Fernando III protege a Bonaval
Al pie de la oscura cordillera central, donde el insigne Ocejón vela sus armas y rumia sus pérdidas añoranzas polifémicas, corren arroyos, se parten las colinas y aún queda alguna tímida mancha de encinares. Hay pueblos, ‑Almiruete, Valdesotos, Retiendas‑, donde el sólido danzar del tiempo, sus habitantes ensimismados y lentos, sus callejuelas olorosas, tibiamente…