Memoria de los Trujillo en Miedes de Atienza

sábado, 4 marzo 2017 4 Por Herrera Casado
Los Trujillo en Miedes de Atienza

Los Trujillo en Miedes de Atienza

Hace pocas fechas, y acabando por aquellas tierras el “Camino de la Lana” que cruza la provincia, pudimos admirar en la plaza mayor de Miedes un par de casonas o antiguos palacios que fueron de los Trujillo. Sus escudos perfectamente tallados, sus leyendas, los nombres en ellos inscritos me hicieron ponerme a buscar el origen y vidas de sus poseedores. Esto es lo que he encontrado.

En la plaza mayor de Miedes de Atienza hay dos caserones que ostentan en su frente los escudos de personajes de la familia Trujillo. El origen de la saga está en un individuo que desde su faceta de eclesiástico, llegó a ser nombrado Obispo de la diócesis de León, que regentó durante catorce años (de 1578 a 1592).

Rebuscando en la bibliografía, encuentro lo más sustancioso de su vida en la “España Sagrada” del padre Flórez, y exactamente en su volumen 36 (escrito por Manuel Risco) dedicado al “Theatro geográphico-histórico de la Iglesia de León”. Allí se dice que este personaje había nacido donde la familia tenía su feudo y posesiones, en la localidad (hoy soriana, pero entonces perteneciente a la diócesis de Sigüenza) de Cañicera. Abandonado totalmente, hasta su iglesia sin techumbre está en el suelo. Un signo más de esa despoblación cruel que atenaza a la Hispania interior.

Él venía de la familia de los Trujillo. De la que dice que “tuvieron mucho ganado del Extremo: mantuvieron casa muy honrada, e mucho gasto con criados e paniaguados, e muchos deudos e amigos que concurrían a su casa, como a tronco de los Trugillos, y casa de rico”.

Le dedicaron a los estudios, y así nos dice él mismo en sus memorias que “sus padres se inclinaron a ponerle al estudio, porque de niño salía flaquillo. Y pusiéronme de pequeño el hábito de San Francisco”. Fue a estudiar a Ayllón, y luego a la Universidad de Alcalá, al colegio de San Ildefonso, donde “oyó” Gramática.

Tuvo dos primas monjas en Sigüenza, y algún otro pariente eclesiástico. Pero la subida y progreso se lo debió a sí mismo, alcanzando en 1578 el título de Obispo de León, donde realizó tres concilios, elaborando él mismo las conclusiones. Y publicándolas en un libro titulado “Constituciones del obispado de León, hechas por Don Francisco Trugillo corresponde en los signodos de los años de 1580, 1582 y 1583 y otros años”. Con licencia. En Alcalá de Henares en casa de Juan Gracián que sea en gloria. Año 1591.

En su portada, aparece el escudo del obispo Trujillo mostrando dos leones afrontados que sacian sus sed en una fuente, aterrazada, cargada en el brocal con la leyenda: sitient | ite | rvm, sobre el que apoya sus patas delanteras; el escudo se suma de una cruz pometada y se timbra de capelo.

Escribió en 1601, ya retirado, una “Historia de la Santa Iglesia de León y Antigüedad de la Iglesia de León y sus mártires” que quedó sin publicar, y su manuscrito (copia del siglo XVIII) se conserva hoy en la Biblioteca Nacional con la referencia Mss 5560. Este libro lo entregó su sobrino, el canónigo de León don Pedro de Fuentes al colegio mayor que había fundado en Alcalá.

Porque don Francisco Trujillo tuvo, como todos los eclesiásticos potentes de la época, tanto dinero, que consideró utilizarlo para fundar en Alcalá de Henares, y para su Universidad, un Colegio Mayor, al que dio el título de “Santa María de la Regla y de San Justo y Pastor”. Lo hizo en 1586. A este le llamaron también popularmente “el Colegio de León”.

El objetivo de este Colegio Mayor era el de proporcionar alojamiento y alimentos durante ocho años a seis estudiantes pobres de Artes y Teología que tuvieran menos de cien ducados de renta al año. El Abad de la Magistral era su patrón. Las seis becas se repartían de la siguiente manera: una para un estudiante del obispado de León, otra para alguien nacido en el obispado de Sigüenza, y las cuatro restantes para estudiantes nacidos en Castilla la Vieja. En 1780 M. Rojas lo incorpora al Colegio de Málaga, cesando su función como Colegio docente en 1836 y suprimiéndose en 1843.

La falta de control en las cuantiosas rentas dejadas por Francisco Trujillo, hizo que el sostenimiento del Colegio se hiciera dificultoso: ni el edificio fue terminado, ni el número de estudiantes llegó a completarse, de modo que la Fundación fue languideciendo hasta desaparecer. A finales del siglo XIX pasaó el edificio por las manos de diversas familias. Este Colegio estaba situado en la Calle Mayor en la confluencia con la calle de la Imprenta (hoy Antonio Nebrija), haciendo esquina, y su prolongación natural hacia el sur era la calle de San Francisco. El edificio tenía originariamente dos torres en sus extremos y constaba solamente de dos pisos de altura aunque en 1840 fue reformado y las torres se quitaron, ganando en capacidad y espacio, pero perdiendo esbeltez.

Este edificio sigue vivo y actualmente es sede del Centro de Estudios Universitarios Norteamericanos y el Instituto de Ciencias de la Educación.

Mandó el Obispo de León fundar un vínculo que heredó don José Beladíez, y que se encargó de ejecutar el ya mencionado sobrino del obispo el canónigo don Pedro de Fuentes. La familia de los Beladíez (que así se llamaban a principios del siglo XVII) procedía de dos casas hidalgas de Atienza, las de los Vela y los Díez, que al final juntaron sus apellidos. Ver lo que sobre esto dice Gismera Velasco en “En torno a los Veladíez, o Beladíez” en “Atienza de los Juglares” nº 36, marzo de 2012.

Herederos de la casa fueron otros individuos, que mantuvieron los apellidos Beladíez y Trujillo, de los que hoy vemos sus escudos en las casonas de la plaza de Miedes, y que siguen pregonando orgullosos su vieja hidalguía.

Así, encontramos los tres escudos que reproduzco en las fotografías que ilustran este artículo.

Aunque a don José siguió don Pedro Beladíez Trujillo, nacido en 1621 en Miedes, presentaban ejecutoria de hidalguía desde comienzos del siglo XVI. Los escudos pertenecen al linaje de Trujillo, y los tres que hoy quedan son del mismo individuo, don Francisco de Beladíez Trujillo, de quien aparecen talladas con muchas contracciones que desarrollo estas cartelas bajo sus escudos. Dice así la primera, en el escudo de la actual casa Ayuntamiento: “Año | de 1675 | D. Francisco Beladiez Truxillo poseedor del mairoazgo patrono del Colegio de Santa Maria de la Regla, San Justo Pastor de Alcala de enares que fundo el ylustrisimo señor D. Francisco Truxillo mi tio Obispo que fue de Leon”.

La segunda y tercera, en lo alto de la fachada de la casa-palacio de los Beladiez, también en Miedes, dicen así, continuándose una a otra: “Año | de 1691 | D Francisco de Veladiez Truxillo poseedor del mairazgo y patrono del Colegio de Santa Maria de Regla | Año | de 1691 | S Iusto i Pastor de la Ciudad de Alcala que fundo el Illmº Señor D Francisco de Truxillo mi tio Obispo que fue de Leon”.

Finalmente, pido a mis lectores que viajen a Miedes de Atienza, en la raya más lejana de la provincia con Soria, al pie de un puerto por el que pasó Rodrigo Díaz de Vivar a la inferior meseta, y admiren la plaza ancha y abierta de esta villa, antaño importante, sede de ganaderos potentes, gentes de Mesta y talladas piedras, en cuyas frentes amanecía (como los escudos que vemos ahora en las de sus casonas) la alegría en cuanto les daba el sol, dispuestos siempre al trabajo y la benevolencia.