Un nuevo escudo heráldico: el de Escariche

viernes, 19 abril 1991 2 Por Herrera Casado

 

Mañana sábado va a tener lugar en la localidad alcarreña de Escariche un acto popular y lleno de alegría: la inauguración del nuevo edificio de su Ayuntamiento, construido a lo largo de estos últimos meses con la ayuda inestimable de la Excma. Diputación Provincial de Guadalajara. Un nuevo lugar para la armonía y el entendimiento.

Al mismo tiempo, la mejor prueba de identidad de la población se hará palpable con la entrega del Escudo Heráldico de la Villa, que durante los últimos meses ha venido recibiendo un trato de estudio y análisis que finalmente ha llevado a su diseño final y a la construcción de un auténtico símbolo, sucinto pero muy expresivo, de este pueblo de nuestra tierra.

La historia de Escariche es común a todos los pueblos de la Alcarria Baja. Destacan en ella algunos datos que aquí quiero recordar, en esta ocasión tan solemne. Una vez reconquistado su territorio a los árabes, pasó a formar parte del alfoz o Común de Villa y Tierra de Guadalajara, pero enseguida quedó adscrito al territorio de Zorita, entrando por donación del rey Alfonso VIII, en el siglo XII, a formar parte de la Orden de Calatrava, en la que permaneció incluido toda la Edad Media, hasta que en el siglo XVI el Emperador Carlos la puso en venta, y fué en 1584 que compró la villa don Nicolás Fernández Polo.

Este señor se construyó su gran casona‑palacio en el centro del pueblo, frente a la iglesia. Era un recio edificio de tallado sillar en su fachada, donde luce la puerta de acceso, de arco semicircular, adovelado, rematado en su vértice por un enorme escudo de armas escoltado de dos jóvenes desnudos armados de lanzas. El contenido del escudo se desconoce, pues en alguna antigua revolución fué metódicamente machacado. Toda la fachada es cerrada, con aspecto de fortaleza. Tan sólo algunos vanos o ventanas de poco fuste le dan luz.

Junto a este característico edificio de Escariche, y hoy encerrado entre construcciones anejas, estuvo la iglesia del convento que fundara un descendiente del creador del señorío. Era un convento de franciscanas concepcionistas donde entraron las seis hijas de don Nicolás Polo Cortés, fundador del cenobio. Hasta 1835 duró este centro de espiritualidad, que dejó la huella de su templo, hoy encerrado entre corrales y casas anejas, y de la gran fachada del antiguo palacio, que puede (y así ha ocurrido en el escudo de la villa) constituirse en símbolo de la localidad.

El escudo heráldico que mañana será oficialmente presentado, representa la historia y el sentido toponímico de Escariche. Es ésta una voz de clara raíz vascongada. Proviene de la palabra «Ezcaray etxea» que se fundió en «Escari‑che» y que significa la casa de Ezcaray. Sus primeros pobladores serían, lógicamente, vascos. De ese sentido de primitiva «casa» toma el escudo un símbolo: una casa, que por antonomasia es la «casa grande» del pueblo, el palacio de los Polo y luego convento de concepcionistas. El símbolo fundamental, sin embargo, es la cruz de Calatrava, la solemne figura de la cruz flordelisada en rojo sobre campo de plata, que viene a dar el sentido histórico medieval a una gran zona de nuestra provincia, y concretamente también a Escariche. Como punta del escudo, una casa de oro sobre el campo verde que es el propio entorno de la villa. Esa casa es concretamente la imagen del palacio de los Polo, un tanto idealizada. Aunque bien es verdad que podría representar cualquier otra casa de la localidad. Incluso una casa paradigmática. Es lo mismo. El remate de la corona real le congracia con la norma establecida por la Real Academia de la Historia, que pide que los escudos heráldicos municipales hispanos se timbren de esa corona emblemática de la monarquía española de hoy.

Muchos otros pueblos de nuestra provincia están ahora inaugurando sus Ayuntamientos, recién construidos o habilitados en la mayor parte de los casos. Y otros tantos están estrenando sus escudos heráldicos, que vienen a dar, con sus símbolos y sus colores, la imagen neta y personal de estas localidades alcarreñas que con tanto ahínco están comprometidas en el despegue económico y social de este fin de siglo. El de Escariche es todo un ejemplo a imitar. Nuestra enhorabuena a su alcalde, Luis Moreno Sánchez, a la Corporación que le asiste, y a todos los vecinos de la villa, por este nuevo paso dado en el engrandecimiento y mejora de su pueblo. Que es un poco el de todos.