera Gregorio López de la Torre.
Supone un divertido paseo por todos los pueblos (algunos de ellos totalmente desaparecidos actualmente), por las orillas de los ríos y por las cimas de las montañas que constituyen la geografía del Señorío molinés. La edición que acaba de aparecer, segunda después de la original del siglo XVIII, es sencilla y hermosa a un tiempo, con letra clara y grande de fácil lectura, muchas fotografías y planos, y una introducción que aclara el sentido del personaje y del libro.
Sobre el libro de la Chorográfica Descripción de Molina
Gregorio López de la Torre Malo no pasó de ser un curioso lector y buscador de historias. El cronista provincial y notable bibliófilo, don Juan Catalina García López, en su «Biblioteca de Escritores de la Provincia de Guadalajara», Madrid, 1899, pág. 288, nº 648 nos dice a propósito de esta obra no haber visto sino un ejemplar, “pues es obra rarísima, y éste sin portada”, por lo que conoce el título por referencia fiel. Nos dice que sabe que hizo un mapa del Señorío, y recogió muchísimos datos de su historia y arqueología. Que hizo también un mapa de la Diócesis de Sigüenza, y de algunos pueblos del contorno. Dio a la imprenta una ““Carta Histórica a Doña Librada Martínez Malo, priora del Monasterio de Buenafuente” en la que a su cuñada que entonces ejercía de abadesa de ese monasterio cisterciense, le refiere por menudo lo que él ha encontrado acerca de los primeros años de vida de aquel interesante cenobio.
Es este un libro sencillo en su estructura, que aporta pocas cosas nuevas sobre Molina, pero que tiene un encanto especial, En sus 144 páginas, nos ofrece dos partes fundamentales, o secciones, como él las denomina. La primera, a su vez, está dividida en otras dos, ofreciendo en la primera la descripción geográfica del territorio, mencionando las sierras y los ríos que nacen en el Señorío o lo ocupan, y en la segunda la historia breve de los Señores de Molina, desde el primer conde, el mítico don Manrique de Lara, hasta el que vive en el momento de escribir el libro, el rey de España [y señor de Molina] don Fernando VI de Borbón.
La segunda parte ofrece la relación de las sesmas y de todos los pueblos que constituyen en ese momento el Señorío, apareciendo, curiosamente, algunos que hoy pertenecen a la provincia de Teruel, y describiendo otros muchos de los que ya nada queda, ni su sombra siquiera: despoblados que en el siglo XVIII aún tenían gente, lugares vivos que hoy son recuerdo. En esta parte, el autor nos da descripciones breves pero vívidas, tiernas, como protegidas por su mirada cariñosa. Es, sin duda, lo mejor del libro, y lo que le confiere un valor único.
Quien fue don Gregorio López de la Torre y Malo
El autor de este libro que hoy comento, y que de seguro va a servir para que muchos molineses reencuentren su tierra de un vistazo, fue don Gregorio López de la Torre Malo (1699 – 1771) nacido en la localidad de Mazarete, en el extremo oriental del señorío del Ducado de Medinaceli, frontera casi con el Señorío de Molina, y murió en Concha, en la sesma del Campo del Señorío de Molina. Pasó su vida entre esos dos pueblos, especialmente en el último, donde tenía una gran mansión que se denominaba (aún hoy existe, aunque cerrada y triste) la “Casa del Mayorazgo”, levantada en la orilla del que fue muchos años Camino Real de Madrid a Zaragoza. Vivió además en Madrid, donde ejerció su profesión de abogado, así como en Molina de Aragón, donde tenía también casa.
Era su familia de hidalga prosapia. Pertenecían a los López Mayoral, de Mazarete, ricos ganaderos durante los siglos XVI al XVIII, con casa raiz de enormes proporciones y talladas portadas, con escudos y símbolos ganaderos. De su casa natal, entera hasta hace unos años, y ahora derribada, se han conservado algunos fragmentos de fachada y ventanales.
Tuvo también ancestros en Tortuera, de donde eran los López notables terratenientes y ganaderos, con muchos de sus miembros en cargos de importancia de la administración borbónica, y eclesiástica, tras haber pasado por las aulas de Alcalá, y Salamanca.
Estudió en Alcalá y se hizo licenciado en ambos derechos. Abogado de los Reales Consejos y casado con Dª. Francisca Martínez Malo y Cubillas, natural de Concha, en este lugar vivió durante muchos años, dedicado a la lectura, a la escritura y a la administración de sus bienes. A su cuñada y Abadesa del monasterio cisterciense de la Buenafuente del Sistal, en el Señorío de Molina, le dedicó una de sus más interesantes obras: “Carta Histórica a Doña Librada Martínez Malo, priora del Monasterio de Buenafuente”. Su obra más notable, publicada por primera vez en 1746, y ahora reeditada, es la “Chorográfica descripción del muy noble, leal, fidelísimo y valerosísimo Señorío de Molina”.
Dice de él Julian González Reinoso en su obra inédita “Libros de las Genealogías del Señorío de Molina”, en su capítulo 21 dedicado a los “de la Torre” que entre otros individuos de esta familia destacó “Don Gregorio López de la Torre Malo, natural de Mazarete y vecino de Concha, Abogado de los Reales Consejos, escribió una Historia breve de Molina y su Señorío, año 1740, que corre impresa, y asimismo editó el Índice de todos los documentos del Archivo del Ayuntamiento de Molina”.
Cuando visité, hacia 1975, la “Casa del Mayorazgo” de Concha, todavía entera, y habitada por sus herederos, me fue dado examinar el gran arcón donde don Gregorio había ido guardando sus libros y manuscritos. Pocas cosas quedaban en él, tras haber transcurrido más de doscientos años tras su muerte, pero aún me fue dado, con asombro, ver que se conservaban muchos de los libros que él mencionaba, como fuentes bibliográficas de su obra, entre otros una magnífica primera edición de la “Nobleza de Andalucía” de Argote de Molina, cuajada de emblemas heráldicos impresos. Y pude comprobar que la principal fuente de información para la redacción de su obra fue la magna “Historia del Señorío de Molina” de don Diego Sánchez Portocarrero, de la que López de la Torre había manejado el manuscrito original.
En ese archivo un tanto peculiar, pues era un arcón inmenso arrinconado en el tinado de la casona, había otros papeles de puño y letra de don Gregorio, pero nada relativo a su obra historiográfica. Pude ver las cuentas y anotaciones que personalmente llevaba de los movimientos de sus ganados, de sus mayorales y pastores, de las ventas y compras, de las estancias en los pueblos que desde Molina pasaban hasta llegar a las sierras de Jaén, especialmente los pastos de Santiesteban del Puerto y Sabiote donde llegaban sus ganados a pasar el invierno.
Había otro documento interesante como son las anotaciones que don Gregorio hizo, en años sucesivos, mientras vivió en Concha, mencionando las personas y las cosas que por su casa pasaron por hacerlo por el Camino Real. El documento lo encontré también en su viejo arcón, aunque el papel y la letra demuestran ser del siglo XIX, probablemente copiado del original por algún descendiente. En él se comprueba, con asombro, la cantidad de gente que pasaba entonces, mediado el siglo XVIII, por este Camino Real que comunicaba Madrid con Zaragoza, y nos permite imaginar la amabilidad con que nuestro escritor recibía a todo tipo de caminantes, peregrinos, infantes de España y ministros de su gobierno… todos tenían que andar, en carrozas o a pie, sobre mulas o en tartanas desvencijadas, por aquellas sendas polvorientas de la sesma del Campo.
Entre ellos, nuestro autor cita al Conde de Aranda, don Pedro de Abarca de Bolea, presidente del Consejo de Castilla, que pasó en el verano de 1769 y tuvo con el autor molinés muy cordial entrevista. También pasó, en 1750, la infanta María Antonia Fernanda, con su larga corte de acompañantes, así como el mariscal de campo Pignatelli, el conde de Gomara, el cardenal Aldebrandini, varios obispos de Sigüenza en sus viajes pastorales, generales de los franciscanos, de los dominicos, de los agustinos… cuando iban a Roma a sus generales Capítulos, y otros infantes de la Casa de Borbón. A todos recibía don Gregorio con la mayor de las atenciones, en una casa que debería ser declarada “Edificio Histórico” por lo que de suculenta memoria histórica molinesa y española encierra.
El libro que aparece
El título, ya lo hemos dicho, es la “Chorográfica descripción del muy noble, leal, fidelísimo y valerosísimo Señorío de Molina”. El autor, don Gregorio López de la Torre y Malo, abogado de los Reales Consejos. La fecha en que se escribió, 1746, y el 2011, a principios de año, el momento en que se ha reeditado. La editorial, AACHE, de Guadalajara, en la Colección “Claves de Historia”, nº 2, con más de 100 páginas y un precio de 12 Euros. El libro no se ha presentado en público, todo un detalle hoy en día, cuando ningún libro se queda sin presentar y así comprometer a amigos y conocidos a perder un par de horas de cualquier tarde. Quien tenga interés en él, ya se cuidará de buscarlo en las librerías, o por Internet, y leérselo de punta a cabo, porque, eso es seguro, se va a entretener, a divertir, y a encontrar cosas nuevas y curiosas.
Se lee de un tirón, y se recupera la visión general, panorámica e histórica de un Señorío que, a pesar de todos los vientos, pervive en el tiempo, y en la altura. Yo creo que es un libro imprescindible para los molineses, al menos.