Barbatona, tres aniversarios

viernes, 6 mayo 2005 1 Por Herrera Casado

 

El domingo día 8 de mayo se celebrará, un año más, la Marcha a Barbatona desde Sigüenza. A las 8:15 de la mañana se celebrará en la capilla del Seminario de la ciudad Mitrada una misa que retransmitirá en directo para toda España Radio 1 de RNE, y a continuación, en el monumento a la Inmaculada, comenzará la Marcha Diocesana a Barbatona, la de primavera, que este año cumple su 40 aniversario.

A pie y en canciones, miles de personas dirigirán sus pasos, por carretera o a través del pinar, hasta la ermita de la Virgen de la Salud, en la altura de Barbatona, donde se celebrará nueva misa, procesión, subastas y meriendas entre amigos y familias.

Tres aniversarios

Este año de 2005 tiene Barbatona un aire inconfundible de aniversario, de conmemoración, de efemérides. Porque de una parte esta Marcha alcanzará su 40 edición, yendo siempre a más, en fieles y en devoción. Tiene un sentido mariológico y popular, demostrando que el cristianismo está vivo, pujante en el corazón y en el sentir cotidiano de muchos. Y que el seguimiento de las enseñanzas de Cristo se fundamenta también en el amor sencillo y entrañable a la mujer que le dio vida en la Tierra: a María que fue además Virgen, tal como el dogma de la Inmaculada Concepción proclamó hace ahora 150 años.

Otro de los aniversarios es el medio siglo de la coronación Canónica de la imagen de Nuestra Señora de la Salud. En el mes de septiembre de 1955, concretamente el día 8 dedicado a la Natividad de la Virgen, se procedió por parte del Nuncio del Vaticano en España, monseñor Hildebrando Antoniutti, portador de especiales indulgencias del Pontífice Pío XII, a la coronación canónica de la Virgen y su Hijo. Se pusieron entonces sobre sus cabezas sendas coronas de oro, engastadas de pedrería, adquiridas por suscripción popular. Al acto asistieron las primeras autoridades civiles y militares de la provincia en ese momento, y todo el pueblo de Sigüenza y de muchas otras villas y aldeas de los contornos, incluidos pueblos de Soria y Zaragoza, pertenecientes entonces a la Diócesis seguntina. Se editó con ese motivo un amplio folleto, que hoy constituye una preciada rareza bibliográfica, en el que se pusieron imágenes de la jornada, escritos en recuerdo de la aparición de la Virgen, una impresionante poesía de José Antonio Ochaita, y diversas  exhortaciones suscritas por el Obispo, Abad de la Cofradía, cofrades destacados, etc.

Al acto de la Coronación Canónica de la Virgen de Barbatona asistió el referido Nuncio Antoniutti, el Obispo de nuestra diócesis don Pablo Gúrpide Beope, diversos obispos de diócesis fronteras, el entonces ministro del Ejército, Hijo Adoptivo de Sigüenza, el Teniente General Muñoz de Grandes, quien actuó de padrino de la ceremonia, junto a la esposa del entonces Gobernador Civil, el también general don Miguel Moscardó Guzmán. En la procesión y actos acompañaron a la imagen de la Virgen de la Salud muchas otras advocaciones marianas de la diócesis, entre ellas  la Virgen de los Quintanares, la del Robusto, la de Mirabueno, la Mayor de Medinaceli, la Dolorosa de Atienza, la de la Santa Cruz de Conquenzuela… y miles de personas entusiasmadas. Hizo sol y mucho calor.

Y el tercer aniversario es más largo, pero no menos emotivo, y por lo tanto nunca olvidado: en 1755 se trasladó la imagen de la Virgen desde su primitiva sede, la capilla de aspecto románico que aún luce en la parte alta de la lastra barbatonense, al nuevo templo que se había comenzado a edificar desde que se constituyó la Cofradía en 1734. Eran tantos los cofrades, tanta la devoción, tantos los romeros que acudían agradecidos a manifestar su amor a la virgen sanadora, que hubo que levantar un edificio más capaz, y fue en 1755 que se trasladó la imagen a esta sede. Que, no obstante, y como era lógico, hubo de ser ampliada en años y siglos siguientes.

Los exvotos, manifestación de Fe

Para el simple curioso, Barbatona tiene muchos otros valores aparte del eminentemente religioso y cristiano: tiene el valor de la curiosidad etnográfica en sus exvotos. Desde hace siglos, las gentes sencillas (y las adineradas y sabias también, todo el mundo) confiaba a la Virgen de Barbatona sus peticiones de salud y mejoría. Al parecer, durante siglos, fueron numerosos los milagros efectuados por la Virgen, en su entorno de la ermita y a distancia. Comprobados muchos de ellos, dieron lugar a la plasmación en forma de cuadros pintados sobre tablas, en los que se hacía referencia escrita a la persona sujeto del milagro, su oficio, el tipo de enfermedad y la rapidez y totalidad de su curación. Los más pobres, decidían dejar en los muros del templo una nota, o un exvoto en forma de órgano (el afectado, el sanado) de cera, o el elemento que habían llevado anejo a la enfermedad durante años. Así se llenaron los muros de Barbatona de muletas, de pies de cera, de capas y uniformes, de fotografías, de escritos, de velos….. poner un exvoto pintado por un artista, representando a la persona sanada, a su familia, a los eclesiásticos colaboradores y a los médicos asombrados, era caro, y no todo el mundo lo podí hacer. Pero se pusieron muchísimos.

Hace cincuenta años, cuando la coronación canónica de la Virgen, eran miles los exvotos que colgaban de los muros, y cientos los cuadros con escenas milagrosas y milagros cumplidos que los adornaban. En reformas posteriores, se fueron retirando unas y otras piezas, hasta quedar hoy reducidas a mínimas representaciones, y a un abultado conjunto de lápidas que no dejan de ser emotivas, pero bastante más aburridas que los antiguos exvotos.

Fue hace unos 30 años que la profesora de la Universidad de Alcalá doña Eulalia Castellote Herreros, inició el estudio de ese conjunto de exvotos, como manifestación polimorfa de la religiosidad popular, fotografiando todos los cuadros que entonces existían, casi medio centenar. Y con ese estudio y esas fotografías ha concluido un impresionante libro que ahora se nos ofrece cuajado de belleza y sabiduría. Porque constituye un catálogo completo de los milagros pintados, y porque aúna en ellos (la mayoría desaparecidos) el rito del milagro, de la súplica, del agradecimiento.

En el estudio de la profesora Castellote se muestran las imágenes, a todo color, de los exvotos que se conservaban hace cincuenta años, y de cada uno de ellos el estudio iconográfico y estilístico. Se da cuenta de las formas en que la Virgen aparece en ellos, los enfermos/as, de qué padecen, qué piden, cómo lo agradecen, y quienes están junto a ellos: esposos/as, hijos, curas y médicos, estos últimos siempre vestidos de chaqué y chistera. Un mundo vivo y palpitante que se nos viene a los ojos en estas páginas sorprendentes.

La autora identifica a un total de cinco artistas populares, sin nombre propio, pero con estilos muy definidos, que deberían haber pasado (hoy lo hubieran hecho sin duda) a los anales de la historia artística provincial. Solo uno de ellos, un tal “Soriano” que pintó en 1814 el techo del camarín de la Virgen, con la escena de un milagro que esta obró en el asedio de la ciudad de Sigüenza por los franceses, es el que deja su nombre para la posteridad.

Es este tema de los exvotos pictóricos algo que nos llega demasiado tarde en su apreciación y estudio. Hubo muchos otros de estos elementos en santuarios marianos como los de la Virgen de la Hoz en Molina, la de la Granja en Yunquera, o la del Peral de la Dulzura en Budia. Casi nada queda de ellos en los lugares de origen: sí en los comercios de antigüedades y en las casas de los coleccionistas, que se los fueron llevando poco a poco. Pero nunca es tarde si la dicha llega, y ahora, en este luminoso día de Marcha a Barbatona, de triple aniversario, de alegría compartida por miles de devotos, llega esta memoria de exvotos y colores, este estudio que nos devuelve en gran modo la devoción y la emoción por estas pequeñas cosas de nuestra historia compartida.

Un catálogo de exvotos

Con motivo de estos aniversarios que ahora se celebran, aparece un libro que es la suma de cuanto se sabe sobre Barbatona: de la aparición de la Virgen, de su Cofradía, devotos y exvotos. Sobre todo de estos. La etnóloga Eulalia Castellote Herrero, profesora de la Universidad de Alcalá, publica estos días a través de AACHE su obra “Exvotos pictóricos del Santuario de Nuestra Señora de la Salud de Barbatona”. A lo largo de 144 páginas, todas ellas impresas a color, ofrece un catálogo completo de los exvotos que entre los siglos XVII y XIX se ofrecieron en prueba de milagros a la Virgen seguntina. Descripción de cada uno, análisis de sus personajes, autor, leyenda, colores y formas. Muchos de esos exvotos han desaparecido ya, de tal modo que menos de la mitad de los casi cincuenta exvotos que estudia existen hoy en el Santuario. Un libro extraordinario, serio y hermoso a un tiempo, que nos recupera una imagen simpática y popular de la Virgen y sus milagros relacionados con la salud de sus fieles.